Reseña de Mario Mendoza La pula arrecha
nataliamoyano123Reseña4 de Marzo de 2023
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Danna Manuela Mora
Yeimi Natalia Moyano
Contrastando el empresario capitalista antiguo y moderno: una crítica al capitalismo de hoy
Cap. 8.
Las virtudes burguesas son las protagonizas en este capítulo, dando énfasis en el espíritu capitalista, donde se encuentran dos grupos importantes a plantear; el afán d
ucro y el actuar de una empresa como tal. Para esto se debe tener presente el origen de la Burguesía, eso quiere decir, en Florencia. La multitud de personas que pertenecían al gremio de negociantes han hecho posible que el capitalismo se llevara a cabo en la época.
Alberti es n escritor del cual se basa este texto de cierta manera, dado que, en esa época sus textos eran muy aclamados por las personas y además muy compartidos entre poblaciones. Se tiene en cuenta dos grupos de sus opiniones, la santa economicidad y Massaio. Alberti genera pensamientos que para muchos de sus lectores tienen demasiado sentido, pero para otros es quizá una forma difícil de hablar sobre administración o economía. Generalmente se ha hablado de que la buena administración del dinero llevaría a una exitosa forma de vivir, pero solo se queda en palabras y es lo que Alberti quiere demostrar en sus escritos. Una persona que sepa manejar su dinero de forma correcta puede llegar a tener grandes resultas, pero ¿cuál es la forma correcta? Según el ilustrador de dichos textos, la forma correcta para alcanzar ese objetivo de que una empresa surja o quizá la persona como tal sea exitosa, es empezar a ahorrar y no gastar en cosas superficiales, sino en cosas netamente necesarias, siendo así, gastos únicamente en la canasta familiar, arreglos de vivienda, aseo personal y quizá ropa.
Por lo anterior, las personas se encontraban en dos posiciones distintas ya que al ser una época de negociantes empieza a surgir el consumismo y con ello la necesidad de tener más y más, por lo que Alberti decía que aquellas personas que no eran capaces de controlar esos impulsos, su economía iba a estar devastada. Por eso él tenía un esquema de gastos que presentaba en sus textos
Cap. 12.
En este texto se hace una comparación entre el empresario capitalista del capitalismo temprano y el empresario capitalista moderno. El burgués de viejo estilo, que existió desde el siglo XIV hasta finales del siglo XVIII, era también un empresario capitalista, pero con una mentalidad completamente diferente. Mientras que su fin era el dinero y la creación de una empresa o compañía era su medio, sus actos, pensamientos y proyectos venían determinados por el perjuicio o descaro que pudieron reportar al hombre vivo y real, y el hombre continuaba siendo el centro y la medida de todas las cosas existentes.
El burgués de viejo estilo tenía un concepto diferente del sentido de la riqueza, ya que para él la riqueza no era el último fin, sino que debía servir para crear o conservar valores vitales. Además, tenía una actitud moderada y sosegada ante la vida de los negocios, y buscaba elevar los precios para conseguir el máximo de descaros con un mínimo en ventas, pero siempre vendiendo a los ricos. La competencia y la clientela también eran tratadas de manera diferente, ya que se buscaba la tranquilidad y no se permitía la “caza de clientes” o la quita de clientes a vecinos o colegas. La producción de mercancías de calidad y auténticas era el objetivo principal de la actividad economía, y el estado regulaba las mercancías para evitar la actividad de productores o comercializares sin escrúpulos.
En cuanto a la técnica, el burgués de viejo estilo creía que debía progresar siempre y cuando no amenazara la felicidad humana, y existía una profunda aversión hacia las maquinas que ahorraban o reemplazaban el trabajo.
Por otro lado, el sujeto económico moderno, como los magnates de los grandes trusts americanos, reunía en su persona varios tipos distintos y había surgido un nuevo fenómeno, el del empresario colectivo. El nuevo espíritu del capitalismo pleno se puede concretar en cuatro aspectos: el hombre y su existencia son reducidos a un simple objeto económico, la riqueza es el fin último, la actividad económica es rápida y agitada, y la técnica y la economía son las únicas medidas de todas las cosas. Se puede ver como la mentalidad y las actitudes del empresario capitalista han cambiado radicalmente a lo largo de los siglos, y como han evolucionado.
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