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Neoclasicismo

9888629927 de Junio de 2013

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Neoclasicismo

El neoclasicismo se presento en el panorama de la literatura del siglo XVIII como la correspondencia artística a los dictados sistematicos y racionalistas de la ideología establecida por la ilustración.se trata de un movimiento espiritual,literario y cultural que pretendía recuperar los gustos y principios del Clasicismo.

El movimiento anterior,El Barroco,alcanzo tales excesos que fue rechazado por la estética del siglo de las luces.contra la pasión desbordada se volvió a las reglas formales que había plantado el periodo grecorromano.el neoclasicismo sostuvo que el arte debe ser una síntesis totalitaria entre lo bello y lo útil.

Ilustracion O Siglo de las Luces:de 1715 Muerta de Luis XVI hasta 1789 Estallido de la Revolucion Francesa.movimiento que parte de las transformaciones ideologicas que tuvieron como antecedente el Renacimiento y las revoluciones políticas y económicas que se produjeron en Inglaterra en los siglos XVII Y XVIII.Las ideas liberales surgen aquí para establecerse con mayor fuerza en Francia y,mas tarde,extenderse por toda Europa y America.

AUTOR OBRA

NICOLAS BOILEAU ARTE POETICA

MOLIERE EL AVARO

NEOCLASICISMO ROUSSEAU EL CONTRATO SOCIAL

DANIEL DEFOE ROBINSON CRUSOE

TOMAS DE IRIARTE FABULAS

JEAN DE LA FONTAINE FABULAS

CARACTERISTICAS LITERARIAS:

- La literatura se hace razonada,practica.

- Carácter independiente y confiada al poder de la razón.

- Hay una búsqueda de universidad en la cultura.

- La función de la literatura y el arte era emenintemente didáctica y moral

(a partir de una actitud critica,enseñar a los hombres a vivir de una manera racional).

EL LEON

(JEAN DE LA FONTAINE 16

El sultan leopardo tenia en otros tiempos,como obligado atibuto, muchos bueyes en sus praderas,muchos ciervos en sus bosques y muchos carneros en el llano.nacio un león en la selva vecina.despues de muchos cumplimientos,como se acostumbra entre los grandes,el sultan llamo a su visir el zorro,que era hombre experimentado y hábil político “temes,le dijo,a ese leoncito;pero Su padre a muerto, ¿que puede hacer? Compadece, manden ese pobre huérfano. Tiene mucho que hacer en su propia casa y no tendrá que dar pocas gracias a Dios si conserva lo suyo, sin aprender conquista alguna. “El Zorro, moviendo la cabeza y contesto ¨de tales huérfanos, señor, nunca tuve lastima hay que cultivar la amista de este, o acabar con él antes le crezcan las uñas y los colmillos, poniéndole en disposición de lastimar juntos n perdáis momentos juntos ice su horóscopo se engrandecerá en la guerra no abra mejor león para sus amigos procurar hacerlo y, en otro caso, esforzados en destruirlo. “no surtió efecto aquella arenga durmiese el sultán, en sus dominios durmieron se todos, hasta que por fin convirtiese en león el leoncillo. Sonó arrebato la campana, con dio la alarma por todas partes, y consultado en vivir dijo, suspirando” porque irritáis al león” el mal no tiene remedio. En vano llamamos gente y más gente en esta ayuda. Cuenta más viene, mi cuesta. No la considero buena más que para comer su ración de carnero.

Apaciguad al león; vale, por sí solo, más que todo esa chusma de aliados que viveb a vuestras expensas. Tres tiene león que nada le cuenta; valor, fuerza y vigilancia. Echadle a las garras un carnero; si no le satisface echadle otra; añadir algún balsero ; buscar para este presente lo mejor de vuestros rebaños ; de este modo salvarais el rato; “no gusto el consejo , y el resultado fue malísimo . Sufrieron las consecuencias muchos estados vecinos del sultán; nadie gano, todos perdieron, pues por mas q se esforzaron, hizo se dueño de todo el enemigo.

El neoclasicismo en el siglo XVIII

Justo Fernández López

En oposición a la poesía brillante pero vuelta hacia un pasado que sus admiradores no quieren ver caducado, se desarrolla, a partir de mediados del siglo XVIII, la poesía de acuerdo con la “poética” clásica y querida por la minoría “ilustrada” a la que obsesiona el progreso de España. Las personalidades más señaladas de la nueva escuela seguirán produciendo más allá de la Guerra de la Independencia (1808-1814).

