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Contrrarevolucion


Enviado por   •  19 de Agosto de 2014  •  1.602 Palabras (7 Páginas)  •  141 Visitas

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contrrarevolucion de 1954Contrarrevolución;

Jacobo Arbenz fue un militar guatemalteco, protagonista de la Revolución de Octubre de 1944 y Presidente de Guatemala de 1951 a 1954. No pudo terminar su gobierno debido a un golpe de Estado que lo obligó a renunciar en 1954.

La Contrarrevolución de 1954 derrocó del poder al presidente Jacobo Árbenz, elegido en elecciones generales el 15 de marzo de 1951. En 1953, las posiciones en Guatemala estaban definidas en una alineación de fuerzas contrarias al gobierno de Árbenz. Estas estaban compuestas, en primer lugar, por el gobierno estadounidense del presidente Dwight Eisenhower y, en especial, su Secretario de Estado, John Foster Dulles, así como el hermano de este, Allen Dulles, director de la Agencia Central de Inteligencia -CIA- del país norteamericano (Compendio de Historia de Guatemala 1944-2000, 2010).

se encontraba la United Fruit Company la propietaria principal de tierras en el país y entre cuyos accionistas se encontraban los hermanos Dulles (Compendio de Historia de Guatemala 1944-2000, 2010).

A la vez, le acompañaban la alta jerarquía de la Iglesia Católica, encabezada por el arzobispo Mariano Rosell Arellano, quien había suscrito y divulgado la Carta Pastoral Contra los Peligros del Comunismo en Guatemala y había impulsado el Congreso Eucarístico Nacional en 1950, como una demostración de fuerza. El Arzobispo Mariano Rosell Arellano había puesto en marcha una cruzada de peregrinación del Cristo de Esquipulas para rogarle que terminara con el comunismo en Guatemala (Compendio de Historia de Guatemala 1944-2000, 2010).

También se encontraban en contra de Árbenz la mayor parte de los terratenientes del país, algunos de ellos agrupados en la Asociación Guatemalteca de Agricultores -AGA-, quienes veían el proceso de reforma agraria como una amenaza contra sus intereses. Por último, ciertos regímenes extranjeros, tales como el gobierno de Nicaragua, de la República Dominicana y Honduras, fuertemente comprometidos con los intereses de la compañía bananera, no se encontraban a gusto con el mandatario guatemalteco (Compendio de Historia de Guatemala 1944-2000, 2010).

A favor de Árbenz se encontraban varios partidos políticos de distinta ideología -algunos de ellos con cierta reticencia y diferencia de opinión-. Entre los que apoyaban al gobierno guatemalteco decididamente se encontraba el Partido Guatemalteco del Trabajo -PGT- (Compendio de Historia de Guatemala 1944-2000, 2010).

También lo respaldaban los sindicatos, ligas campesinas y comités de reforma agraria que, juntos, conformaban los Comités de Defensa de la Revolución. A su vez se encontraba implícito el apoyo del Ejército de Guatemala (Compendio de Historia de Guatemala 1944-2000, 2010).

Por último, en apariencia, Árbenz y Guatemala contaban con el apoyo político formal de algunos gobiernos de América Latina y de Europa Oriental. Estos, sin embargo y como se verá durante el transcurso de los acontecimientos, no eran reales y terminaron siendo factores en contra del propio gobierno de Árbenz (Compendio de Historia de Guatemala 1944-2000, 2010).

Esta confrontación se daba en el marco de la Guerra Fría, que se hacía cada vez más áspera, en cuanto al nivel ideológico. Era, asimismo, el momento de la Guerra de Corea, y dentro de los Estados Unidos se daba el fenómeno del macartismo como persecución contra intelectuales y artistas acusados de comunistas (Compendio de Historia de Guatemala 1944-2000, 2010).

Cuando Árbenz anuncia con voz vacilante por la cadena nacional de Radio de Guatemala su renuncia definitiva a la Presidencia de la Nación, terminaba esa noche del 27 de junio de 1954, una siniestra conspiración internacional que encontró base interna en el conflicto social local, que enfrentó a la burguesía interior y sus aliados, con las fuerzas populares”. Edelberto Torres Rivas. Clacso, Lima, enero 1977.

Este 26 de junio se cumplieron 50 años del derrocamiento del coronel Jacobo Arbenz Guzmán, Presidente Constitucional de Guatemala. Para las generaciones protagonistas de aquella gesta la fecha tiene una importancia dual. Para los que triunfaron significó, según ellos, en primer lugar, el triunfo contra el comunismo, amén de haberse hecho con el poder y grandes fortunas. Para los que estuvieron en el bando contrario y sobrevivieron resulta más difícil poder extraer una significación positiva de aquella derrota.

Hacia 1944, año del inicio del proceso revolucionario en Guatemala, el país era totalmente feudal, como casi toda América Latina. Había sido gobernado por sucesivos tiranos. El último, el general Jorge Ubico Castañeda, duró 14 años (14-2-31/1-7-44). Fue querido por unos y odiado por otros. Mediante un movimiento popular (universitarios, la parte progresista del Ejército, intelectuales, sector obrero organizado, entre otros) fue derrocado y se constituyó un Triunvirato, llamado Junta Revolucionaria de Gobierno, formado por el coronel Francisco Javier Arana, el coronel Jacobo Arbenz Guzmán y el ciudadano Jorge Toriello Garrido. A la Junta Revolucionaria le sucedió el Dr. Juan José Arévalo Bermejo, (15-3-45/15-3-51), pedagogo y escritor, que vivía exiliado en Tucumán, Argentina, electo mayoritariamente por un 86% de los votos depositados y constituyó la primera elección libre en la historia de Guatemala.

