Cimofobia

Cimofobia

Cimofobia. El choque de las olas contra la costa es un hermoso sonido para muchas personas, las olas representan la fuerza del agua siendo un símbolo de su supremacía y de poder, cientos de surfistas acuden hacía ellas para disfrutar de las maravillas que puede brindar el océano. