Albert Einstein: Navegante Solitario

Albert Einstein

Navegante Solitario

Las expresiones que tendré en esta obra literaria son en base del libro del Doctor Luis de la Peña, quien se doctoró en física teórica en la Universidad de Lomonosov de Moscú. Autor de dos libros de texto y de numerosos trabajos de su especialidad, actualmente es investigador titular C del Instituto de Física de la UNAM y miembro de la SMF y SIN. Su obra Albert Einstein: navegante solitario, de la que hablaré más adelante. Fue editada por la Secretaria de Educación Pública (SEP), la CFE y la CNCT en la colección la Ciencia para Todos, con el número oficial 31, y fue lanzado al público en el 2000.

Luis de la Peña en su libro nos hace ver cómo la ciencia tuvo buenísimas aportaciones de científicos importantes, para mejorar y dar más entendimiento a la física ya sea la mecánica y la física llamada clásica.

El autor en sus primero capítulos hace mención de los pensamientos de Einstein y nos hace ver como una mente tan igual que todas, puede destacar solamente pensando. Y sin embargo, no necesitando mucha explicación. Los pensamientos son tan fáciles de hacer y tan difíciles de entender.

El Doctor Peña nos explica las ciencias físicas ya mencionas y quienes las descubrieron y aportaron, para así llegar al porqué de esa explicación.

Albert Einstein fue la mente más maravillosa que el mundo se dio cuenta que jamás quiso perder pues gracias a él los avances de la ciencia contemporánea hoy tiene efecto desde los zapatos que usamos, hasta los mismos dispositivos electrónicos que manejamos en nuestras manos diariamente.

En el capítulo I está la principal biografía de nuestro protagonista (en la cual el autor pone algo de importancia), lo que veremos a continuación: Einstein nació el 14 de marzo de 1879 en la ciudad alemana de Ulm. Tuvo una hermana única llamada Maja (María) con ella tuvo una buena relación y era dos años y medio menor que él. Eran hijos de un matrimonio judío no profesante con actitud asimilacionista y así recibieron el nombre de no judíos. Qué gran deshonra para ellos debió haber sido eso.

El papá de Einstein era Hermann Einstein (1847-1902) era muy respetado y comerciante liberal y les despertó el amor por la literatura a sus dos hijos. Pauline Koch (1858-1920) madre de Einstein era ama de casa y tenía un gran talento y un gusto sensacional por la música, plantó en sus hijos un amor por la música. En el mismo capítulo hay aclaraciones que el mismo autor describe.

Einstein estudio varios años el violín hasta los trece años y después por sí sólo aprendió un poco piano, no dejaba de protestar su deidad judía, era un adolescente muy centrado en las cosas que tenía que hacer bien. “Su prima Elsa –quién décadas más tarde se convertiría en su segunda esposa- se enamoro del pequeño Alberto por el sentimiento con que interpretaba a Mozart”. El autor es algo detallista en este aspecto.

Cuando Einstein estaba cerca de expirar relata el auto que el mismo Einstein contaba que su primera experiencia que tuvo con la física fue cuando su padre Hermann le mostró una brújula y que en él produjo una extraña y profunda impresión “Tenía que haber algo atrás de los objetos, muy en lo profundo…” decía Albert. De hecho, le paso algo similar cuando le regalaron un libro de geometría “La claridad y certeza de la exposición produjeron en mí una impresión indescriptible” comentaba Einstein.

La familia se fue para Munich desde 1880 donde el pequeño Alberto realizó con excelentes calificaciones la escuela elemental. En 1880 ingresó al Gimnasio Luitpold (escuela secundaria) donde no le gusto para nada el ambiente y la enseñanza acartonada que daban. Aquí el Doctor Peña nos dice claramente que el pequeño era responsable y que sabía lo que quería.

Esos detalles que pasamos son un poco de lo que el autor del libro nos da, porque en sí de lo que se trata es de el protagonista de la ecuación más famosa en todo el mundo y que ha hecho una gran revolución que no ha pasado de moda en la física contemporánea.

Albert fue creciendo y pasó por muchos problemas, después empieza a interesarse por la física, en Aarau después de haberse negado su ciudadanía alemana, aclara, decide ir a terminar su matura. De este modo, Albert encuentra una preparatoria que le gustaba por la forma liberal en que enseñaban los profesores ya que no recurrían a métodos autoritarios para hacerse valer e lo que enseñaban. Esta breve información es algo detallista debido a que el autor nos expresa un interés de hacernos ver lo que pasaba con nuestro protagonista del libro.

De modo que, Einstein terminó su matura ya haya recibido su certificado de haber renunciado a su ciudadanía alemana, decide partir para Zurich, donde inicia sus estudios de física y matemáticas en el ETH. Por otra parte, no le interesaban las clases teóricas sino que más bien las de laboratorio. Dado que, recibió su diploma del ETH, más no obtuvo un puesto de asistente en el instituto como sus compañeros. Muy directo es el autor cuando hace mención de este hecho de la vida de Einstein.

En razón de, sus esfuerzos y encontrar trabajo, escribe cartas a científicos importantes de su época, como al fisicoquímico ruso-alemán Friedrich Ostwald (1853-1932) y a mucho más. Por tanto, no obtuvo frutos, expresa el autor, aparte de que se convierte en un problema, la situación económica familiar se deterioro y ya no quería ser una carga para ellos.

Y, a principios de 1901 Einstein recibe la ciudadanía Suiza. Expresa el autor que Albert mantuvo su ciudadanía siempre y que más tarde recibiera la norteamericana. Albert se mantiene con gastos de ahorro. En mayo, en este mes recibe trabajo de profesor sustituto por dos meses lo que le permite ver que su interés científico no decae.

Pronto conoce a varios amigos y se vuelve un pensador y a los 23 años de edad el joven Albert, radica en Berna donde finalmente obtiene el puesto de experto técnico de tercera clase. Calladamente, se ha iniciado una revolución de la física, expresa el autor en su libro.

De facto los años en Berna que fue donde Albert dice enteramente “Realmente fueron hermosos aquellos años en Berna” porque ahí fue donde obtuvo mejores frutos. Permaneció hasta finales de 1909, salió de ahí para tomar su puesto de profesor asociado en la Universidad de Zurich, ya había escrito el trabajo donde dice que la luz tiene naturaleza cuántica y como consecuencia obtuvo un premio Nobel, señala el autor.

Explica el autor que Einstein participo decisivamente en la demostración definitiva

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