Maquuiavelo
lorenaam10 de Marzo de 2015
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POLITCA EN ALTURA: EL PODER Y LA REPUBLICA
Primer aparte para estudiar
La república no siempre es posible
Según Maquiavelo existen ciertos datos irreductibles para poder hacer frente a la fortuna y no ser arrastrado por ella. Una suerte de inventario que propone el florentino para no sucumbir ante los acontecimientos imprevisibles y poder encauzar el torrente de la fortuna. La división social, temporalidad, espacio territorial potencialmente en pugna, son los datos que presentan al modelo romano como el más apto y de mayor estabilidad. Pero hay situaciones, según plantea Maquiavelo, en que estos datos no siempre se desarrollan, ya sea por la corrupción alcanzada, por falta de ejercicio anterior del vivir libre, y que impiden que la república sea posible. ³El príncipe virtuoso será aquel que sepa leer las claves que la historia le brinda para descubrir las condiciones de estabilidad de un régimen político«´, y es en ese momento, explica Maquiavelo, que ³«deberá hacer gala de su audacia y coraje para aprovechar la ocasión que le da la fortuna´, aunque replica ³que sabrá que hay ocasiones en que la república no es posible´. Pero si insiste en fundar una ciudad deberá imponer un sistema monárquico, porque solo así ³los hombres cuya insolencia no pueda ser corregida por las leyes, sean frenados de algún modo´ (14).En este sentido Maquiavelo le da responsabilidad a la virtud que posea el fundador, Ya que, al ser la república imposible, deberá su virtud reemplazar las instituciones republicanas, y que será esta quien deba garantizar la continuidad de la ciudad.
República: modelo de estabilidad política
Según Maquiavelo, la estabilidad de la república radica en que el interés de sus habitantes tiende a coincidir con el bien público´. Por eso, plantea al príncipe que está dispuesto a gobernar una ciudad, que utilice éste régimen político, ya que si aspira a conservar su dominación (gramática elemental de la política maquiaveliana) debe procurar que los intereses del pueblo no sean pasados a llevar. Y como estos beneficios tampoco deben ir en contra de los suyos propios, la única forma de lograrlo es que al aumentar los intereses del pueblo, de los particulares, también incrementen los suyos, los públicos. Y el único régimen que es capaz de pretender esto es el de la República. Es por eso que debe procurar que su ejército, en momentos de guerra, sea leal, y quien más leal que los propios habitantes de la ciudad que, al defender los intereses de la ciudad, también defienden los suyos. Su ordenamiento institucional, que promueve leyes que van en beneficio de los intereses públicos y privados, permite que la ciudad pueda hacerle frente a la fortuna, y adaptarse más adecuadamente a los cambio de los tiempos. Todos estos argumentos hacen considerar a la república, según Maquiavelo, como el régimen más estable entre todos los demás. Y es aquí donde, viendo a su natal Florencia, otorga a los príncipes´, que quieran fundar una ciudad, una serie de³consejos´ que pueden utilizar a la hora de gobernar. El lamento de la situación extrema del poder en una Italia arruinada por las más absolutas de las desgracias, una Italia que está ³más esclavizada que los hebreos, más oprimida que los persas y más desorganizada que los atenienses; que carece de jefe y de leyes, que se ve castigada, despojada, escarnecida e invadida, y que soporta toda clase de vejaciones´ (16), es el contexto en que se presenta las obras de Maquiavelo.
