ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Los Esenios


Enviado por   •  18 de Septiembre de 2012  •  1.909 Palabras (8 Páginas)  •  487 Visitas

Página 1 de 8

A L G D AD U

LOS ESENIOS

Secta de los tiempos antiguos que indudablemente guarda gran analogía con la Sociedad Masónica. Los Esenios, llamados, por algunos autores, esenianos, vivían reunidos en congregaciones separadas, pero unidas todas por un lazo común; se entregaban a profesiones mecánicas y sus bienes eran comunes. Se dividían en cuatro clases y cuando viajaban se albergaban en los diferentes asilos de la Sociedad, y tenían ciertos signos y palabras para poderse conocer entre sí. Si un profano pedía la iniciación, no era admitido sino después de tres años de pruebas; y si salía de ellas triunfante, juraba servir a Dios fielmente, ser justo con sus semejantes, buscar la verdad, amarla y defenderla y perder antes la vida que revelar a ningún profano los secretos de la Sociedad; después de esto se entregaba al neófito un martillo y un mandil blanco y era, desde entonces, considerado como un miembro de la Asociación.

En algunas de sus habitaciones no permitían la entrada a nadie más que a los individuos de la Sociedad. Un día a la semana todos los individuos de cada Congregación se reunían para escuchar las órdenes o instrucciones de sus jefes, y se sentaban por orden de antigüedad, teniendo la mano derecha colocada sobre el pecho, algo más abajo de la barba, la izquierda más abajo, a lo largo del costado. Tenían prohibido servirse de esclavos, como cosa opuesta a las leyes de la naturaleza.

Según el historiador Josefo, esta sociedad se derivaba de una agregación anterior, que fue conocida con el nombre de Sociedad de los hasideos, que existía en los tiempos de la construcción del Templo de Salomón, cuyo adorno y conservación les estaba confiada.

Los Esenios, fue el nombre de una Sociedad hebraica formada entre las montañas para ponerse al abrigo de las persecuciones de los sirios cuando invadieron la Judea. Después de la destrucción del Templo se retiraron en lo más intrincado de los montes, en donde conservaron las doctrinas de la iniciación, con toda su pureza.

Enseñaban y practicaban el amor de Dios, el de la virtud y el de la humanidad. Esta sociedad produjo a San Juan Bautista y a Jesús, fundadores a su vez de nuevas sociedades, que durante las guerras de los bárbaros del Norte, en la Galia, la Italia, etc., conservaron intacta y con toda su pureza la doctrina masónica.

Se dividían en corporaciones independientes y separadas, de las que eran excluidas las mujeres, porque les estaba prescrito el más riguroso celibato. Dedicados al ejercicio de todas las profesiones útiles a la sociedad, depositaban, en común, los beneficios que obtenían con su trabajo.

Josefo refiere que después de terminar su trabajo, se reunían y ponían los mandiles de tela de lino, hacían una ablución con agua fría, y se dirigían hacia un departamento, en el que únicamente era permitida la entrada, a los iniciados, y situándose alrededor de una mesa, después de una plegaria, comenzaban la comida, en medio del silencio más absoluto.

AI acabar, se quitaban el mandil, que consideraban sagrado, y volvían a emprender su trabajo hasta el momento en que, otra vez, se volvían a reunir para cenar, guardando las mismas formas que se observaban en la comida. Cuando un profano pedía ser admitido, dice, le exigían que sufriera un año de noviciado, durante el cual estaba sujeto a todas las reglas que seguían los demás individuos, si bien quedaba fuera de las habitaciones se le daba un martillo o hachuela y se le revestía con un traje blanco y con el mandil que ya se ha mencionado.

Si durante el noviciado, el candidato demostraba aptitud para el caso, se le permitía participar de las abluciones sagradas, pero aun no podía ser admitido en la asociación, era preciso que sufriera otros dos años de prueba, durante las cuales, seguros ya de su templanza, procedían al examen de su espíritu y de sus sentimientos, y si salía victorioso era iniciado y recibido como miembro de la sociedad. Pero, a pesar de esto, antes de tomar asiento en la mesa común, tenía que hacer votos gravísimos y prestar solemne juramento, comprometiéndose a servir a Dios religiosamente, ser justo con todos los hombres, guardar inviolablemente sus promesas, amar la verdad y defenderla y no revelar jamás, los secretos que le eran confiados, a ningún profano, aun cuando fuera amenazado con la propia muerte.

La cofradía de los Esenios ha permanecido oculta al conocimiento profano por lo hermético de su enseñanza, por la elevada misión que les correspondió cumplir y seguramente por no ser mencionados en la Biblia. Ellos prepararon el terreno para que la semilla de Jesús cayera en tierra fértil.

El conocimiento oculto no ignoró a los Esenios, a diferencia del mundo religioso, filosófico y científico, a pesar que en el siglo I eran conocidos. Fue necesario el "accidental" hallazgo hecho en el interior de una gruta, en el año 1947, por un joven beduino, Mohamed el lobo, quien encontró las jarras de greda con rollos de lino recubierto de alquitrán o cera con escritos en pergamino y láminas de cobre de más de 2.000 años de antigüedad para que los esenios fueran nombrados en el mundo moderno.

Tres escritores del siglo I D. C. los mencionan: Plinio dice: Los esenios habitan en la costa occidental del Mar Muerto. Son gente solitaria y muy superior al resto de la humanidad. Carecen de dinero y las palmeras son su única compañía. Se renuevan de continuo merced a la incesante corriente de refugiados que acuden a ellos en gran número, hombres hastiados de la existencia a quienes las vicisitudes de la fortuna impulsaron a adoptar tal género de vida. Así un pueblo se ha perpetuado, por increíble que parezca, en un lugar donde

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (11.3 Kb)  
Leer 7 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com