Benito Juárez Hoy

Benito Juárez un ilustre mexicano.

Desde mi óptica personal, Benito Juárez García es un caso extraordinario en la historia de México, ya que nacido en el seno de una etnia monolingüe y aislada de la Sierra de Oaxaca y de humildes orígenes fue capaz de forjarse una sólida y ascendente carrera que lo llevaría a la presidencia de la república, cargo que ejerció con una singular capacidad en condiciones muy adversas, derivadas de factores internos y externos que convulsionaron a ese país a mediados del siglo XIX y que Juárez supo sortear forjando así una carrera política que lo colocaría en la cúspide del poder político y crearía el culto juarista tan diseminado hoy a lo largo y ancho de esa nación.

Al adentrarme a la vida de Juárez me doy cuenta que con todos sus claroscuros estoy ante un hombre particularmente excepcional. Desde su nacimiento mismo ocurrido hace 201 años en San Pablo Guelatao en el pobre estado de Oaxaca, aunado a su orfandad temprana, hacen indudablemente que su infancia haya transcurrido en condiciones muy difíciles que seguramente sumados a su inteligencia natural templaron su carácter que lo sacó a flote aún en los momentos más aciagos de su vida. Esta es la primera razón que me permite asumir una postura de positivo análisis a su vida y obra.

Al emigrar a edad temprana a la ciudad capital, Juárez se enfrenta a un mundo diametralmente opuesto a su cotidianidad, por necesidad aprende la lengua española y conoce lo que es la generosidad humana en la figura casi paternal de Antonio Salanueva su protector y consejero quién a toda costa busca la carrera sacerdotal para el joven Benito. ¡Quién se iva a imaginar que su alumno llegaría a ser el más furibundo gobernante anticlerical que ha tenido México!

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