De que nada se sabe

De que nada se sabe.

Alfredo Noriega

Alfaguara, serie Roja, 5ª reimpresión, 2011.

Esta historia se desarrolla en el Quito contemporáneo, una ciudad con varias historias para contar y que conoceremos junto a un médico legista. En cuatro días conocemos unas cuantas historias que, aunque no lo parezca se enlazan una con otra.

Trata de Arturo Fernández un médico forense que trabaja en la morgue de Quito no por vocación o conveniencia social, tampoco por amor a su labor, nunca logró sobrellevar el constante trato con los pacientes, sus quejas, llantos ni las operaciones que muchas veces son cotidianas. Escogió esta profesión más por la presión de sus padres y por otra parte, para que los años de estudio no sean desperdiciados. Por esta razón Arturo siempre divaga y se imagina los escenarios en los que cayeron sus “pacientes”, cómo sería su vida y cuál sería el motivo por el que llegaron junto a él, se preocupa por las historias reales de las víctimas más allá de lo profesional.

Tiene como personajes a una pareja que consuma un amor a contracorriente y que paga por ello,  una mujer madura que se enamora de forma absurda de un bibliotecario, un taxista que se desvive para ayudar y consolar a una madre que pierde a su hijo y que han atropellado, una pareja de ex esposos cuyo hijo está sufriendo la muerte de un ser querido, e incluso nuestro médico que es atrapado por esta ciudad que siempre amanece cubierta de sangre.

La historia es interesante y está narrada de una forma muy detallada, un poco mezclada y caótica a simple vista y, aunque resulte un poco difícil de seguir, ya que el autor relata esta historia de una forma incontinua, con saltos entre los personajes y sus preocupaciones siempre se regresa a la sala de autopsias donde los personajes inician su viaje.

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