Juan Pablo Duarte y Diez: cuna de ideales

Santo Domingo, 23 de enero de 2015

Juan Pablo Duarte y Diez: cuna de ideales.

“Hay palabras que por las ideas que revelan llaman nuestra atención y atraen nuestras simpatías hacia los seres que las pronuncian” Juan Pablo Duarte. Sin duda, más que simpatía, hemos creado un orgullo intachable hacia la persona y las acciones de nuestro padre de la Patria.

Juan Pablo Duarte y Diez, fue visto nacer por nuestra patria el 26 de enero de 1813. Desde entonces, ha marcado pautas determinantes en nuestra historia. Fue para 1832, que Duarte inicia una vida ligada a la vida social, cultural y política de nuestro país así como a importantes sectores de la pequeña burguesía urbana.

En cuanto percibió los problemas sociales y políticos a los que nos enfrentábamos, decidió formar una sociedad llamada “La Trinitaria”, con el fin ulterior de independizar nuestra isla. A su vez, surgió “La Filantrópica”, que era una alternativa utilizada para expresar sus opiniones de manera pasiva y concientizar al pueblo de la separación de los haitianos.

Debido a estas acciones, Duarte se vio exiliado a Venezuela para 1843, mientras que los trinitarios permanecían en el país con el ideal de cumplir con su mayor deseo. Así fue que para el 27 de febrero de 1844, los trinitarios, encabezados por Ramón Matías Mella y Francisco del Rosario Sánchez, dieron lugar a la proclamación de la independencia, haciendo enarbolar los ideales de Duarte.

Para el 14 de Marzo, Juan Pablo Duarte vuelve al país y se integra a la Junta Central Gubernamental, siendo juramentado como presidente de la República meses más tarde. No obstante, esto no perduró, pues Santana tomo el poder, lo que obligo a Duarte a un segundo exilio. Permanece en Caracas, Venezuela con su familia hasta fallecer el 15 de julio de 1876.

Juan Pablo Duarte no es solo un personaje de historia, es una cuna de ideales que ha transcendido generaciones. Es, conjunto a sus demás compañeros que lucharon por nuestra Patria, un ejemplo de grandeza y liderazgo unido a sabiduría y amor. No conoció límite, siempre fue tras su sueño: una República Dominicana libre e independiente de toda potencia extranjera... Y lo logró!! Debe ser siempre para todos, jóvenes, niños y adultos, un recordatorio de que la educación es la mejor arma con la que contamos y la perseverancia solo se logra levantándonos de nuestras caídas, nunca dados por vencidos. Tal cual diría Duarte, “trabajemos por y para la Patria, que es lo mismo que trabajar para nuestros hijos y para nosotros mismos”.

Melissa Trinidad

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