Barrocofrances

EL ARTE BARROCO

EN FRANCIA

En Francia, a principios del siglo XVII confluyen el final de manierismo y el principio del Barroco a la corte de Maria de Médici y Luis XIII. El arte en este periodo muestra influencias norteñas de Europa tanto de la escuela holandesa y flamenca de pintores romanos de la contrareforma. Se comienza un debate entre los artistas partidarios de Paul Rubens destacándose por el color, la libertad y espontaneidad y los partidarios de Nicolas Poussin, donde el dibujo, el control racional y la proporción es lo más importante, además también se destaca la influencia de Caravaggio y el tenbrismo que tiene por máximo exponente a Georges de La Tour. Es por ello, que el barroco francés difiere un poco del barroco italiano.

El barroco Francés a diferencia de los demás países, se caracteriza por su influencia del manierismo. Por ello se determina dos características básicas del estilo: su origen cortesano, ligado al gusto palaciego, especialmente acentuado durante el reinado del Rey Sol, Luis XIV; y su raíz clásica, que nunca se abandonó durante el Manierismo, sin embargo a diferencia del barroco Italiano se aprecia una paleta mucho más aclarada, composiciones más equilibradas, en suma, un cierto clasicismo que suaviza la violencia dramática de Caravaggio.

A diferencia de la arquitectura italiana, el barroco francés no sólo se preocupa por la decoración exterior, sino que existe una disociación entre lo que hay afuera con lo del interior, ya que en el interior posee una voluptuosa serie de decoraciones, apoyado por los objetos que en ocasiones rozan con el delirio. En las pinturas como lo mencionamos anteriormente, oscilan entre dos extremos, extremos definidos por las composiciones equilibradas, con un carácter casi geométrico, y el tenebrismo suavizado heredado de Caravaggio. Y por último en las esculturas, la mayor parte de las cuales poseerán un carácter igualmente cortesano; entre los motivos básicos tenemos las mitologías, retratos e imágenes funerarias. A continuación se entrará en detalle a cada una de las manifestaciones.

En cuanto a la arquitectura barroca francesa, las características principales que encontramos son la sobriedad, armonía y claridad, que, a diferencia de la arquitectura encontrada en Italia, está destinada al poder político y no al religioso. Este estilo se muestra majestuoso y ostentoso.

Dentro de las obras arquitectónicas la que más destaca es el Palacio de Versalles, que más adelante fue tomado como modelo y difundido por Europa. Este fue mandado a reconstruir por Luis XIV y fue diseñado junto con pintores, diseñadores, arquitectos paisajistas. Juntos, crearon una especie de escenografía en la cual presentan al monarca y su corte en todo su esplendor.

En general, en Francia, la arquitectura tiene caracteres más sobrios que en Italia,

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