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En agosto del 2011, Nick Scheele director de operaciones de Ford Motor, anunció que la compañía avanzaría regresando a lo básico. Para esto se presentarán las tendencias principales que han afectado a la industria las tres décadas que llevaron a esta decisión.

Aunque posee tiempos y detalles específicos de tendencias particulares diferirán una industria a otra, lo que Ford experimentó en esas décadas es representativo tanto en la industria automotriz de Estados Unidos como en la industria estadounidense en general.

Cerca de la década de 1970, la industria automotriz de Estados Unidos estaba vendiendo casi todo vehiculo que podía producir. La competencia se basaba entre fabricantes nacionales, y el enfoque administrativo primario era la producción en masa, haciendo énfasis en reducir el costo a corto plazo. En consecuencia de esto la calidad se aseguraba sobre todo mediante la inspección.

Para la ingeniería y manufactura se dependía de ingenieros que poseían conocimiento y experiencias altamente desarrollados. Estos eran responsables tanto del producto actual como del producto futuro.

Como toda empresa esta se auxiliaba con el uso de estándares de diseño y manuales de verificación, los cuales sirvieron como guía y sistema de archivo para documentos relacionados con varias actividades.

Como resultado de una crisis petrolera en el Medio Oriente, los primeros años de la década de 1980 fueron brutales para la industria automotriz de Estados Unidos. Ford perdió 3,300 millones de dólares, o 43% de su valor neto, de 1980 a 1983. Esto hizo surgir el deseo de tener vehículos que ahorraran más combustible, más pequeños, etc. Para esto los estadounidenses descubrieron automóviles japoneses, lo cual origino una fuerte competencia por la participación en el mercado automotriz con un énfasis en la calidad.

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