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El régimen de Porfirio Díaz a partir de 1884


Enviado por   •  22 de Septiembre de 2022  •  Ensayos  •  2.537 Palabras (11 Páginas)  •  74 Visitas

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El régimen de Porfirio Díaz a partir de 1884

 

Política interna

La política de conciliación

En el segundo periodo, Díaz aplicó la política de conciliación, que consistía en conceder cargos ministeriales a los miembros más destacados de grupos oposicionistas, con la intención de comprometerlos a colaborar con él y consolidar así su poder. Ésta situación constituyó la piedra angular en su forma de gobierno, siendo así la base de la unidad nacional y de la paz social que requería para llevar a cabo sus planes.

En el gabinete ejecutivo federal Manuel Romero ocupó un lugar relevante, al también ser suegro del presidente. Rubio aspiraba a suceder a Díaz al término del cuatrienio y éste alentaba sus esperanzas con el propósito de utilizar la gran influencia Manuel en el logro del control político. Al avanzar el periodo, Díaz habría de refutar gradualmente la figura de Romero Rubio.

La política de conciliación favoreció también al clero, que aunque no participara directamente en asuntos políticos, colaboró con Díaz por medio de un acuerdo no escrito que comprendía concesiones mutuas, con una interpretación flexible de las Leyes de Reforma.

A partir de este periodo, Díaz avanzó en el proceso de centralización de la política nacional a su persona, con la intención de dominar al poder legislativo, que en la época de Juárez había sido poderoso opositor del ejecutivo, manipuló las elecciones de senadores y diputados de manera que sólo tuvieran acceso a las cámaras quienes le fueron incondicionales; lo que ocasionó que el Congreso perdiera su independencia y se convirtiera en brazo del ejecutivo, existiendo  sólo para dar al régimen una apariencia de legalidad y democracia.

La grave situación económica que Díaz heredó de la administración gonzalista, exigía soluciones inmediatas y drásticas; y, a los seis meses de iniciado el gobierno, Manuel Dublán, ministro de Hacienda, decretó varias medidas desesperadas: la suspensión del pago de la deuda interna, la rebaja de los sueldos a los empleados públicos, la suspensión de las gratificaciones a las compañías ferrocarrilera; y el más importantes: el reconocimiento de la deuda inglesa. Así, en febrero de 1886 se hizo oficial la adición de la deuda inglesa a la deuda pública, con dos objetivos: obtener un préstamo con la banca inglesa, y, atraer el capital inglés para servir de contrapeso con la influencia de Estados Unidos sobre la economía mexicana.

Medidas de represión

Para la preservación de la paz porfiriana, Díaz continuó utilizando recursos violentos y represivos. Desató una severa persecución contra los periodistas y encarceló a muchos de ellos bajo el cargo de “incitar a la sedición y ultrajar a las autoridades”.

La delincuencia y la rebeldía en contra del gobierno también fueron objeto de represión: Díaz proclamó la Ley Marcial para los asaltantes de caminos, impuso la pena de muerte a los que atentaran contra las vías de comunicación y decretó la suspensión de las garantías individuales.

En uno de los actos más importantes de rebeldía contra el gobierno participó el gene- ral Trinidad García De la Cadena, antiguo compañero de armas de Díaz, ex gobernador de Zacatecas y candidato a la presidencia en 1880; una vez capturado por la policía rural, le fue aplicada la Ley Fuga.

A comienzos de 1887, la situación económica del país cambió favorablemente. Hubo una gran mejoría en el comercio, debido al restablecimiento de la confianza del extranjero hacia México al reconocer la deuda inglesa. La recuperación económica, aunque lenta, significó una mejoría en la seguridad interna, la que permitió revocar la  Ley contra el Bandolerismo y restituir las garantías individuales.

El ganar de vuelta la confianza de Estados Unidos, era muy favorable para el prestigio de Díaz y preparaba el camino para la reelección, porque el progreso material apenas se había iniciado y era necesario que transcurriera algún tiempo para que el general dejara consolidado el progreso de la nación.

El optimismo ocasionado por el levantamiento de la economía y el buen funcionamiento de la política de conciliación, opacó las voces que se oponían a la decisión del Congreso para autorizar, en 1888, la tercera reelección de Díaz y su ganada candidatura.

Poca política y mucha administración

Gracias a los logros de Díaz en su segundo período, las opiniones de las prensas fueron positivas, y las que no, fueron acalladas mediante sobornos, persecuciones y encarcelamientos de editores y periodistas. Sin embargo, hubo quienes resistieron  la represión, como los directores de El Monitor Republicano, La Voz de México, El Hijo del Ahuizote y Diario del Hogar.

Las metas de Porfirio, de  orden y el progreso, determinaron los medios de su gobierno, resumidos por el mismo Díaz en la fórmula de “poca política y mucha administración”, aplicada por el dictador confiado en haberse vuelto indispensable y haber consolidado definitivamente su poder. Por eso, justificó su reelección indefinida, que, tuvo una aceptación unánime y contó con la aprobación de los países extranjeros inversionistas.

Sin embargo, en los dos últimos años del cuatrienio 1888-1892, la popularidad del presidente se vio amenazada por una crisis financiera que puso en peligro la  prosperidad. La crisis, iniciada en 1891, fue producto de dos factores: la pérdida general de las cosechas, y la depreciación de la plata en los mercados mundiales, factores que generaron la devaluación del peso mexicano.

A la gravedad de la crisis financiera, se sumó la perturbación de la paz en ambos extremos de la frontera norte: en el noroeste, los yaquis se rebelaron contra el régimen debido a los abusos que sufrían, y en el noreste, Catarino Garza, intentaba armar una rebelión que, aunque no tuvo gran trascendencia interna, logró inquietar a los estadounidenses.

Los “científicos”

Con el fin de contrarrestar a la oposición, el 5 de abril de 1892 se creó el grupo porfirista Unión Liberal, formado por políticos, intelectuales y hombres de negocios. Este grupo, comenzó a ser conocido como los “científicos”, debido a que aseguraban apoyar sus argumentos en principios y doctrinas de la ciencia positivista.

Una de las principales tareas de los integrantes de Unión Liberal, fue preparar la tercera reelección de Porfirio Díaz, la cual, justificando que “significaba un sacrificio de las esperanzas democráticas, a raíz de las circunstancias; la paz, ahora establecida, debía preservarse y México no podía instrumentar la democracia plena de la Constitución de 1857 sin caer en el riesgo de anarquía”.

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