Epoca Colonial
Enviado por zanellla • 11 de Octubre de 2012 • 546 Palabras (3 Páginas) • 346 Visitas
En la epoca colonial , en la de los asaltentes de caminos reales y durante otras muchas ocasiones, cuando las autoridades capturaban un bandido o asaltante, generalmente lo sentenciaban a muerte.
Antes de ser colgado o fusilado, el delincuente tenía derecho a un confesor, es decir a un cura que lo alibianara de sus pecados y permitiera que fuera al cielo si san pedro se descuidaba.
Esos curas, o confesores, generalmente preguntaban a los bandidos que que habían hecho y estos que finalmente iban a morir, no tenian el menor empacho en "confesar" que habian cometido tales o cuales robos, lo que habían logrado y donde lo habían ocultado.
El cura lo absolvía y perdonaba sus pecados pero eso no implicaba que la codicia se quedara junto con el secreto de confesión y muchos curas o comunicaban a sus superiores lo que el bandido confesaba y simple y sencillamente iban y sacaban el producto de los robos y mucho de este botín fue ocultado precisamente en las iglesias o en partes que los propios curas consideraban seguros.
Algunos tesoros recuperados por la iglesia se gastaban -- acuérdense que había que mandar dinero al vaticano--y otros simplemente enriquecieron más a algunos bosipos, sin embargo hubo tesoros que no fueron recuperados y por allí siguen aunque se les agregó una leyenda malévola para infundir miedo a los que trataran de ir por ellos, Un saludo a toda la tropa.
ruben davila farias
Experto del Foro
Se cuentan muchas historias. Cosas que pasan en las calles viejas y en el panteón viejo de San Luis Potosí. Sobre todo la leyenda de la dama del taxi. A decir verdad se le conoce de diferentes formas a esta leyenda.
Cuenta la leyenda que una madrugada a un taxista le hizo la parada una mujer justo afuera del pateón del saucito (el panteón mas viejo de San Luis). A el taxista se le hizo raro que a esas horas estuviera una mujer sola y por esos rumbos, asi que la subio.
Ella le pidio que la llevara a los templos: San MIguelito, San Sebastian, Tlaxcala y otros más. Ella se detenia afuera de la iglesa como rezando. Y terminando el recorrido, le pidió que la llevara otra vez a donde la habia subirdo. A el taxista se le hizo muy raro, pero asi lo hizo. Ya estando fuera del panteón, ella le dio una medalla de oro y una dirección diciendole que fuera a cobrar por el recorrido a la persona q le abriera.
Ya de mañana el taxista, así lo hizo, toco a la puerta lo atendieron, el explicó que una mujer le habia pedido ese recorrido por las iglesias, después le dio la dirección y la medalla, diciéndole que con esa medalla ellos sabrían de quien se trataba y que pagaría. Pero la persona que lo atendió le dijo que no podia ser posible pues ella ya habia muerto.
Nunca se ha podido
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