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El Angel De Una Banda


Enviado por   •  18 de Noviembre de 2013  •  708 Palabras (3 Páginas)  •  282 Visitas

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Había una vez un hombre que tenía tres hijos. Al más pequeño le pusieron por nombre Zonzín, y siempre se burlaban de él y no lo tenían en cuenta.

LA OCA DE ORO

Un día el hijo mayor quiso ir a cortar leña. La madre le preparó una torta de manteca y huevo de lo más rico y una bota de vino, y él se fue al bosque tranquilamente. Cuando llegó se encontró a un hombrecito viejo y arrugado, que lo saludó y le dijo:

–Dame un trozo de esa torta que llevas y déjame beber un trago de tu vino, ¡tengo tanta hambre y tanta sed!

Pero el hijo mayor, muy sensato, le respondió:

–Si te doy de mi torta y de mi vino, me quedará menos para mi. ¡Así que márchate de aquí en seguida!

Y dejando plantado al hombrecito prosiguió su camino.

Pero sucedió que, apenas empezó a trabajar, le rebotó el hacha hiriéndole el brazo, por lo que tuvo que dejar la tarea y volverse a casa triste y desanimada.

Entonces resolvió ir al bosque el hijo mediano. La madre le preparó también su torta de huevo y manteca, más rica todavía, y le dio también una buena cantidad de vino. A la entrada del bosque ya lo esperaba el hombrecito viejo y arrugado.

–Dame un trozo de esa torta que llevas y déjame beber un trago de tu vino, ¡tengo tanta hambre y tanta sed!

Pero también el hijo mediano, muy sensato, le respondió:

–Si te doy de lo que llevo, ¿qué voy a comer? ¡Déjame en paz!

Y sin añadir palabra se adentró en el bosque. Pero en cuanto hubo dado un par de hachazos a un árbol, el tercero le golpeó la pierna. Y así, herido y maltrecho, volvió a casa a curarse.

Entonces Zonzin suplicó:

–Padre, deja que yo vaya al bosque a cortar leña. .

– ¿Tú a buscar leña? –Dijo el padre–. ¿No ves lo mal que les ha ido a tus hermanos siendo mayores y más listos que tú? Vamos, déjate de historias.

Pero tanto insistió y suplicó el muchacho, que el padre, para no oírlo más, permitió que se fuera. –Vete y déjame en paz. Allá tú.

La madre le preparó una torta de agua y harina, cocida sobre la parrilla, y, en lugar de vino, le puso una botella de cerveza agria. Cuando llegó al bosque, Zonzín se encontró también al hombrecito viejo y arrugado.

–Dame un trozo de torta y un trago de tu botella, ¡tengo tanta hambre y tanta sed! –le suplicó el viejo.

–Con mucho gusto te daré: pero sólo llevo una torta cocida sobre las cenizas y

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