Rebelarse
jordytoxic23 de Noviembre de 2011
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Septiembre de 2003 fue un momento decisivo en la historia de
la civilización occidental. Fue el mes en que la revista Adbusters
empezó a aceptar pedidos de Black Spot, las zapatillas de deporte
«subversivas» que fabrican ellos mismos. A partir de ese día, nadie
con dos dedos de frente siguió pensando que existiera un enfrentamiento
entre la cultura convencional y la cultura alternativa.
A partir de ese día quedó claro que la rebeldía cultural, tal
y como la plantea la revista Adbusters, no supone una amenaza
para e! sistema, sino que ese! sistema.
Creada en 1989, Adbusterses el buque insignia de! movimiento
contracultural. Su filosofia mantiene que la propaganda y la mentira
imperantes en la sociedad actual, sobre todo como consecuencia
de la publicidad, han convertido la cultura en un gigantesco
sistema ideológico diseñado para «vender e! sistema». El
objetivo de estos kamikazes es «atascar» la cultura, bloquearla trastocando
los mensajes que reproducen sus dogmas y obstruyendo
sus canales de propagación. El movimiento pretende producir un
levantamiento político radical. En 1999, Kalle Lasn, director de
Adbusters, mantenía que el bloqueo cultural «será lo que los derechos
civiles fueron en la década de 1960, el feminismo en la
de 1970 y la protección medioambiental en la de 1980».
Pero hoy, cinco años después de su proclama, está usando la
marca Adbusters para comercializar su propia línea de zapatillas
deportivas.
En absoluto. Es esencial tener esto muy claro y,sobre 1Ddo, entenderlo.
La revista Adbustersno se ha vendido, para empezar porque
no tenía nada que vender. Nunca tuvo una doctrina revolucionaria.
Lo que defendía era sencillamente una versión
recalentada de la teoría contracultural que la izquierda ha abanderado
desde la década de 1970. Yesta doctrina, lejos de ser revolucionaria,
ha sido uno de los motores del capitalismo consumista
durante los últimos cuarenta años.
En otras palabras, lo que nos ofrece la revista Adbusters es, y
siempre ha sido, el verdadero espíritu del capitalismo. El caso de
las zapatillas de deporte es una mera constatación de ese hecho.
Lasn describe su proyecto de las deportivas como «una rompedora
técnica de marketing que quitará puntos a Nike. Si funciona,
sentará un precedente que revolucionará el capitalismo».
Pero ¿cómo exactamente se supone que va a revolucionar el capitalismo?
Reebok, Adidas, Puma, Vans y otra media docena de
compañías llevan décadas intentando «quitar puntos» a Nike.
Eso se llama competir por hacerse con el mercado. Es decir, capitalismo
en estado puro.
Lasn defiende su proyecto de las deportivas alegando que su
calzado, frente al de sus rivales, no se va a fabricar con mano de
obra ilegal, aunque se importe de Asia. Eso está muy bien. Pero
el comerciojusto y el marketing ético no son ideas revolucionarias
ni mucho menos, y desde luego no suponen ningún tipo
de amenaza para el sistema capitalista. Si el consumidor está dispuesto
a comprar más caros unos zapatos fabricados por trabajadores
felices --o unos huevos puestos por gallinas felices-, entonces
comercializar ese tipo de productos puede ser rentable.
Esta técnica ya la han usado con enorme éxito The Body Shop
y Starbucks, entre otros.
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