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Socrates

Zendel93Informe27 de Marzo de 2012

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- Al igual que Sócrates, Platón vincula el bien, la virtud al saber, afirma que sólo el sabio es el virtuoso, porque únicamente conociendo qué es la virtud, es decir, la idea a la que se refiere el concepto "virtud", hay posibilidad de serlo en la vida práctica. La diferencia es que ahora el “bien”, la “justicia”, etc, son consideradas ideas subsistentes por sí mismas.

– Asimismo, la virtud es concebida como purificación, siguiendo las creencias órficas a través de los pitagóricos. Es decir, la virtud consiste el el proceso por el cual el alma se va liberando paulatinamente del cuerpo. En términos propiamente platónicos, el alma tiende al mundo inteligible donde habitaba antes de encarnarse en un cuerpo:

2"Purificarse es separar lo más posible el alma del cuerpo, acostumbrar al alma a dejar la envoltura del cuerpo, para concentrarse en sí misma, a solas consigo" (Fedón, 67,e.)

– Finalmente, Platón identifica la virtud con aquella que representa la armonía entre las

Distintas funciones del alma, a saber: la justicia.

Según su doctrina tripartita del alma esta posee tres funciones: la irascible o volitiva, la concupiscible o apetitiva y la inteligible o racional. A cada parte le corresponde una virtud particular. Tenemos así: la sabiduría o prudencia, propia del alma en su función racional; la fortaleza o valor, es la virtud propia del alma en su función irascible (es la que mueve al alma a superar las dificultades en su ascensión hacia el mundo de las ideas); y la templanza, virtud propia

de su función concupiscible (por ella modera sus apetitos corporales). Estas cuatro virtudes son las tradicionalmente denominadas virtudes cardinales.

Por tanto, la justicia en el individuo se da cuando cada una de estas funciones se ajusta a la virtud que le es propia, cuando cada parte se ajusta a lo que corresponde. El resultado sería el orden y la armonía, siguiendo la concepción general que tiene el mundo griego de justicia desde los filósofos presocráticos: justicia como orden, ley, de la physis. Este orden se rompe cuando el individuo confunde el placer (cuando el alma concupiscible no cumple con su virtud específica) o la ambición (cuando el alma irascible se aleja de su virtud específica) con la felicidad.

Finalmente, dada la vinculación entre el individuo y la polis (solo en la sociedad alcanza el hombre su máxima realización), Platón establece una correlación estructural entre el individuo y la polis. Vincula la ética y la política, pues, la política se mide en relación con la idea de Justicia, que no es sino la Verdad y el Bien aplicados al comportamiento social:

Las tres partes del alma o tres almas: apetitiva, anímica y racional o concupiscible, irascible e inteligible y sus virtudes específicas (templanza, valentía y sabiduría, respectivamente) se corresponden, según el orden de la polis que Platón dibuja en La República, a las tres partes de la polis: la clase de los trabajadores o productores, los guardianes o soldados y los gobernantes. El que cada parte esté en su lugar (hacer lo propio de cada uno) es la "virtud", a la que Platón llama "justicia". Así, hay un paralelismo perfecto del alma con el Estado. La justicia es la misma en la Ciudad que en el individuo.

"No basta que la acción tenga un carácter determinado para que la conducta sea justa o buena; es preciso también que el hombre actué de un modo determinado ante todo, que actué a sabiendas; en segundo lugar, que proceda en razón de una decisión conciente y que prefiera esa acción por si misma; finalmente, que actué desde una posición firme e inquebrantable

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