Por Eso Estamos Como Estamos

CÓMO ESTAMOS

México no ha logrado tener un crecimiento económico ya no digamos a niveles de los países desarrollados, sino que se rezaga respecto a los países no desarrollados.

Si bien el hecho de compararse con Estados Unidos nos ha llevado a que se implementen políticas públicas fuera de nuestro contexto y de nuestra realidad, es bueno hacerlo pues permite un crecimiento económica más rápido si se hacen bien las cosas, pues se aprende e importa tecnología de los países desarrollados, así como poder aprovechar la enorme frontera que compartimos con Estados Unidos, como lo hizo Canadá en su momento.

Durante la segunda mitad del siglo pasado se tuvo crecimiento económico importante a nivel mundial, pero en México no se dio de manera sostenida como en otros países latinoamericanos y esto se debió, básicamente, al pobre desempeño de la productividad laboral, ya que ésta es el motor del crecimiento en países exitosos y única forma de hacerlo de manera sostenida.

Se menciona que si la mano de obra femenina se incrementa en México, la riqueza por persona aumenta, ya que las personas que sí trabajan lo hacen mucho ya que en promedio se trabajan 7.25 horas diarias según la OCDE, pero si la productividad es baja y estática, el trabajar mucho no es suficiente, hay que hacerlo productivamente.

El punto positivo que se observa ante esta bajo crecimiento económico, es que desde que las finanzas públicas se mantiene razonablemente prudentes y el tipo de cambio flotante, la inflación está controlada y los salarios manufactureros con ligera recuperación. Así mismo, la crisis que inició en 2008 pudo haber repercutido tan gravemente como la de fines de 1994, la diferencia, repetimos, es la fortaleza macroeconómica.

Se hace notar que el gobierno mexicano, aunque débil en algunos frentes, no lo ha sido en su capacidad de gastar fundamentalmente lo que tiene, aunque incluye el ingreso creciente del petróleo y, añadiríamos, el gasto corriente se lleva la mayor parte de éste.

Adicional al problema del crecimiento débil de la economía de México, está la repartición de la riqueza y, por ende, la desigualdad social, la cual se ha incrementado con las crisis que ha vivido México a lo largo de su historia contemporánea y cuyo resultado es una sociedad con más pobres que los países con niveles de ingreso comparables.

Entre los factores que ayudan a disminuir la desigualdad, está el ejercer el voto, pues por este medio se presiona a las autoridades para que otorguen un conjunto de derechos sociales que permita emparejar a la sociedad.

A fin de cuentas, la mayor igualdad parece ser resultado de los procesos democratizadores y está asociada con las altas tasas de crecimiento de las economías occidentales.

México se ha vuelto un país menos desigual últimamente gracias a la democracia, a cambios demográficos y con ciertas políticas públicas, sobre todo las que permiten un mayor acceso a la educación y a programas sociales.

La región latinoamericana es la más desigual del mundo debido, principalmente, por el control político que da votos y apoyo político y abre opciones de ascenso social a los líderes a través de cargos públicos y oportunidades de negocios y alimenta una burocracia supuestamente dedicada a apoyar a los más pobres pero que termina quedándose con los recursos destinados a programas sociales o desviándolos a otros conceptos como lo son los electorales.

Aunque el párrafo anterior se refiere a los ejidos, esto

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