LAS CATALINARIAS

LAS CATALINARIAS.

Las Catilinarias eran discursos contra Catilina, que eran anunciadas por Cicerón entre el 8 de noviembre y el 5 de diciembre del año 63, cuando era cónsul descubrió y eliminó un intento de combate contra el Estado que fue encabezado por Lucio Sergio Catilina que tenía como objetivo final la destrucción de las estructuras del Estado romano e incluso la eliminación de Roma y el asesinato de los ciudadanos representativos del partido.

Los hermanos Tiberio y Cayo Graco, intentaron solucionar la situación del campesinado a base de repartir entre los más pobres una parte del terreno público obtenido por el Estado en sus guerras de expansión y que, de hecho, se encontraba usufructuado por la nobleza. La reacción senatorial no sólo condujo a la derogación de las leyes promulgadas y a la muerte de los dos tribunos (Tiberio fue asesinado en el 133 y Cayo en el 121), sino que instauró un período reaccionario de dominio total de la aristocracia senatorial; Mario obtiene la elección consular al tiempo que se hace cargo como comandante en jefe de la guerra contra el rey de Numidia, Jugurta, que estaba causando continuas derrotas a los ejércitos de Roma. La posterior reacción aristocrática vino de la mano de Cornelio Sila. Sin embargo, casi de manera inmediata, Sila tiene que partir para Asia para hacerse cargo de la guerra contra Mitrídates, rey del Ponto. Tras derrotar a Mitrídates, regresa en el 83 y responde con instaurar un terrible régimen de proscripciones. Convertido en dictador en el 82, abdica en el 79 y se retira a la vida privada muriendo al año siguiente. La desaparición de Sila supone la irrupción en la escena política y militar de un nuevo líder aristocrático, Pompeyo el Grande, que será el encargado de acabar con los restos de la resistencia mariana, con la nueva rebelión de Mitrídates y con el peligro de la piratería en el Mediterráneo. Por estos años, en el 73, se produce también la rebelión de los esclavos comandada por Espartaco. Como puede pues colegirse el clima social está lo suficientemente alterado como para propiciar nuevos intentos. Así las cosas, un patricio arruinado, Lucio Sergio Catilina, cree llegada su ocasión y piensa en la posibilidad de reunir a su alrededor el amplio descontento de las clases populares. Lo intenta primero por la vía legal, presentando su candidatura al consulado del año 65, pero el Senado lo borra de la lista de candidatos a consecuencia de los excesos cometidos durante el ejercicio de su pretura en África en el año 67. Ante este desaire, Catilina, con el supuesto apoyo de César y Craso, intenta dar un golpe de mano consistente en:

 Asesinar a los cónsules cuando obtuviera la posesión, el primero de enero del año 65; pero no hubo una buena coordinación entre los conjurados y por eso fracasaron. El segundo fue planeado  el 5 de febrero del mismo año. Estos intentos se conocen como la primera conjuración de Catilina. A finales del 64 presentó Catilina su candidatura al consulado, con Cayo Antonio Híbrida;  tenía  planeado la abolición de las deudas y el reparto de tierras. El temor de los propietarios se pusieron en su contra, lo que eraadecuado el acceso al consulado de Marco Tulio Cicerón.

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