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SUBMARIENE


Enviado por   •  31 de Agosto de 2013  •  1.687 Palabras (7 Páginas)  •  245 Visitas

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La mayoría de la gente piensa en sí mismos como individuos, que no hay nadie como ellos en todo el planeta. Y eso les motiva para levantarse, y salir de la cama cada día, comer y andar como si no pasara nada. Mi nombre es Oliver Tate.

Así de rotunda es la presentación de la película, con un diálogo en primer plano del protagonista -Oliver Tate- con el espectador, rompiendo toda regla del cine clásico donde el actor no puede mirar a cámara. No mirar a cámara, pero ¿por qué? Oliver Tate nos lo dice a nosotros: tú que te crees distinto a los demás, escucha, esto va por ti. La película, ambientada en Gales en los años 80, obliga a hablar de los lazos con la escuela francesa de la nouvelle vague en su manera de narrar, pero quizá no merezca demasiado la pena hablar de lo evidente, y resulte más interesante explicar que esta película habla de lo que de verdad importa: la vida.

El que crea que Submarine es una película de amor adolescente se va a perder lo mejor. Oliver Tate es un niño, es cierto, y no es casualidad que Richard Ayoade, el director de la película, elija esta etapa de la vida, ese cambio de niño a adulto en donde se vive una pequeña lucha interior por descubrir y saber quién se es. La primera escena de la película se presenta en la escuela de Oliver, donde el profesor imparte una clase sobre la identidad y no deja de repetir constantemente: ¿quién soy yo?

“No sé muy bien quién soy todavía. He intentado fumar en pipa, lanzar monedas, escuchar exclusivamente a cantantes franceses. Otras veces voy a la playa y miro el mar, ya que vi un documental sobre un prominente pensador que luchó así ante una inexplicable pérdida. Incluso he tenido una breve fase en la que usaba sombreros, pero no duró”.

Así, la situación del adolescente parece perfecta para explicar la misma sensación que tenemos el resto de los humanos. Somos nosotros, además, quienes acompañamos a Oliver Tate en esa búsqueda de auto conocimiento a través de los demás. Al principio de la película, nuestro joven piensa de una manera universal: “Por muchas razones, yo prefiero mi propia compañía, me da tiempo para pensar”, y es más, nos lo avisa en el minuto cero de la película, incluso antes de presentarse: “La mayoría de la gente piensa en sí mismo como individuo, que no hay nadie como ellos en todo el planeta, como si no pasara nada”. Pero sí pasa, y es lo que Oliver descubre a lo largo de todo el trayecto: no estamos solos y no somos tan diferentes.

La película, basada en la novela de Joe Dunthorne, se divide en varias partes: prólogo, epílogo y tres capítulos. Cada uno de ellos cuenta con un protagonista que forma parte de la vida de Oliver Tate y que son los responsables de hacerle ver que para conocerse necesita de los demás, porque es a través de ellos como se dará cuenta de quién es él. Las dos personas más importantes son Jordana -su amor en la escuela-, y su vecino y antiguo novio de su madre, que acaba por romper el matrimonio de sus padres.

Parte uno: Jordana

Jordana es la primera persona que le hace plantearse a Oliver su propia identidad. Una chica morena, con brotes de eccema y adicta al fuego que consigue que Oliver haga cualquier cosa por ella: “No debo dejar que mis principios se interpongan con mi objetivo”, es lo que piensa nada más decidir que la quiere como novia. Jordana es especialista en ponerle continuamente a prueba. Una vez llamada su atención, ella le cita en el puente del ferrocarril y le pide que lleve una Polaroid y un diario. Sin duda, Oliver acude sin saber muy bien para qué, e incluso cuando sabe que aquello acabará en chantaje, se ofrece a hacer lo que le pide. Ayoade nos regala una de las mejores y más bonitas escenas de la película, un juego de primeros planos, flashes de la cámara y el sonido del ferrocarril que se mete hasta el estómago. El primer beso. “Ahora coge el diario y apunta la fecha de hoy. Escribe unos cuantos párrafos sobre lo emocionado que estás de haberme besado”. Bonito, o no tanto: Jordana solo quería las fotos para poner celoso a un antiguo novio de la clase.

Es, además, con la chica que pierde la virginidad, una de las escenas más divertidas y dramáticas de la película. “Joder, eres un asesino en serie”, le dice Jordana antes de salir corriendo de su casa al verlo tumbado en la cama de la habitación llena de flores y velas. No le iban las cosas románticas. O, más bien, le iba llevar hasta el extremo a Oliver en todas las situaciones que se prestaban a ello:

- Mis padres se van al cine el jueves. Es una tradición, van todos los jueves por la noche. Lo que estoy diciendo es que va a estar vacía la casa. El jueves. La casa va a estar vacía. El jueves por la noche, será una casa vacía. Entonces , ¿qué te parece?

- ¿Me estás pidiendo que vaya y tenga sexo contigo?

- Si te digo que sí, ¿disminuiría la posibilidad de que quieras?

- Antes solo quiero saber una cosa

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