Epilegómenos

Epilegómenos

La historia no debe ser vista como poco menos que una ciencia, ya que la historia como toda ciencia tiene la virtud de ser un mecanismo estructurado de forma muy particular que arroja un saber o conocimiento. Las circunstancias que rodea nuestro objeto de estudio son únicas, pues cada una de ellas varía en función al tiempo y espacio, lo que haces que cada suceso que estudiamos contenga elementos variados, aunque en su forma sean parecidos, el fondo los hace completamente distintos entre sí.

Una de las características de la particularidad de la ciencia, consiste en el objeto de nuestro estudio, el cual es intangible, pues no podemos tocarlo, ni tomarlo, para hacer algún tipo de experimento físico con él, pero sí en cambio, en nuestra mente podemos experimentar, y dilucidar nuestras posibles teorías. La actitud del historiador será entonces la de una persona que cuestiona todo, y que plantea variables a un determinado acontecimiento, sin volverse un no creyente en ese proceso.

El conocimiento entonces lo inferimos a partir de nuestras cavilaciones y pesquisas, para entonces postular nuestra explicación, acompañada de la opinión de otros estudiosos del tema que estamos tratando; el historiador debe tener presente siempre, al acontecimientos como una concatenación de eventos que derivan en tal o cual situación, no son pues hechos aislados, lo que hace que en ese momento nuestra labor se enfoque en puntualizar en espacio y tiempo los eventos y determinar lo que han generado, es entonces cuando volteamos a ver sobre lo que se ha contado de dichos eventos para autentificar el suceso, estos testimonios serán reeditados a partir de lo que requiere nuestra investigación.

Aunque es importante tomar la opinión de otros estudiosos de nuestro objeto de estudio, también será muy importante no creer a pie juntillas sus afirmaciones, pues esto no haría sino convertir nuestra investigación en una simple crónica. Para determinar la seriedad de nuestra investigación, requerimos exponer que pasos nos llevaron a concluir nuestras aseveraciones, lo que también legitima la investigación y la saca del baúl de la historia superficial (seudo historia).

La investigación histórica requiere revivir los eventos históricos en nuestra mente, pero apoyados con evidencias que le den credibilidad a mi planteamiento, el cual debe ser coherente, por lo que debemos poner un freno a nuestra imaginación so riesgo de que se desborde, y elaboremos teorías fuera de toda realidad, si nuestro dicho se asemeja a otras opiniones serias sobre el tema, entonces nos encontraremos frente a una verdad histórica.

El historiador debe tener la virtud de la duda, pues si creemos todo lo que se nos dice, nuestra investigación tendrá una vida breve y es posible que termine en el momento mismo que comienza. no contentarnos pues con acomodar las pruebas encontradas,

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