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LECTURA COMPARTIDA CON PADRES DE FAMILIA.


Enviado por   •  6 de Julio de 2016  •  Prácticas o problemas  •  614 Palabras (3 Páginas)  •  432 Visitas

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UNA NUEVA OPORTUNIDAD

Cuando Paco Solomillo salió de la cárcel se prometió a sí mismo que jamás volvería a cometer un delito. Cinco años atrás lo habían detenido por robo. Él y sus cómplices entraron en una joyería por la noche y se apoderaron de todo lo que había allí: relojes, anillos, pulseras, aretes y otras alhajas. Sin embargo, fueron capturados por la policía cuando intentaban huir. Tras el juicio, la banda fue condenada a prisión. Lo primero que hizo Paco al ser liberado fue buscar trabajo. Estaba decidido a rehacer su vida. El problema era que nadie quería contratarlo, y aquellos que lo hacían no tardaban en despedirlo en cuanto se enteraban de su pasado. “No queremos ladrones aquí”, le decían. Esto lo hacía sentir muy triste. Pese a ello, no se daba por vencido. Todas las mañanas compraba el periódico para buscar en la sección de empleos y lleno de esperanza iba a la dirección indicada. Una tarde caminaba rumbo a una entrevista de trabajo cuando vio una cartera tirada en el suelo. Se inclinó para recogerla y miró hacia todos lados para ver si el dueño se encontraba cerca. La calle estaba vacía. Paco examinó su hallazgo. Contenía varios billetes. “¡Qué buena suerte he tenido!”, pensó. Sin pensarlo dos veces se guardó la cartera en el bolsillo. Más adelante la sacó y la revisó con más cuidado. Además del dinero, encontró una credencial. Estaba a nombre de un tal Apolonio del Arco. En la fotografía aparecía un señor gordito y con bigote. Paco solomillo evocó el robo a la joyería y lo que había ocurrido después. Esos recuerdos lo llenaron de vergüenza. Gracias a la dirección que aparecía en las credenciales, Paco llegó a la casa del dueño de la cartera, la cual no era en realidad una casa, sino una peluquería llamada “Las tijeras de Oro”. No necesitó preguntar por el señor Apolonio del Arco, pues de inmediato lo reconoció. “buenas tardes, encontré esta cartera y supongo que es suya”, dijo mientras se la entregaba. El otro la tomó y, después de comprobar que no faltaba nada, le dijo: “Muchas gracias. Pensé que no la iba a recuperar”. Cuando Paco estaba a punto de irse, el señor Del Arco sacó un poco de dinero de la cartera y se lo dio como recompensa. Él  estaba a punto de aceptar el ofrecimiento, pero en el último momento lo rechazó. “Se lo agradezco, pero prefiero dejarle mi teléfono. En realidad busco trabajo. Si por casualidad se entera de alguien que esté buscando a un empleado competente y honrado, por favor avíseme.” Entonces el señor Del Arco le preguntó si sabía cortar el pelo. Resultó que, durante su estancia en la cárcel, Paco había aprendido el oficio de peluquero y le gustó. “¡Entonces ya tiene trabajo, amigo! Lo contrato para que sea mi ayudante.” Paco estaba feliz, pero antes de aceptar le confesó al peluquero que había estado en la cárcel. No quería que él se enterara por su cuenta y creyera que había querido engañarlo. “Eso no me importa”, le dijo el señor Del Arco. “Al devolver la cartera usted demostró que es una persona honesta.” A partir de ese día, Paco solomillo comenzó a trabajar en “Las tijeras de Oro” y muy pronto los clientes lo llamaron don Paco.

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