La corriente literaria y artística, dominante en Europa entre mediados del siglo XVIII y el nacimiento del romanticismo, a comienzos del siglo XIX, se conoce como neoclasicismo. El neoclasicismo aspira a restaurar el gusto y normas del clasicismo, para el que la teoría y la práctica literaria debían seguir los modelos establecidos por los principales escritores griegos y romanos.

Felipe V (1683-1746), primer rey de España de la Casa de Borbón, era nieto del monarca francés Luis XIV y segundo hijo del gran delfín (heredero del trono francés) Luis y de María Ana Cristina de Baviera. Fue llamado al trono de España en 1700 por testamento de Carlos II (1661-1700), rey de España (1665-1700), último de la dinastía Habsburgo.

La sustitución en el trono de España de la dinastía de los Habsburgo por la de los Borbones, fue un factor determinante para que entraran las corrientes artísticas extranjeras. Los artistas llamados para trabajar en los palacios reales, franceses e italianos principalmente, trajeron a España las manifestaciones artísticas del clasicismo francés y del barroco clasicista italiano, mientras los artistas españoles estaban inmersos en un barroco nacional que pervivirá aun hasta fines de siglo.

Con los primeros Borbones llegó un deseo de renovación frente al barroco churrigueresco que había sustentado la casa de Austria. Los reyes tomaron la iniciativa en el campo de las artes sirviéndose de una institución, la Academia, que ejerce el control sobre ellas.

Durante el reinado del ilustrado Carlos III (1759-1788), la influencia francesa en España condujo a la adopción de formas artísticas neoclásicas y a una nueva manera de ver e interpretar el mundo. Estas tendencias, que no llegaron a ser aceptadas por el pueblo, fueron introducidas en la literatura dramática española por Nicolás Fernández de Moratín y más tarde por su hijo Leandro Fernández de Moratín, cuya obra más famosa es El sí de las niñas (1806).

La poesía lírica neoclásica española refleja influencias tanto extranjeras como de ciertos poetas renacentistas españoles, en especial fray Luis de León, y emplean la métrica tradicional española.

Las contribuciones más duraderas a la literatura durante este periodo se encuentran en las obras de Nicolás Fernández de Moratín y de su hijo Leandro, de Gaspar Melchor de Jovellanos y de Juan Meléndez Valdés. José Cadalso destaca tanto por su poesía y su obra dramática como por sus ensayos, entre los que se incluyen las Cartas Marruecas (publicadas sueltas en el Correo de Madrid de 1788 a 1789 y en volumen en 1793), que ofrecen una visión crítica de la sociedad española.

La invasión napoleónica (1808) y el régimen absolutista (1814-1833) de Fernando VII coartaron la actividad literaria durante las tres primeras décadas del siglo XIX. Los mejores poetas de este periodo, como Manuel José Quintana, expresaron actitudes románticas en obras de forma clásica.

Aunque el desarrollo del Neoclasicismo en las tres artes no fue coincidente en el tiempo, puede decirse que tuvo sus primeras manifestaciones durante el reinado de Fernando VI (1746-1759), floreció bajo Carlos III (1759-1788) y Carlos IV (1788-1808) y prosiguió todavía, tras la Guerra de la Independencia, con Fernando VII (1808- 1833), si bien ya convivía con otras corrientes más novedosas.

Las clases altas siguen el modelo francés. Los borbones imponen la moda francesa en el baile, la ropa y los usos sociales (prohíben las corridas de toros tradicionales realizadas por los nobles). La hegemonía política francesa en Europa es un hecho. España adopta el modelo del clasicismo francés del siglo XVIII (preceptivas literarias de Aristóteles y Horacio). El Estado interviene fuertemente en la labor unificadora del gusto y de la cultura, fundando organismos oficiales culturales como la Real Academia de la Lengua (1713), la Biblioteca Nacional (1712), la Real Academia de la Historia (1738), etc. Este neoclasicismo francés, sin embargo, era totalmente opuesto a los gustos tradicionales del país, era un arte aristocrático sin resonancia popular. El neoclasicismo frenó los impulsos creativos nacionales. Las obras neoclásicas reflejan un propósito racional y un reflexionado cálculo. Este periodo se caracteriza por un rechazo del barroco, considerado como decadente. La solución era: volver al siglo XVI o adoptar el neoclasicismo francés.

El siglo XVII (Barroco) tenía sus raíces en el siglo XVI (Renacimiento) y sus frondas más secas penetran en el siglo XVIII.

El siglo de neoclasicismo (XVIII) empieza en realidad en 1737, con la publicación de la Poética de Luzán, y termina en 1830, al volver a España los desterrados políticos, liberales, que trajeron los aires románticos

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