Capitulario

ENTORNOS EDUCATIVOS

“En una buena escuela, los alumnos aprenden a ser ciudadanos realizando proyectos en común con sus compañeros y resolviéndolos en conjunto, con un espíritu respetuoso pero, al mismo tiempo, critico” (John Dewey). En el campo educativo es de vital importancia cultivar en los alumnos sus capacidades para reflexionar y argumentar críticamente frente a los demás, logrando en nuestro entorno el respeto mutuo por las diferencias constituyendo el legado que dejo Sócrates de prácticas sociales.

Siguiendo en línea la importancia de los valores socráticos deben ser trasmitidos a los estudiantes de tal forma de que tengan claro lo que quieren y lo que les importa. En una buena educación humanística se dan resultados significativos al observar los estudiantes y la comunidad en general defendiendo sus argumentos para efectos significativos, pasando de ser receptores pasivos a manejar y aprender mediante sus propias actividades.

Para promover buenos entornos guiados hacia la argumentación es preciso valorar a nuestros alumnos, “El niño es un ser activo e inquisitivo cuya capacidad de indagar e investigar debería respetarse y promoverse” (Lipman).

En la cultura escrita los estudiantes se destacan principalmente por sus conocimientos y la manera de percibir su entorno, manifestando consigo las maneras de indagación, de escritura complementada de buenos argumentos “En efecto, los niños y las niñas deben aprender a asumir la responsabilidad de sus propios pensamientos y a participar en el mundo con espíritu crítico y curioso” (John Dewey). El pensamiento socrático desde el punto de vista anterior nos muestra la capacidad de criterios justificaciones y argumentos que tenemos para dar nuestro propio punto de vista… “Nuestra mente no obtiene libertad verdadera adquiriendo materiales de conocimiento ni poseyendo las ideas ajenas, sino formando sus propios criterios de juicio y produciendo sus propios pensamientos” (Rabindranath Tagore, programa curricular de un curso de escuela, c. 1915).

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