TEATROTERAPIA

Cuando hablamos de teatro, lo primero que se viene a la mente en una persona que no conoce a profundidad del tema, es un grupito de “actores” que cumplen un rol determinado dentro de un escenario o teatrino, y cuya función consiste en hacer reír hasta el último espectador de la fila; pero si escuchamos que el teatro podría ser una terapia o medicina para curar ciertas enfermedades del alma, quedaríamos un poco desconcertados.

El simple hecho de visitar un país ajeno, observar cada detalle (paisajes, estructuras, personas) y encontrar allí una cultura muy diferente a la nuestra, es una manifestación natural del teatro, pero en este caso no cumplimos el papel de actor, sino de espectador o público, poniendo atención a cada palabra, gesto y acción que incita la otra persona para desenvolverse en su medio cotidiano.

Desde la antigüedad, se han desarrollado métodos teatroterápicos para estimular a determinado grupo de personas, obteniendo así resultados serios en dichas circunstancias.

El método de “auto-sugestión” de cual habla Evreinof en este capítulo, no es más que una simple manifestación representada de una transfiguración teatral, en otras palabras, representar un rol propio y creado para así llegar a un fin saludable.

El autor nos relata lo siguiente: “Cada vez que el conde León Tolstoi se hallaba enfermo, recurría a la autosugestión como remedio y obtenía de ella, invariablemente, excelentes resultados… Su método – vencer mentalmente el malestar – no era otra cosa más que una forma de auto-trasnsfiguración: imaginarse sano y obrar en consecuencia…” De acuerdo a lo siguiente se puede deducir que cada representación imaginada es una realidad invisible, y mientras más nos creemos y aferramos a esta representación, estará en consecuencia con la realidad percibida por nuestros sentidos. La autosugestión es una terapia teatral ya utilizada por muchos para sanar, enmendar y caracterizar un problema o situación, dándole un fin exclusivo por el autor: el poder de la mente es infinito, de aquí la habilidad del actor para creerse su propia realidad y poder materializarla.

El desarrollo de la teatroterapia se encuentra todavía en un nivel primitivo, pero poco a poco son más las personas que encuentran en ella un nuevo método de curación para el alma.

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