Gerascofobia

Gerascofobia.

En el presente ensayo se pretende analizar y reflexionar en torno a los conceptos de belleza y juventud, y cómo estos son representados en El retrato de Dorian Gray de Oscar Wild. Este acercamiento será vinculado al trastorno ansioso conocido como “Gerascofobia”, el cual representa un miedo desenfrenado hacia el envejecimiento. Además de esto, se intentará relacionar las propuestas simbólicas de Gilbert Durand respecto a los arcanos mayores/menores del Tarot.

La gerascofobia, pese a ser un padecimiento ridiculizado por contradecir uno de los grandes principios de la vida (la muerte), nunca ha dejado de ser una problemática constante en la historia humana. La juventud y la belleza son conceptos analizados por décadas desde la filosofía y la psicología, al asentarse en una sociedad que constantemente establece cánones etarios y/o de belleza general. ¿Cuál es la relevancia de esto dentro de Dorian Gray?

La obra oscila constantemente entre problemáticas humanas de carácter individual, es decir, la existencia de un conflicto que abarca solo la mente e individualidad del sujeto que lo padece. El padecimiento y problemática constante en la obra es la idealización de la belleza divina, de la juventud jovial y la sensualidad; aspectos y cualidad que NO tienen una permanencia eterna, sino, siendo más detallados, tienen una fecha límite asechando constantemente, año tras año. La gerascofobia, este miedo al envejecimiento, es la carta de presentación de Dorian y Lord Henrry, ambos personajes se sienten atraídos y cómodos con la existencia de la belleza más pura, e incluso la buscan, la anhelan con locura. Estos dos personajes pueden ser identificados como caras opuestas de una misma moneda, como dos hemisferios que se encuentran sumamente cerca, pero, a su vez, son sumamente distintos.

Lord Henrry es reconocible como una figura sumamente maléfica, un hombre de sangre fría, un reptil vestido en seda. El arquetipo navega entre la riqueza, conocimiento, control y poder; es un reflejo de la opulencia que rodea al rico. Este indescriptible poder económico, social e intelectual, le facilitan el control y manipulación de su entorno, permitiéndole estar cerca de su objeto de admiración: la belleza de Dorian.  Su rol dentro de la historia no es otra más que alimentar su propia hambre, dejar crecer su envidia, y contaminar la ilusa juventud que tanto admira en Dorian.  Lord Henrry quiere lo que ya no puede tener, algo que su ostentosa vida no puede conseguirle: la juventud. Por eso admira a Dorian, e intenta corromper su inocencia con su deliberado hedonismo.

Lord Henrry no es el diablo por ser prototípicamente malo, sino por cumplir con algunos de los rasgos más característicos que tiene esta carta dentro del Tarot. El diablo no necesariamente es una persona negativa, pero sí es sumamente poderoso, controlador y avaricioso, y eso sí lo tiene Henrry.

Dorian, por su lado, como contraparte etaria y emocional de Lord Henrry, es asociable a la figura simbólica del mago. Yendo a textualidades del concepto, el mago representa una imagen joven, no tan experta, curiosa, algo ingenua e inocente, pero sumamente astuta y conocedora de sus habilidades. Dorian conoce su estatus como joven, como ente primaveral en un frío invierno. Él conoce lo que su rostro y edad son capaces de concederle, y no los niega ni los repele, porque esta enfermiza adoración que le tienen termina despersonalizando a Dorian, alejándolo de sus cualidades humanas y naturales; él es nacido para ser admirado. Que su cuadro envejezca, más no su carne. Por estas razones el joven Gray puede ser asociado al arquetipo del mago, e incluso al loco, pero creemos son mucho más presentes los destellos de inocencia.

La narrativa del texto tiende a focalizarse en la ruptura del orden natural de la vida, en el deseo humano a escapar de los juicios, castigos y precios que se deben pagar por ser terrenal, por ser carne y hueso. El arcano menor que simbólicamente ronda esta historia es perteneciente al régimen diurno, y hablamos del as de espadas. Esta arma es señal de un juicio, tanto divino como mortal, pero que pretende desnudar la intencionalidad del enjuiciado, reduciéndolo a una suma transparencia de sus intenciones. Este arcano se presenta en la obra como una figura que las sociedades buscan esquivar y desconocer, porque la capitalización de la figura humana y el aspecto nos ha hecho creer que hemos logrado escapar de los juicios de la naturaleza y el tiempo.

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