El Mas Que Otro

APUNTES SOBRE LA INICIATIVA DE LEY GENERAL DE CULTURA

Arqlgo. Jesús Evaristo Sánchez

INTRODUCCIÓN

Ante el desconocimiento de la pretendida iniciativa de ley general de cultura, lo único a lo que podemos recurrir para su evaluación, son las notas periodísticas sobre el tema y la convocatoria a los foros de análisis, emitida por la Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados. En las notas periodísticas, llenas de citas textuales de varios diputados, por cierto, se afirma que la iniciativa de ley se encuentra elaborada en un 80%; sin embargo, a pregunta expresa de quienes aquí nos encontramos reunidos, los diputados involucrados niegan tal decir de las notas periodísticas. El documento debiera existir, antes de promover cualquier foro de análisis, pues sólo así se puede considerar el mínimo procedimiento lógico. Pero bueno, lo único que conocemos es la convocatoria mencionada, y de ella extraemos ciertas deducciones:

Varias de las “temáticas” propuestas en los “Foros de Análisis sobre el Marco Jurídico de la Cultura en México”, resultan de una incongruencia supina y aberrante, porque en vista de que la cultura se construye por todos los ciudadanos en el devenir de su vida cotidiana y en ese devenir, se construye un carácter específico de la sociedad, ¿Cómo se puede pretender siquiera, instrumentar un marco jurídico que regule el derecho al acceso a la cultura? ¿Cómo se pretende garantizar tal derecho (que de por sí es un derecho universal que no requiere marco jurídico alguno), dejando a la deriva de la “responsabilidad social de las empresas, la promoción y financiamiento de la cultura”, cuando tal responsabilidad, efectivamente social, es ante todo y fundamentalmente, obligación de las instancias de gobierno? La iniciativa es clara: pretende desarticular esta elemental relación social entre gobierno y gobernados, cediéndola al arbitrio de las denominadas “industrias culturales”. Se pretende la “Regulación artística en Planes y Programas de Estudio”, pero, ¿Qué significa tal intento? ¿Acaso el desarrollo de la creación artística estará ahora regulada? Es decir, ¿las empresas e industrias culturales decidirán qué es y qué no es considerada una creación artística y cuál sí y cuál no será integrada a los planes y programas de estudio? Tal intención no sólo es retrógrada, sino desde cualquier punto de vista, un acto de lesa humanidad.

¿Por qué estas incongruencias, por decir lo menos? Me parece que las razones son las siguientes:

La iniciativa no es nueva; desde 1998, se cuentan ya tres intentos fallidos. Sin embargo, en esta ocasión se procuró allanar el camino mediante dos acciones ilegítimas: una consistió en ejecutar dos reformas constitucionales, a los artículos 4 y 73, respectivamente. La otra, decretó como prioridad nacional incentivar el crecimiento de las industrias y actividad turística, y para eso se emitió una “ley general de turismo”. Pero la razón práctica de estos actos del ejecutivo

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