Ideas Administrtivas De Bolivar
edines30 de Junio de 2012
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REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA.
MINISTERIO DEL PODER POÙLAR PARA LA DEFENSA.
UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL DE LA FUERZA ARMADA NACIONAL.
UNEFA-CHUAO (CARACAS)
INGENIERIA EN TELECOMUNICACIONES.
5TO SEMESTRES SECCION D04.
MANIFIESTO DE CARTAGENA.
INTEGRANTES:
EDINES PIÑANGO; CI:19797809.
RICARDO BARRANTES;CI: 19797853
CARACAS,25-6-12
INDICE
Pág.
Introducción-------------------------------------------------------------------------------------------2
Desarrollo---------------------------------------------------------------------------------------------3-8
-Manifiesto de Cartagena
-Introducción forma general de gobierno
-Sistema federal, elecciones
-Influencia eclesiásticas
-Causas por las cuales se perdió la primera republica
Conclusión-----------------------------------------------------------------------------------------------9
Introducción
Para comenzar primeramente es de suma importancia mencionar que SIMON BOLIVAR fue un hombre que lucho por la patria, por la abolición de los esclavos entre otros. También fue libertador de Bolivia, dictador de Perú, dictador de Guayaquil, 1er presidente de la gran Colombia, 2do y 3er presidente de Venezuela.
En este caso nos referimos específicamente al MANIFIESTO DE CARTAGENA, ya que el mismo fue escrito por bolívar cuando transcurría el marco de la independencia de Colombia y Venezuela, luego de la caída de la primera republica. Este manifiesto fue escrito en Cartagena de indias, es decir Colombia el 15 de diciembre de 1812, tras la caída de la primera republica donde explicaba con detalles las causas de la perdida de la primera republica, se dice que el manifiesto de Cartagena fue el primer gran documento de bolívar
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Desarrollo
1-Manifiesto de Cartagena.
La Memoria dirigida a los ciudadanos de la Nueva Granada por un caraqueño, mejor conocida como el Manifiesto de Cartagena, fue un documento escrito y publicado por Simón Bolívar en Cartagena de Indias, Nueva Granada (actual Colombia), fechado el 15 de diciembre de 1812. La primera edición del Manifiesto se hizo en la imprenta de Diego Espinoza en Cartagena a comienzos de 1813 y se considera su primer gran documento político. Este documento fue escrito por Simón Bolívar en el marco de la Independencia de Colombia y de Venezuela, luego de la caída de la Primera República, explicando con gran detalle y precisión las causas de esta pérdida Se dice que es el primer gran documento de Bolívar entre muchos otros. En este manifiesto, Bolívar expone sus consideraciones sobre la situación actual de la guerra de independencia, en especial las causas que llevaron al fracaso la primera república.
Cartagena fue Fundada por el capitán madrileño Pedro de Heredia en 1533, la ciudad colombiana fue la primera provincia del Reino de Nuevo Granada en proclamar su total separación del régimen español. En tal sentido, se llamó "Estado libre y absolutamente independiente", en el acta del 11 de noviembre de 1811.
Por tal motivo, se convirtió en el primer lugar a donde primero se dirigieron los patriotas luego de la pérdida de la Primer República a mediados de 1812. Entre éstos figuraba Simón Bolívar, quien salió de Venezuela por el puerto de La Guaira el 27 de agosto de ese año, rumbo a Curazao, en permaneció hasta finales de octubre, cuando partió hacia Cartagena.
En dicha ciudad se reunió Bolívar con otros expatriados, con los cuales ofreció sus servicios al gobierno de la Nueva Granada, en carta fechada el 27 de noviembre de 1812 que suscribe junto al letrado Vicente Tejera, ex ministro de la Alta Corte de Justicia de Caracas. Semanas después de enviada esta carta, el 15 de diciembre, Bolívar elabora su Memoria dirigida a los ciudadanos de la Nueva Granada por un caraqueño, documento más conocido como Manifiesto de Cartagena.
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En lo que es considerado como su primer gran documento político, Bolívar analiza los errores en los que incurrieron los hombres de la Primera República de Venezuela, tales como la adopción del sistema federal; la debilidad del gobierno; la impunidad de los delitos; la mala administración de las rentas públicas; la falta de conciencia ciudadana para el fiel cumplimiento de los deberes constitucionales y el ejercicio de los derechos; a la ambición de unos pocos y al espíritu de partido que todo lo desorganizó; a lo que además se sumó el terremoto del 26 de marzo de 1812, la influencia de eclesiásticos contrarios a la independencia y la imposibilidad de establecer fuerzas armadas permanentes y bien organizadas bajo un mando único.
