Chavela_Criticas
al_oles4 de Noviembre de 2013
454 Palabras (2 Páginas)234 Visitas
Marianne Ponsford. Directora de la revista Arcadia
“Estuvimos muy cerca durante tres años. El editor para el que yo trabajaba en Madrid la redescubrió en México y la llevó a España. Abrimos una casa disquera solo para grabarla de nuevo. En ese tiempo Chavela tenía un poco más de setenta años, no bebía nada y se asombraba con tantos e inesperados éxitos. Tenía algo de cuatrero maloso, una especie de oscuridad pausada en el alma. Quizá disimulaba el cansancio de su vida, y se callaba sus tristezas. Las cenas con Almodóvar, los presidentes que la buscaban y los autógrafos le daban igual. Solo quería cantar”.
Claudia García. Directora de la Fundación Semana
“La conocí en el 2006. Con ocho meses de embarazo, viajé a San José de Costa Rica y la visité en el hospital por una caída que le dejó dos costillas rotas. Le dije que su voz me había maravillado desde niña y que gracias a ella convivía feliz con mis tristezas. La acompañé durante dos días, porque su familia no la visitaba. Grosera, e irreverente, me habló de sus eternos desencantos con las mujeres, de su música y sus borracheras con José Alfredo Jiménez en la emblemática cantina Tenampa, en donde los dos bebían tequila y él escribía canciones en servilletas arrugadas”.
Jorge Lizarazo. Diseñador y artista
“Cuando oí a Chavela Vargas en vivo por primera vez, su música y letras fueron indisociables del rojo que la cubría. Ella me inspiró para diseñar un textil al que bauticé ‘Chavela’ y formó parte de nuestra primera exhibición en Design Miami. Hoy nuestros hilos se tiñen otra vez de rojo, al tejer en su despedida el dolor, la angustia y el amor desgarrado que brotaba de su voz, y que abrigarán su camino al más allá con un nuevo poncho hechizado”.
Amparo Pérez. Defensora del televidente del Canal Caracol
“Me encantaba su voz ‘ronqueta’ y sus frases arrastradas. Su música evoca tragedias, tristezas, desamores y revanchas. Cada vez que la oigo cantar me dan ganas de beber. Porque eso es mucho de lo que ella representaba, una mujer bohemia, transgresora, a la que no le importó nunca el qué dirán. Ese espíritu libre e independiente aparece cuando uno se sienta en la barra de un bar a oír sus canciones y a tomarse un trago”.
Anamarta de Pizarro. Directora del Festival Iberoamericano de Teatro
“Era una intérprete como pocas. Vivía las canciones y las actuaba. Eso hacía la diferencia en ella, tanto que Almodóvar la rescató de su alcoholismo para darles vida a sus películas con su voz y su sentimiento. Siempre que la oigo cantar siento en el fondo de mi alma el grito de una mujer que amó con el alma, que se anticipó a su tiempo y rompió paradigmas”.
...