Conclusión
Era un verdadero empirista, resultado de una amplísima observación política de una lectura de historia política todavía mayor. Su carácter fue complejo. En la práctica pura y simple fue, de todos sus contemporáneos, el que tuvo mayor amplitud de visión y la penetración más clara de lo que era la tendencia general de la evolución europea. Viviendo en una época en la que se estaba derrumbando el viejo orden político europeo y en la que estaban surgiendo con deslumbradora rapidez nuevos problemas, tanto en el Estado, como en la sociedad, trato de interpretar el significado de los acontecimientos, de prever los resultados inevitables y de descubrir y formular las reglas que destinadas a dominar desde entonces la acción política, estaban moldeándose en medio de las condiciones que se estaban formando de la vida nacional. Más que ningún otro pensador político fue Maquiavelo el creador del significado que se ha atribuido al estado en el pensamiento político moderno. Aun la palabra empleada para designar al campo político soberano, parece haberse difundido en los idiomas modernos en gran parte debido a sus escritos. El estado como fuerza organizada, suprema en su propio territorio, que persigue una política consciente de engrandecimiento en sus relaciones con otros estados, se convirtió no solo en la típica institución política moderna, sino en la institución cada vez más poderosa de la sociedad moderna. Sobre el estado recayeron en grado cada vez mayor el derecho y la obligación de regular y controlar a todas las demás instituciones sociales y de dirigirlas siguiendo líneas trazadas en interés del propio estado. El papel que el Estado así concebido ha desempeñado en la política moderna es un índice dela claridad con que percibió Maquiavelo la tendencia de la evolución política. Es común afirmar que antes de Maquiavelo no hubo ciencia política y que la obra de éste representa una verdadera novedad histórica. Bloch afirma que su "extraña doctrina de la técnica del gobierno. . . es cínica", y que el autor del El Príncipe concibe la política como una ejecución "sobre el teclado de la fuerza bruta", que produce, a pesar de éste, "un bello fragmento". En una frase, para Bloch, Maquiavelo es el hombre para quien el fin justifica los medios y su teoría expresa un desprecio total del hombre. Una filosofía que atribuye principalmente los éxitos y fracasos de la política a la astucia o la ineptitud de los estadistas tiene que ser forzosamente superficial. Maquiavelo concebía los factores morales, religiosos y económicos de la sociedad como fuerzas que un político puede utilizar inteligentemente en provecho del estado o incluso crear en interés del estado, y ello no solo invierte por completo un orden moral de valores, sino que invierte también el orden usual de eficacia causa
Aparte numero 2
En los Discursos, Maquiavelo se declara partidario de la república, partiendo del supuesto de que toda comunidad tiene dos espíritus contrapuestos: el del pueblo y el de los grandes (que quieren gobernar al pueblo), que están en constante conflicto. Para Maquiavelo el mejor régimen es una República bien organizada (toma como ejemplo la República Romana), aquella que logre dar participación a los dos partidos de la comunidad para de esta manera contener el conflicto político dentro de la esfera pública.
Maquiavelo señala, y de aquí la calificación de bien organizada, que es primordial que en dicha república se disponga de las instituciones necesarias para canalizar el conflicto dentro de las mismas sin las cuales la república se desarmaría. Ninguna de las otras formas de gobierno como la aristocracia, la tiranía, la democracia o la monarquía logran el equilibrio de los partidos dentro del régimen por lo que son inestables.
Los intérpretes proclives a las tesis republicanas han pretendido, desde Rousseau, conciliar la contradicción entre los Discursos y El príncipe considerando que este último supone un ejercicio de ironía que sencillamente desnudaba a la luz pública lo que eran las verdaderas prácticas del poder.
Sin embargo, la oposición a la república que podría inferirse en El príncipe, debe tenerse en cuenta que cuando Maquiavelo lo escribe está escribiendo para mostrar a Lorenzo de Medicis como debe desempeñarse si es que quiere unificar Italia y sacarla de la crisis en la que se encuentra. Maquiavelo aclara también que puede existir un hombre cuya virtud política (saber aprovechar los momentos de fortuna y escapar de los desfavorables) supere a la república en conjunto pero dicha virtud política morirá con el mortal que la posea, cosa que no ocurriría en una república bien organizada.
Además de esto, debe recordarse que el Príncipe presenta analogías con la figura romana y republicana del dictador, investido de poderes absolutos durante un breve período y teniendo que rendir cuentas posteriormente ante la república. En este sentido, la contradicción entre los dos textos principales de Maquiavelo no es tal. Si es así, entonces el principado y la república deberían ser entendidos como formas de gobierno subordinadas a la auténtica preocupación política de Maquiavelo: la formación de un Estado moderno en la Italia de su tiempo.
Maquiavelo entiende que todo Príncipe debe tener virtud y fortuna para subir al poder: virtud al tomar buenas decisiones y fortuna al tratar de conquistar un territorio y encontrarse con una situación (que no fue provocada por él mismo) que lo ayuda o beneficie conquistar. Aquel príncipe que obtenga el poder mediante el crimen y el maltrato, siendo éste vil y déspota; debe entender que una vez subido al poder tiene que cambiar esa actitud hacia el pueblo. Dándole liberio al pueblo, para ganarse el favor del mismo, ya que al fin y al cabo estos serán los que decidan su futuro.
Maquiavelo fue además un auténtico precursor del trabajo de los analistas políticos y columnistas de nuestros días: “todos estos príncipes nuestros tienen un propósito, y puesto que nos es imposible conocer sus secretos, nos vemos obligados en parte a inferirlo
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