CLASIXCISMO

LO ESENCIAL DEL CLASICISMO

La historia y los inicios de la arquitectura clásica, de esta gran corriente artística de la arquitectura tuvo sus orígenes greco-romanos, de ahí se desarrollaron diversos estilos según los imperios y sus personalidades los cuales siguen siendo la base de lo que hoy en día conocemos como los diferentes estilos de estructuras columna les y que conforme el tiempo el hombre ha ido modificando pero a la misma vez se han preservado en su pureza. Lo esencial del clasicismo explica las diferencias y las características que distinguen una obra clásica a una que no lo es y cómo podemos distinguir este tipo de obras.

La arquitectura clásica hunde sus raíces en la antigüedad, en la arquitectura religiosa de Grecia y en la arquitectura militar, civil y religiosa de los romanos, de la cual se ocupa principalmente de la naturaleza y su utilización. Se puede definir un edificio clásico a aquel que tenga parte de su estructura elementos como columnas de cinco variedades estándar, formas con huecos, puertas, ventanas, y remates, así como series estándar de molduras aplicables a los elementos mencionados anteriormente. Todos estos estándares hacen la distinción en los edificios clásicos.

Se puede decir que la esencia de la arquitectura clásica ha sido lograr una armonía que caracterizaba a los edificios de la antigüedad. Aunque también se consideraba que la armonía de una estructura se consigue mediante las proporciones, la simetría y los detalles.

Lo clásico se define como algo que llegó para quedarse y transcender, sufre

Algunas modificaciones según su época pero al final siempre sigue siendo clásico sin perder su esencia que lo caracteriza y todo esto se dio en la antigüedad.

Dentro del clasicismo podemos encontrar los cinco órdenes de la arquitectura, primeramente está el orden dórico, el cual consta de una columna de templo que se alza sobre un pedestal y sostiene por su parte superior el arquitrabe, el friso y la cornisa. Un orden es la unidad de columnata de un templo, no precisamente es el pedestal si no el entablamento.

La primera descripción escrita de los órdenes está en Vitrubio, escritor y arquitecto romano, quien escribió un tratado de gran importancia dotado de conocimientos sobre el edificio tradicional, describe los tres órdenes siguientes, el jónico, dórico y corintio y algunas notas sobre el toscano, los cuales son relacionados con descripciones de algunos templos y especifica los dioses para quienes es apropiado cada orden.

A mediados del siglo XV, el arquitecto Florentino León Battista Alberti, basándose en Vitruvio, añadió un quinto orden, el compuesto, que combina rasgos del iónico y el corintio. Fue Sebastino Serlio quien casi un siglo después, inicio la canonización de los órdenes, convirtiéndolos

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