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EL AFROMEICANO


Enviado por   •  4 de Marzo de 2014  •  2.551 Palabras (11 Páginas)  •  167 Visitas

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La negación del afromexicano en la sociedad mexicana: La mala raza

By Julio Sueco

El estudio abarcara la historia de la presencia africana en México, su desarrollo en la sociedad novohispana, el proceso del afromestizaje en México, la concepción que el mexicano tiene de su coetáneo africano y por último, el pudor que el mexicano tiene por la tez negra. El enfoque de este estudio será rastrear por la historia la negación de esta raza dentro de la cultura mexicana y cómo es que ese susodicho pudor vino a dar a dentro de esa sociedad. Las limitaciones que se presentarán serán de tipo investigativo, ya que tiempo y espacio reducen la posibilidad de una investigación profunda. Por además, el material disponible para organizar un tema como el racismo latente en la sociedad mexicana es desigual, así que mientras información de tipo histórico y antropológico es abundante, información sobre aspectos sociológicos es escasa.

Perspectiva histórica: Arribo de africanos a México y censos novohispanos

La presencia africana en México data desde la desembarcación de Hernán Cortés en 1519. Uno de los primeros africanos en asentar su lugar en la Nueva España llevaba el nombre de Juan Garrido, y fue el primero en sembrar trigo en México, (Gonzalo Aguirre Beltrán 1989:19). Al inicio de la conquista, los africanos que arribaron con los conquistadores gozaban de un estatus social de acuerdo con el código de Alfonso el Sabio el que dictaba que se tratasen como familia o criados. En 1580, su estatus es degradado y pasa a ser un objeto para disponer de su esfuerzo de trabajo. Por igual, al llegar los conquistadores, le tocó la infamosa honra a un africano más ser primero en otro evento: traer la enfermedad de viruelas la cual diezmó a la población indígena. Este evento dio auge al tráfico de esclavos lo que ocurrió con mayor incremento durante el reinado de Felipe II; no es hasta 1640, cuando los portugueses readquieren su independencia, que la introducción masiva de africanos a la Nueva España disminuye.

Al principio de la conquista no se hacían censos de africanos porque su condición social no deparaba más allá que la de una bestia de trabajo. Pero sin embargo, registros del siglo XVI muestran que para 1570 se encontraban en la Nueva España 20 569 africanos, entre ellos negros huidos y cimarrones. Para 1646, el decrecimiento de la población indígena aumentó el crecimiento de la población africana en México a 35 089 según Beltrán (1989:207-218) el que cauciona que estos datos son meras hipótesis. Estos números representan el 1 % población, ya que la mayoría siguió siendo la indígena. En 1570, la población indígena formaba el 98.7 % y para 1646 el 74.6 % según Beltrán (1989:210-219). Para 1742, las situaciones cambian y la inmigración de africanos al nuevo mundo decrece debido a la competencia laboral que existía entre los nuevos esclavos y los afro e indomestizos. Un hecho que se debió a la exclusión de mestizos nativos de la burocracia y el artesanado, causando así competencia entre la mano de obra esclavista y la de los afro e indomestizos, los cuales eran mano de obra sin empleo, y que condujo a una depreciación, haciendo «incosteable el trabajo a base del esclavo» Beltrán (1989:223). Para estas mismas fechas, la población africana es contada en 20,131 en Nueva España pero la afromestiza supera los 250 000 ya. Para 1810 la presencia africana en México es de tan sólo 10, 000 pero la afromestiza 624 461. La presencia africana, pues, está constatada. La realidad nos dice que no fueron dos mundos los que se encontraron, sino tres.

Evocación mexicana del africano

En el México moderno, la noción de que hay una tercera raíz en la composición genetica de sus habitantes pasa desapercibida por la población en general. Por eso, no es sorprendente leer en los matutinos casos de racismo donde la población refleja su ignorancia. Por ejemplo, el New York Times reportó el 11 de Noviembre del 2001,durante las elecciones a gobernador de Michoacán, que el candidato a gobernador por ese estado, y hoy actual gobernador, Lázaro Cárdenas, acusó a su contrincante de lanzar ataques racistas en contra de su esposa, Mayra Coffigny. Ella es nacida en Cuba y de descendencia africana. Al entrevistar a los seguidores del partido en oposición, la reportera se encontró con una persona, de nombre María del Carmen Díaz, la que sostenía que

« … los michoacanos quieren ser dirigidos por gente de Michoacán. “[ya que] El color de la piel de la señora Coffigny la identifica como extranjera.”» Al preguntársele por qué el color de la piel importa en un estado con amplia población indígena, Díaz respondió que «Una cosa es ser moreno. La raza negra es algo diferente.» Es así pues, como la población en general, ignora su pasado y si a lo mucho, le otorga un estatus de inmigración reciente a su tercera raíz, bien sease ya por la construcción ferroviaria del siglo anterior o por inmigrantes recién llegados de las antillas. Beltrán (1994 p.17) arguye que « … en México durante mucho tiempo se ignora la importancia que tiene el africano en la composición genética, cultural y social de su población.». En México también se desconoce que «los líderes independentistas Vicente Guerrero y José María Morelos tenían raíces negras según el historiador estadounidense Ted Vicente, autor de La Herencia de Vicente Guerrero: el primer presidente negro e indígena de México.» (Iliff 2002).

Por otro lado, el estudio de los africanos en México parece sólo girar en torno a personas directamente descendidos de los africanos. Así que, la mayor parte de los estudios, se enfoca en grupos aislados y homogéneos como en la Costa Chica entre Guerrero y Oaxaca, la que según Bobby Vaughn, investigador de la universidad de Stanford en California, tiene una población de 66,000 la que él considera como « significante y históricamente negra». (Vaughn 2001) No hay diálogo, pues, de la cultura afromexicana y su impacto.

Proceso del afromestizaje en México

Si bien los españoles llegaron con africanos a la Nueva España como siervos y familiares para después traficar con ellos y someterlos a esclavitud, cabe bien preguntar ¿Dónde se encuentran? No sería equívoco contestar: en el mestizaje. Durante la era colonial los africanos traídos a la Nueva España se daban a la fuga de sus captores . Es sólo de imaginarse las consecuencias de estas huidas entre la población local y inclusive se sabe de alianzas entre estos fugitivos y los indígenas (Colin Palmer 1976:8). Otro ejemplo es que en las regiones del Tehuantepec y Acapulco «ya andaban rebelados negros cimarrones» a tan sólo tres

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