Herculine Barbin

Herculine Barbin

Nació en Saint-Jean-d'Angély en 1838 y murió en París en 1868. Se trata de una persona intersexual, a quien se definió al nacer como mujer, pero más tarde como varón, después de un examen físico.

Su vida sale a la luz gracias a la publicación de su autobiografía Memorias de Herculine Adélaîde Barbin. Allí cuenta las penurias económicas familiares y lo mucho que le costó conseguir una beca para estudiar en la escuela de un convento de ursulinas. Según relata, se enamoró de una amiga aristócrata en el colegio. No consideraba que pudiera gustarle, pero se colaba en la habitación de su amiga y solían castigarla por eso. Herculine acabó sus estudios en el convento en 1856 y fue a estudiar magisterio a Le Chateau, donde se enamoró de una de las maestras.

Aunque había pasado la pubertad, no tenía la menstruación, su pecho era plano y se afeitaba el bigote, la barba y los brazos. En 1857, Herculine consiguió un puesto como docente en una escuela femenina. Allí se enamoró de otra profesora, Sara, con quien tuvo un romance, por lo que los rumores empezaron a circular. Además, a raíz intensos dolores acudió a un médico, pero éste se horrorizó con lo que vio en la auscultación.

Barbin se confesó al obispo de La Rochelle J-F. Landriot y éste le pidió romper el secreto de confesión para pedir un examen médico. Un doctor de apellido Chesnet le realizó el examen en 1860 y descubrió que Barbin tenía una pequeña vagina, un cuerpo masculinizado, un pequeño pene y testículos dentro del cuerpo.

Una determinación legal posterior dictó que Barbin fuera oficialmente varón. Dejó a su amante, su trabajo y cambió su nombre por el de Abel Barbin; un hecho que se mencionó en los periódicos de la época. Más adelante se mudó a París, donde comenzó a escribir sus memorias aunque vivió en la pobreza. En febrero de 1868, el conserje de su edificio en la rue de l'École-de-Médecine encontró su cuerpo; se había suicidado con el gas de la cocina y sus memorias se hallaban al lado de su cama.

Su historia se hizo especialmente conocida cuando en 1980 Michel Foucault reeditó sus memorias y le dedicó un estudio introductorio. A partir de entonces Barbin se ha constituido en una referencia constante de diferentes momentos de la obra de Foucault.

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