Durante su gobierno dio inicio la modernización del Estado guatemalteco. Se instauró la educación primaria y secundaria obligatoria y gratuita, se creó el Seguro Social, se permitió que los trabajadores se organizaran en sindicatos, se otorgó a las mujeres el derecho al voto, se creó la Autonomía Universitaria, se creó la Facultad de Humanidades.

El 15 de marzo de 1951 es electo, en segunda vuelta, el coronel Jacobo Árbenz Guzmán, (1-3-51/27-6-54), por una alianza de partidos democráticos que conforman el Frente Democrático Nacional (PAR-RN-PRG-PGT, CGT y CNC)) con el 65% de los votos. El continúa profundizando las reformas al Estado, entre las cuales se encontraba, la emisión del Código del Trabajo, las cuotas patronales para el Seguro Social, la Ley de Arrendamientos forzosos, asimismo impulsa una reforma agraria (decreto 900) que expropia mediante pago, las tierras de la Compañía Bananera United Fruti Co. (UFCO), que era propiedad de empresarios norteamericanos; también rompe el monopolio del transporte terrestre para el Atlántico, dominado por la compañía ferrocarrilera IRCA, que era propiedad de la UFCO, mediante la construcción de una carretera al puerto de Santo Tomás de Castilla. Inició la construcción de la hidroeléctrica Jurún Marinalá, para romper el monopolio de la energía, también en manos de compañías de los norteamericanos.

Como puede verse y comprobarse, el país estaba en manos de los norteamericanos, a quienes, por supuesto, no les gustaron las medidas emprendidas por Árbenz. Fue por eso y otras razones más ideológicas que económicas, como la legalización del Partido Comunista en la vida política del país (PGT), llegando, incluso, a tener a algunos asesores del mismo es que se gestó el golpe contrarrevolucionario.

Dicho golpe se preparó en Estados Unidos, fue financiado y dirigido por la recién creada Agencia de Inteligencia CIA (según publicaciones del Senate Select Comité on Intelligence se afirma que la de Arbenz fue la primera y exitosa intervención de la CIA en sus actividades en el extranjero) usando como pretexto la compra de pistolas y fusiles checos en Suiza trasladadas en la nave sueca Alfhem, llegando a puerto guatemalteco el 15-5-54, acto que en sí, constituía un ejercicio de soberanía nacional.

La invasión, liderada por el tristemente célebre coronel Carlos Alberto Castillo Armas, salió de Honduras. Se trataba de una columna de cerca de 200 hombres mal entrenados y no mejor armados. Los aviones que bombardearon el campo guatemalteco y la capital, salieron de Nicaragua, gobernada por el también tristemente célebre Tacho Somoza.Arbenz dimite ante la última amenaza (bombardeo por naves de la zona del canal) y propuesta del embajador norteamericano, Perifouy (entrega de los famosos ataúdes conteniendo: la directiva del PGT, sus dos secretarios, parte de su gabinete y parte de los mandos del Ejército no comprometidos con la subversión). La misma propuesta se le hizo a su sucesor, coronel Carlos Enrique Díaz de León (26-7-44), dando la misma respuesta negativa que Arbenz.

Con este capítulo dio inicio el período más oscuro y temido de la historia del Ejército, también muy célebre, triste y temido, sólo comparado con el papel de las tropas invasoras de Pedro de Alvarado, el primer genocida de Guatemala. Ejército que se había ganado el cariño, respeto y admiración del pueblo durante las gestas del 20 de octubre del 44 por su papel protagónico, peleando junto al pueblo para derrocar al tirano, lo mismo que el 18 de julio de 1948, al parar la sublevación de las fuerzas más oscuras del organismos militar. A partir de ese 26 de junio, dio inicio lo que sería el calvario más doloroso del pueblo guatemalteco. Calvario que se niega a finalizar porque el Ejército se niega a abandonar el poder ejercido desde las tinieblas. Entonces, para entender el proceso contrarrevolucionario debe tenerse en cuenta las fuerzas e intereses que actuaron. En primer lugar, los intereses de los empresarios norteamericanos, quienes a la vez tenían de aliados a una parte importante de la alta oficialidad del Ejército (coronel Elfego H. Monzón y coronel Enrique Trinidad Oliva), quienes a todas luces desempeñaron el papel de traidores, salvo contadas excepciones: la jerarquía de la Iglesia Católica, con monseñor Marino Rossel y Arellano (Sor Pijije) a la cabeza y por supuesto, sectores conservadores de la burguesía guatemalteca. Por el lado del gobierno el pueblo, ciertos sectores de la burguesía y pequeña burguesía y tímidos intereses soviéticos que no estaban interesados en iniciar un conflicto dentro del contexto de la Guerra Fría.

Inmediatamente después de instaurado el gobierno de Castillo Armas, asesinado por su guardaespaldas, el gobierno norteamericano diseñó un plan piloto para el continente, con el fin de neutralizar el descontento de las masas latinoamericanas, quienes habían sido testigos de la lucha contra el fascismo. De manera que pensar y decir que era para contrarrestar el comunismo suena muy simplista, pero que por ello se ha convertido en el principal argumento de los norteamericanos y sus sirvientes criollos.

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