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Leyenda De Manco Cápac Y Mama Ocllo

sheska724 de Junio de 2011

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Leyenda de Manco Cápac y Mama Ocllo

Sobre los orígenes del Imperio inca sólo ha llegado hasta nuestros días y por vía de tradición oral dos mitos o leyendas. Ellas son "El mito de los hermanos Ayar" y la "Leyenda de Manco Capac y de Mama Ocllo"

La leyenda de Manco Capac y Mama Ocllo, dio a conocer el Inca Garcilaso de la Vega (1539 – 1616). Cronista fue hijo de un capitán español Sebastián Garcilaso de la Vega y de la ñusta Isabel Chimpu Ocllo, nieta de Túpac Yupanqui. Su anciano tío , fue el que más información le proporcionó. Poniendo el relato en boca de su tío, relata Garcilaso esta leyenda.

Nuestro padre el Sol, viendo los hombres en el estado en que estaban, se apiadó y tuvo lástima de ellos y envió del cielo a la tierra un hijo Manco Capac y una hija Mama Ocllo para civilizar a los pobladores. Con esta orden y mandato puso nuestro padre el sol estos hijos suyos en el lago Titicaca que está a 80 lenguas de aquí. Y les dijo que fuecen por donde quisiesen y, donde quiera que parasen a comer o a dormir, procuren hundir en el suelo una varilla de oro que les dio para señal y muestra: Que donde aquella barra se les hundiese con sólo un golpe, allí quería el sol nuestro padre que parasen e hiciesen su asiento y corte…

Ellos salieron del Titicaca y caminaron al septentrión. Y por todo el camino, doquiera que paraban, tentaban hincar la barra de oro y nunca se les hundió. Así, entraron en una venta o dormitorio pequeño, que está siete u ocho leguas al mediodía de esta ciudad, que hoy llaman Pacárec Tampu. Es uno de los pueblos que este príncipe mandó poblar después y sus moradores se jactan hoy grandemente del nombre, porque lo impuso nuestro Inca.

De allí llegaron Manco Capác y Mama Ocllo, nuestra reina, a este valle del Cuzco, que entonces todo él estaba hecho montaña brava. La primera parada que en este valle hicieron fue en el cerro llamado Huanacauri, al mediodía de esta ciudad. Allí procuró hundir en tierra la barra de oro, la cual con mucha facilidad se les hundió al primer golpe que dieron en ella, que no la vieron más. Entonces dijo nuestro Inca a su hermana y mujer: En este valle manda nuestro padre el sol que paremos y hagamos nuestro asiento y morada para cumplir su voluntad…

Del cerro Huanacauri salieron nuestros primeros reyes, cada uno por su parte, a convocar las gentes… El príncipe fue al norte y la princesa al sur. A todos los hombres y mujeres que hallaban por aquellos breñales, les hablaban y decían que su padre el sol los había enviado del cielo para que fuesen maestros y bienhechores de los moradores de toda aquella tierra sacándoles de la vida ferina que tenían y mostrándoles a vivir como hombres…

Los cuales, viendo aquellas dos personas vestidas y adornadas con los ornamentos que nuestro padre el sol les había dado y las orejas horatadas y tan abiertas como sus descendientes las traemos…, maravillados por una parte de lo que veían, y por otra aficionados de las promesas que les hacían, les dieron entero crédito a todo lo que dijeron. Y los adoraron y reverenciaron como a hijos del sol y obedecieron como a reyes.

Nuestros príncipes, viendo la mucha gente que se allegaba, dieron orden que unos se ocupasen de proveer de su comida campestre para todos, para que el hambre no los volviese a derramar por los montes.

Mandó que otros trabajasen en hacer chozas y casas, dando el Inca la traza como las habían de hacer. De esta manera se principió a poblar esta nuestra imperial ciudad, dividida en dos medios que llamaron Hanan Cusco (parte alta )y Hurin Cusco(parte baja )

Los que trajo el rey quiso que poblasen a Hanan Cuzco, y por eso le llamaron “el alto”. Y los que convocó la reina, que poblasen a Hurin Cuzco, y por eso le llamaron “el bajo”. … y mandó que entre ellos hubiese una sola diferencia y reconocimiento de superioridad:

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