Toxic

Y de nuevo estaba ahí; debajo del mismo árbol otra vez. “¿Es que realmente no te cansas, Priscila?”, me hacían la misma pregunta todos.

Y realmente no lo hacía, siempre me la pasaba aquí, desde muy pequeña. Obviamente después de lo sucedido, dejé de hacerlo por un tiempo. Pero ya a mis 20 años, estaba muy segura y firme de volver.

Soy una persona muy sentimental, pero ya crecí y puedo aguantar las cosas. O bueno, aparentarlas.

Era un domingo 16 de abril de 1996. Lo recuerdo tan bien como si hubiera sido ayer, un  día normal como cualquier otro. Soleado, brillante y muy fresco que muchos podrían usarlo para videos musicales y ese tipo de cosas. El día estaba muy agrable y parecía tan perfecto que nadie se imaginaba lo que podría pasar esa gran tarde. “¿Qué paso ésa tarde?, ¿por qué dejé que sucediera o por qué pasó?, ¿fue todo real?”. Siempre rondaba por mi mente eso. Cada día, cada hora y hasta habían veces que lo soñaba pero sé que ya han pasado 6 años y debo entender las cosas algún día. Si pudiera tener un deseo, sería que no hubiera pasado lo que pasó. No tendría que pensarlo ni un segundo, es claro que desearía que jamás hubiera pasado. Pero mientras no pueda tener ese deseo, debo seguir adelante. Como siempre.

||Capitulo 1. “¿Quién eres?”

-¡Hola!-exclamo un niño muy sonriente de ojos claros muy cerca de mí. Me sorprendió como nunca, nadie antes me había hablado y menos de la manera que él lo había hecho. Todos pensaban que estaba loca o bueno, eso fue lo que escuche que murmuraban unas señoras a sus hijas mientras caminaba cerca.

-¿Qué quieres de mí?-pregunté algo temerosa. Por un momento supuse que robar mis dulces, hacerme una broma o hasta quizá golpearme. No estaba acostumbrada a que alguien estuviera conmigo sólo porque sí. Siempre querían algo.

-¿Querer algo de ti?-me miró extrañado como si hubiera visto un bicho raro o no entendiera mi idioma. Rió fuerte y se sentó.-Tal vez tu amistad. Si es que no eres una loca asesina como dicen…

-¿Eso piensan los demás de mí?-lo miré y me alejé un poco de su lado. Si él también cree eso de mí, no me gustaría su amistad ni la de nadie más.

-Eso escuché por ahí pero yo no lo creo. Lo dicen por envidia, supongo. O… ¿si eres una loca asesina y siempre estás sola para no hacerle daño a nadie?-puso los ojos en blanco y reí.

-No, no lo soy. Sólo…me gusta estar sola, siempre lo he estado.-hice una pausa y miré el suelo. Sentí su mirada directa y al mirarlo vi como abrió su boca formando una pequeña “O” con sus labios para preguntarme algo pero inmediatamente lo interrumpió un claxon haciendo que los 2 saltáramos de un mini susto. Sabía que venían por él.

-Chispas, debo irme. Mamá ha de estar algo enojada porque me quedé más tiempo. ¿Mañana estarás aquí?-dijo poniéndose de pie mientras sacudía sus pantalones. Sacudí mi cabeza asintiendo lentamente.

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