Heódoto

Casi como un secreto que hay que velar, en muchas épocas y contextos históricos, los historiadores se han abocado exclusivamente a exponer, esencialmente, el resultado de sus pesquisas sin advertir siquiera a los lectores el camino recorrido que los condujo a las conclusiones que se exhiben. Esta preocupación por la dilucidación del método de trabajo historiográfico fue algo que preocupó enormemente a Heródoto en tiempos que, mediante una diversidad de estrategias lograba recaudar una gran cantidad de testimonios, ya sean éstos escritos u orales, al mismo tiempo que daba a conocer el resultado final de sus investigaciones. En otras palabras, lo que de algún modo la historiografía fue perdiendo a lo largo de los siglos, si consideramos una analogía culinaria, es mostrar el asado ya cocinado impidiendo que alguien no versado en el método histórico pueda mirar al interior de la cocina también. Es de esta forma que el presente escrito pretende reflexionar sobre la importancia del producto historiográfico al mismo tiempo que se revaloriza la importancia de discutir y dar conocer el método con el cual opera la historia. Todo ello a través de la problematización de algunos ejes importantes en la lectura de Heródoto de sus libros VII y VIII.

De esta forma, Heródoto, a lo largo de su exposición muestra sistemáticamente su metodología de trabajo. Así, por ejemplo, al reconstruir los principales acontecimientos y discusiones surgidas a propósito de la batalla de las Termópilas recurrentemente entrelaza, pero también diferencia, los acontecimientos en cuanto hechos de su propia interpretación. “Lo que creo, en definitiva, es que Leónidas, reflexionando sobre el contenido de ese oráculo, y con ánimo de que la gloria fuese patrimonio exclusivo de los espartiatas, permitió que los aliados se marcharan, y no los que se retiraron lo hiciesen por disparidad de criterios y con tamaña indisciplina” . De esta forma, nuestro autor logra poner de relieve para sus lectores que, en un nivel primario, se encuentra el ejercicio reconstructivo de los acontecimientos, pero en otro nivel de complejidad mayor, se encuentra la experiencia de dar sentido e interpretar el pasado. Diferenciando rotundamente hecho de interpretación, pero explicitando también su mutua implicación, es que Heródoto inaugura un modo de aprehender el pasado a la vez que da luces sobre el cómo hacerlo a quienes leen. Siguiendo las referencias presentes en el ejercicio de reconstruir los acontecimientos que se sucedieron en las Termópilas, es que se logra visualizar el amplio marco de estrategias investigativas que Heródoto dispone en esta empresa. Así por ejemplo, vemos la forma en que nuestro autor recopila mediante la escucha una serie de testimonios orales, a la vez que también utiliza evidencias escritas y la cultura material de la época al referirse a los epitafios que dan cuenta del enfrentamiento que allí aconteció.

Es posible plantear, a modo de conjetura por cierto, la importancia que desde un comienzo Heródoto le otorgó al acto de comunicar el resultado de sus pesquisas. En este sentido, vemos a lo largo de la obra de este autor una serie de referencias que, implícita o explícitamente, posicionan a un lector que puede o no estar en de acuerdo con la argumentación e interpretación presentada por el autor. Así, por ejemplo, al referirse sobre los motivos

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