Los fuereños

Introducción

 Los objetos y bienes de consumo difundidos por una nueva forma de consumo, la creación de fuentes de empleo y el contacto con el extranjero, permitieron una ideología que continuo y mejoró una penetración cultural importante que venía de Francia. La sociedad en el porfiriato, que trataba incorporarse al progreso y a la modernidad, integró los usos y costumbres que estos bienes de consumo implicaban, también el modo de vida y los valores sociales que se les asociaban para la construcción de una imagen común en varios países de Europa.

Desarrollo

El libro comienza narrando la llegada de una familia conformada por Don Trinidad, Candelaria, Clara, Lupe y Gumesindo. A la capital, en este momento la Ciudad de México. Las primeras cosas que se mencionan en el texto es que llegaron en ferrocarril, algo que nunca antes habían hecho, igual se menciona que es algo innovador, lo que nos pone en un contexto histórico, o sea el Porfiriato. La época donde los ferrocarriles aumentaron la economía del país pues permitían la exporta Sion de producto extranjero.

Cuando llegan se encuentran con el señor Gutiérrez que era el encargado de guiarlos, de traducir todo lo que veían en esta ciudad, pues todo el texto es una gran descripción de la capital que recién empieza a urbanizarse por influencia del extranjero.

Apenas llegan Gutiérrez empieza hablándoles de algunas innovaciones como el teléfono, “es como el telégrafo, mamá. -Dijo Clara-, con la diferencia que el teléfono es para oír”. (Página 5),  el teatro que era extranjero y los tranvías, que en según el señor Gutiérrez en otros países servían para ir más rápido pero que en la capital era lo contrario, solo lo usaban para ir sentados pues daba mucha vuela ya que si los dueños hubieran decidido hacer tranvías que fueran directamente, hubieran dejado espacios para que otras personas construyeran ahí, es decir solo ellos se benefician con ese tipo de arreglos.

El señor Gutiérrez lleva a los provincianos a el zócalo donde se encuentran toda clase de cosas desconocidas. Candelaria se asombra con los focos pues de donde vienen no hay, son faroles, y el señor Gutierrez trata de explicarle pero no lo comprende así que solo le dice que no los mire. También ve un gran circo, extranjero, que cobra un peso, y se quedan fascinados por la idea, pero a su lado también hay una casa de títeres, en su caso mexicanos que por entrar cobran la mitad, en este caso nos damos cuenta como es que la economía mexicana se basa en las exportaciones o los productos extranjeros y no en el producto mexicano. Como lo es también la ropa de las niñas, Clara y Lupe.

En el texto nos dice que Candelaria es ranchera y no tiene los estudios suficientes, a comparación de sus hijos que trata de darles una mejor educación y no solo eso si no costumbres diferentes, nos dice que se visten con vestidos con un corte francés. Se puede entender como en el Porfiriato había grandes almacenes, como el Palacio de Hierro, que proveía de un amplio catálogo de vestidos para damas y caballeros, según las modas francesas de finales del siglo XIX  y principios de siglo XX.

En el Zócalo Gutiérrez les explico que ahí solo iba gente con bajos recursos, y que los ricos solo estaban caminando por esos lugares cuando tenías que pagar por la entrada, es decir se dividían las clases. Los provincianos comenzaron a comparar el zócalo de su lugar de origen con el de la ciudad, y concluyeron que en su caso a lo que le llamaban zócalo era un jardín.

En esta parte del texto se hace mención a como las hijas de Don Trinidad y Candelaria van adoptando algunas conductas extranjeras al maquillarse y querer verse “blancas” frente al señor Gutiérrez. “Dice bien mi marido: estos extranjeros son los que vienen a traernos todas esas costumbres. ¡Vaya usted a ver! Se empeñan mis hijas en ser blancas, ¡cuando ni de dónde heredarlo!; yo he sido prieta toda mi vida, pero eso sí, sólo agua y jabón para mi cara”. (Pagina 12)

Más tarde Gumesindo se encontraba solo en la calle de Plateros, donde ve a una hermosa mujer que vestía de azul y  le llama la atención y se enamora de ella, confundiéndola con una mexicana de gran clase con una mujer “nocturna”. Al otro lado de la calle se encontraban tres jovencitos viendo a Gumesindo, criticando su ropa, pues venía vestido de charro y viendo como le sacarían provecho por su dinero, estos deciden hacerse su “amigo”. Lo llevan a tomar y el termina pagando todo.

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