EL RETRATO DE DORIAN GRAY

EL RETRATO DE DORIAN GRAY

Oscar Wilde

El retrato de Dorian Gray, desde que inicié la lectura, supe que era una obra de arte.

Es la manera en que Wilde te transporta al momento y al sitio que en sus letras está evidenciando de una manera tan poética. Es así como nos incita a breves momentos de lectura placenteramente pasajera y largos ratos de profunda reflexión ante la situación de Dorian y su relación con sus cercanos amigos, Basil y Henry.

Al principio es un chico joven, simple, ingenuo y dado a los divertimentos sin pararse a pensar las cosas. Terminará siendo un ser egoísta, la parte que representa su retrato, un joven mal influenciado por una amistad de una ralea bastante común en aquella época (Por lo tanto no era tan mal vista), que seguía los ideales de una corriente doble moralista, que llenaba la vida de excesos y goce sin culpas. Dorian, siendo un joven excesivamente atractivo, atraía la atención de muchas personas siendo, además, un poco sagaz, pero fue la ingenuidad la primera que permitió la mutación de este personaje y su alma, de algo maravillosamente ‘puro’ a algo monstruosamente oscuro y sucio.

Todo, me parece, inicia con el miedo de Dorian a envejecer. Pensar que el retrato se mantendría inerte (aparentemente) y, por lo tanto, no perdería su belleza y juventud, hizo que Dorian deseara, de manera envidiosa, nunca envejecer y mantener su belleza para siempre. La frecuente relación con Henry influye demasiado en Dorian, y de una manera negativa. Dorian empieza a notar que con su belleza puede obtener todo lo que desee y así tener el placer que quisiera, conclusiones apoyadas en las ideas de la vida que tenía Henry y que este había transmitido a Dorian cada vez que se reunían.

Con el tiempo y las calamidades que Dorian realizaba su retrato envejecía. Toda la maldad y la mezquindad de éste personaje envejeció su alma aunque no su cuerpo, pues el retrato, no carecía de vida, pero no tenía vida propia, era el mismo Dorian, su esencia, su alma. Su desequilibrada vida le vuelve un joven con alma vieja. Dorian pasó por un proceso que al ser humano, en su infinito egocentrismo, le resulta doloroso y a veces insoportable. Nacemos con intención de ser eternos, sin la conciencia de que comenzamos a morir en el justo momento que empezamos a vivir. Y así nace nuestro afán por la perfección, nuestra búsqueda de la belleza a través del arte y nuestro anhelo por parar el tiempo en ese momento en que nos sentimos invencibles. Pero es una lucha en vano, porque si fuéramos inmortales dejaríamos de ser humanos.

Creo que había para más, más para la historia, pues me hubiera gustado leer más a detalle la manera en que Dorian se transforma y sumerge en esa perversa y malvada vida. Explica mucho porque cambia

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