La Maliinche

Hegemonía cultural

En cada cultura hay un tipo de vida, como la hay en todos los seres humanos. Por ende la cultura depende de los seres humanos a los que está vinculado y los seres humanos como consecuencia son forjadores de su continuidad que está basada en la dinámica que ocurre dentro de esa relación. La evolución es algo inevitable, no hay hombre que pueda cortar el hilo que los conecta. Aun así, cuando se mantiene una fuerte lealtad a su identidad cultural, nadie tiene la experiencia de vivir en una cultura como lo vivían sus antepasados. Las únicas culturas que se ven intactas son las que ya han desaparecido y, han quedado congeladas en los museos de antropología que rodean este mundo.

Doña Marina, La Malinche, tantos nombres para una mujer que realizó un papel fundamental en la conquista de México y que a través de los años ha sido distorsionada por los historiadores y mitificada por otros. “Se trata de un ser que se ha instalado en la memoria colectiva como un símbolo maldito y ambivalente: es el arquetipo de la traición a la patria y al mismo tiempo la madre simbólica de todos los mexicanos, el paradigma del mestizaje” (Paz)

El propósito de este ensayo es de revivir la vida de La Malinche, sus aspectos históricos o míticos que la han elevado a tomar parte de la cultura de una nación y, a la misma vez como ha sido percibida a través de los siglos. Usare los libros de los siguientes cronistas como base para establecer mi argumento: Margo Glantz: La Malinche sus padres y sus hijos, y Octavio paz: El laberinto de la soledad. Mi argumento y citas tomadas de los cronistas mencionados, van a ser analizados en luz de la Ideología de Ronald Barthes; El mito hoy, en lo que es el mito de la izquierda y la derecha.

Como dice Ronald Barthes: “Estadísticamente, el mito se encuentra en la derecha. Allí es esencial: bien alimentado, reluciente, expansivo, conversador, se inventa sin cesar. Se apodera de todo: las justicias, los morales, las estéticas, las diplomacias, las artes domésticas, la literatura, los espectáculos” (Barthes, 1972). De ese modo, ¿Quién es la Malinche en la realidad Mexicana?

A menudo escucho a personas de origen Mexicano utilizar la frase “A la Chingada” esto, como medio de expresar sus frustraciones. Al principio, me intrigaba escuchar esa frase, porque para mí, como persona del Caribe, esa frase tiene otro significado. No fue hasta que le pregunte a una de las personas, porque utilizaban “A la chingada” como frase común, que me di cuenta que era solo parte de la cultura y era tan solo, un modo de expresión.

Por consiguiente, no fue hasta que leí el libro de Octavio Paz; El laberinto de la soledad que entendí más a fondo el significado de esa frase tan comúnmente expresada entre la cultura Mexicana. Como él dice en su libro:

“¿Quién es la Chingada? Ante todo, es la madre. No una madre de carne y hueso, sino una figura mítica. La Chingada es una de las representaciones mexicanas de la Maternidad, como la Llorona o la "sufrida madre mexicana". La Chingada es la madre que ha sufrido, metafórica o realmente, la acción corrosiva e infamante implícita en el verbo que le da nombre. Vale la pena detenerse en el significado de esta voz.” (Paz)

En relación de lo que habla Ronald Barthes; es en la derecha donde una ideología se cultiva, donde toma vida. Cuando trato de analizar este concepto y, trato de aplicarlo a esta ideología de “La chingada” es cuando veo la fuerza que tiene esa expresión, y como le tratan de culpar todo lo que está ocurriendo a esa figura mítica que es la “La chingada”. Como consecuencia, nada tiene solución, por que como la “La chingada” todo está afuera del alcance, sin esperanzas de sobrepasar.

En El laberinto de la soledad, Octavio Paz compara a la Patrona de México con la Malinche en su argumento para relacionar el concepto de “La Chingada” con los acontecimientos actuales en México.

“Por contraposición a Guadalupe, que es la madre virgen, la

Chingada es la madre violada [la] pasividad [de la chingada es aún más] abyectas: no ofrece resistencia a la violencia, es un montón inerte de sangre, huesos y polvo. Su mancha es constitucional y reside, según se ha dicho más arriba en su sexo. Esta pasividad al exterior la lleva a perder su identidad: es la Chingada. Pierde su nombre, no es nadie ya, se confunde con la nada, es la Nada”. (Paz)

En este contexto se puede ver, y me atrevo a asumir que cuando se le hace referencia a la Malinche con la Virgen de Guadalupe, no solo estamos hablando de una cultura que está al borde de ser evaporada, sino, estamos hablando de la implicación de esa violación cuando se le introduce algo nuevo. La Virgen María, como representante de la Iglesia Católica, o el Cristianismo, se le puede atribuir

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