La Prehisroria

AUTOBIOGRAFIA DE: José Mario Molina Pasquel Henríquez.

Nací en Ciudad de México el 19 de marzo 1943, mis padres fueron Roberto Molina Pasquel y Leonor Henríquez de Molina. Mi padre era abogado, tenía una consulta privada, sino que también enseñó en la Universidad Nacional Autónoma de México (Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)). En sus últimos años, después de haber salido de México, se desempeñó como Embajador de México en Etiopía, Australia y Filipinas.

Asistí a la escuela primaria y la secundaria en la Ciudad de México. Estaba fascinado por la ciencia ya antes de entrar en la escuela secundaria, yo todavía recuerdo mi emoción cuando por primera vez miró a los paramecios y amibas a través de un microscopio de juguete más bien primitivo. Luego convirtió un cuarto de baño, rara vez utilizado por la familia, en un laboratorio y se pasaba horas jugando con los juegos de química. Con la ayuda de una tía, Esther Molina, quien fue un químico, que continuó con más experimentos desafiantes en la línea de las llevadas a cabo por estudiantes de química de primer año en la universidad. Siguiendo con nuestra tradición familiar de enviar a sus niños en el extranjero por un par de años, y conscientes de mi interés por la química, me enviaron a un internado en Suiza cuando tenía 11 años, en el supuesto de que el alemán es un idioma importante para un químico posibles para aprender. Recuerdo que yo estaba emocionada de ir a Europa, pero luego me ha decepcionado que mis compañeros de escuela europea no tenía más interés en la ciencia que mis amigos mexicanos. Yo ya había decidido en ese momento para convertirse en un investigador químico; antes, yo había contemplado seriamente la posibilidad de seguir una carrera en la música - que solía tocar el violín en esos días. En 1960, me inscribí en el programa de ingeniería química en la UNAM, ya que era entonces el más cercano camino de convertirse en un físico-químico, tomando cursos orientados a las matemáticas-

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