La Junta Suprema, en lugar de subyugar aquella indefensa ciudad, que estaba rendida con presentar nuestras fuerzas marítimas delante de su puerto, la dejó fortificar y tomar una actitud tan respetable, que logró subyugar después la Confederación entera, con casi igual facilidad que la que teníamos nosotros anteriormente para vencerla. Fundando la Junta su política en los principios de humanidad mal entendida que no autorizan a ningún gobierno, para hacer por la fuerza libres a los pueblos estúpidos que desconocen el valor de sus derechos.
Los códigos que consultaban nuestros magistrados no eran los que podían enseñarles la ciencia práctica del gobierno, sino los que han formado ciertos buenos visionarios que, imaginándose repúblicas aéreas, han procurado alcanzar la perfección política, presuponiendo la perfectibilidad del linaje humano. Por manera que tuvimos filósofos por jefes; filantropía por legislación, dialéctica por táctica, y sofistas por soldados. Con semejante subversión de principios y de cosas, el orden social se resintió extremadamente conmovido, y desde luego corrió el Estado a pasos agigantados a una disolución universal, que bien pronto se vio realizada.
De aquí vino la oposición decidida a levantar tropas veteranas, disciplinadas y capaces de presentarse en el campo de batalla, ya instruidas, a defender la libertad con suceso y gloria. Por el contrario, se establecieron innumerables cuerpos de milicias indisciplinadas, que además de agotar las cajas del erario nacional con los sueldos de la plana mayor, destruyeron la agricultura, alejando a los paisanos de sus hogares, e hicieron odioso el gobierno que obligaba a éstos a tomar las armas y a abandonar sus familias.
Las repúblicas -decían nuestros estadistas- no han menester de hombres pagados para mantener su libertad. Todos los ciudadanos serán soldados cuando nos ataque el enemigo. Grecia, Roma, Venecia, Génova, Suiza, Holanda, y recientemente el Norte de América vencieron a su contrarios sin auxilio de tropas mercenarias, siempre prontas a sostener al despotismo y a subyugar a sus conciudadanos.
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La subdivisión de la provincia de Caracas, proyectada discutida y sancionada por el Congreso federal, despertó y fomentó una enconada rivalidad en las ciudades y lugares subalternos, contra la capital: "La cual -decían los congregantes ambiciosos de dominar en sus distritos- era la tiranía de las ciudades y la sanguijuela del Estado". De este modo se encendió el fuego de la guerra civil en Valencia, que nunca se logró apagar con la reducción de aquella ciudad; pues conservándolo encubierto, lo comunicó a las otras limítrofes a Coro y Maracaibo; y éstas entablando comunicaciones con aquéllas, facilitaron, por este medio, la entrada de los españoles que trajo la caída de Venezuela.
Simón Bolívar había asumido el mando de la Plaza de Puerto Cabello el 4 de mayo de 1812. Un mes después, el 6 de junio, ésta cayó en poder de los realistas. Ante tal pérdida y después de firmada la Capitulación, Bolívar logró pasar a Curacao y luego a la Nueva Granada. Allí, el gobierno le reconoció su grado de Coronel y le permitió su participación en la Campaña del Magdalena. El 15 de diciembre de 1812 escribió su primer documento donde expone las causas que condujeron a la pérdida de la Primera República y advierte a los neogranadinos sobre la necesidad de unirse para derrotar al enemigo.
Las causas según bolívar fueron:
1-El regimen de tolerancia seguido por las autoridades republicanas: considerado como débil e ineficaz. Criticó la actitud asumida por el gobierno de Venezuela frente a Coro, afirmando que la Junta Suprema debió atacarla y no dejar que se fortificara, y responsabilizando a los magistrados, quienes consultaban códigos inapropiados. “Por manera que tuvimos filósofos por jefes, filantropía por legislación, dialéctica por táctica y sofistas por soldados”. La doctrina en que se apoyaban, determinó que “a cada conspiración sucedía un perdón y a cada perdón sucedía otra conspiración que se volvía a perdonar”.
2. La carencia de un ejército regular, disciplinado y capaz de presentarse en el campo de batalla a defender
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