Juan Martínez de Rozas

El prócer Juan Martínez de Rozas

Desde pequeños, a los chilenos se nos han reiterado algunos nombres asociados al proceso de revolución y posterior independencia de Chile, vivida a principios del siglo XIX. O’Higgins, Carrera y Rodríguez, así como San Martín y hasta Toro y Zambrano son los apellidos que más se reiteran página tras página de textos de historia, dejando de lado a un hombre que si bien no nació chileno lucho incansablemente por esta tierra. Se trata de Juan Martínez de Rozas y Correa, mendocino de nacimiento, pero chileno y sobre todo penquista por adopción y convicción. No por nada sus restos descansan hoy en el Panteón de la Patria del Cementerio General de Concepción, levantado especialmente para alojar su féretro, así como el de otros ilustres personajes de los inicios de la república.

Martínez de Rozas nació en Mendoza en 1759, como el noveno de los once hijos que tuvo Juan Martínez de Rozas y López Piñeiro con Prudencia Correas de Larrea y Villegas. Llegó a Santiago a fines de la década de 1780 para estudiar Derecho, carrera de la cual se gradúa con honores, siendo además docto en otras materias como filosofía. Ya para 1786 Martínez de Rozas se convierte en asesor de Ambrosio O´Higgins, intendente de la Provincia de Concepción iniciando así una exitosa carrera política, la que incluso lo tuvo como intendente subrogante. Durante su interinato, Martínez de Rozas demostró todas sus capacidades, resolviendo una serie de problemas que aquejaban a toda la provincia como la mejora de caminos, el bandidaje, la fundación de ciudades e incluso la organización de puestos de vigilancia en la frontera. Trabajo que lo puso en simpatía y adhesión de los habitantes de la provincia, formando lazos y redes que explican, en parte, el éxito de la revolución independentista propiciada por él propiciada.

El 23 de mayo de 1795, el abogado contrae matrimonio con Nieves Urrutia Mendiburo y Manzano, hija del vecino más acaudalado de Concepción y del país, José de Urrutia y Mendiburo, dueño de grandes haciendas y propiedades que abarcaban las provincias de Linares, Maule, Ñuble y Concepción.

Luego, su vida política se desarrolla en diferentes cargos de asesorías incluyendo el trabajo que hizo junto al Gobernador Francisco Antonio García Carrasco,  posición de la cual se aprovechó para allanar el camino hacia la separación definitiva de la corona española.

Juan Martínez de Rozas logra tal notoriedad, que no extraña para la época que fuera elegido como miembro de la Primera Junta Nacional de Gobierno de 1810 y que incluso también la presidiera. Fue parte del primer Congreso de Chile como diputado por Concepción, y luego líder, tras dejar la capital y el congreso, del cabildo penquista.

Desde estas vitrinas, Martínez de Rozas realizó el trabajo necesario para convencer a otros criollos de la importancia de generar una administración propia y autónoma, capaz de ser suficiente frente a la ausencia del rey, lo que no significa otra cosa que estar listos para la independencia. Claro que la conformación del cabildo de Concepción, así como los golpes de estados impulsados por José Miguel Carrera, generó distanciamiento entre Santiago y Concepción, y en particular entre Carrera y Juan Martínez de Rozas.

...