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Profecionalisacion


Enviado por   •  2 de Mayo de 2013  •  1.689 Palabras (7 Páginas)  •  335 Visitas

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CRISIS DE LA INSTITUCIÓN ESCOLAR.

La escuela tradicional fue puesta en duda por los movimientos de la escuela activa; fue una crisis honda, que hizo girar muchos grados el centro de la institución escolar, desde el maestro hacia sus alumnos. Los mismos que apoyan el papel del maestro, problematizan su misión y demandan una radical variación en su papel.

Algunos prefieren aplicar el término “revolución” a la crisis escolar, porque con ella significan cambios y replanteamientos, pero nunca la desaparición de la escuela.

Las innovaciones tecnológicas y la democratización de la enseñanza han convulsionado la educación sistematizada. Por una parte, la enseñanza programada, los ordenadores y computadores; por otra, la educación a distancia. La tecnología educativa ha revolucionado la enseñanza y, como consecuencia, la escuela empeñada en la tarea docente.

La tecnología es un fenómeno de la cultura contemporánea; y no ha sido la escuela el primer lugar a donde a arribado esta forma nueva de hacer. Las máquinas han invadido la escuela: retroproyectores, proyectores, mezcla de imágenes y sonido, casetes y radio casetes, circuitos cerrados de televisión, reproductoras, máquinas auto correctoras, radio y televisión.

La explosión educativa es triple: demográfica en las aulas; explosión en la amplia gama informativa: explosión en la esperanza del hombre. Es decir, que a la escuela han llegado mucho más, con exigencias de un saber más ambicioso y cargados de ilusiones, pensando que la preparación y titulación académicas abrirán las puertas que allanaron en la centuria pasada.

La institución escolar se ha confesado incapaz de hacer frente a esta avalancha y se ha producido una fuerte crisis en la enseñanza, dudando unos de las posibilidades de la vieja institución escolar y esperando otros que puedan hacer frente a las dificultades actuales que la amenazan.

La escuela contestada ante esta crisis de la institución escolar caben tres hipótesis: Es tal vez el envejecimiento de la escuela que debe desaparecer, porque resulta inoperante, irrentable, innecesaria, entorpecedora de los procesos de personalización y socialización. La crisis es de tal índole que, no obstante la inaplazable reforma, subsista en su esencia; es decir, que continúe enseñando y socializando.

La crisis de la institución escolar es sólo reflejo de otras crisis más profundas en la sociedad. Las hipótesis son tres: desaparición, reforma o continuidad de la escuela. La continuidad no es sostenible, dadas las muchas inculpaciones objetivas que se formulan contra la escuela, la cual produce una disociación entre la vida real y el mundo ficticio en el que se desenvuelve; al menos a de reconocerse el desfase de la escuela, su anacronismo y su empecatada existencia.

Fue Edmond Gillard quien en la década de los setenta se opuso a la simple reforma escolar, yendo más allá, hasta pedir la desaparición de la misma institución educativa. La guerra a la escuela está justificada por dos razones: la imposibilidad de cumplir sus fines con la mera reforma de los burócratas de la enseñanza y la falta de autoridad en los adultos educadores, que quieren manipular pero no liberar.

J. Krishnamurti va más allá de Gillard, y es uno de los primeros en elaborar una contestación absoluta, pidiendo la desaparición de la escuela. Comenzó criticando la educación y el miedo despertado en la escuela, que impide la verdadera educación, para terminar sumándose al coro de cuantos piden la desaparición de la institución escolar. Krishnamurti está inconscientemente impelido por dos motivos: la cultura india de que procede y el ambiente de tercer mundo en que ha vivido.

La institución escolar de acuerdo con las palabras propias de Llichi nos ahorrarán introducciones y comentarios:

Definía escuelas como “el proceso que especifica edad y se relaciona con maestros y exige asistencia a tiempo completo a un currículo obligatorio”.

“Por escuela no entiendo toda educación formal y organizada: empleo aquí la voz escuela y enseñanza para definir una manera de ocuparse de los niños, y sobre todo un rito de paso, que aceptamos como normal”.

“La escuela es el lugar en que se reúnen seres humanos de una edad dada alrededor de profesores; están sometidos a una presencia obligatoria y a la necesidad de seguir ciertos programas”.

La triple función de la institución escolar es conservar el mito en el que se basa el orden de nuestra sociedad; institucionalizada sus contradicciones; oculta la discrepancia entre la realidad y el mito.

La fenomenología de la escuela comienza en Llichi, analizando las funciones latentes desempeñadas por los sistemas escolares modernos: custodia, selección, adoctrinamiento y aprendizaje.

La escuela es una institución construida el axioma de que el aprendizaje es el resultado de la enseñanza. Y la sabiduría institucional continúa aceptando este axioma, pese a las pruebas abrumadoras en sentido contrario. Todos hemos aprendido la mayor parte de lo que sabemos fuera de la escuela.

La escuela es el ídolo de la religión secular, es la iglesia universal de nuestra cultura occidental decadente, es una iglesia secularizada nimbada del halo misterioso propio de la religión.

La escuela es el ritual de consagración mediante el cual los novicios son admitidos en la clase sagrada de los utilitarios progresivos del consumo. Los maestros son una especie de sacerdotes intermediarios entre los poderosos y los humildes; y la escuela es una lotería obligatoria, a la que juegan todos, con desigual fortuna. La escuela es la nueva religión mundial y el mercado de trabajo.

Contra

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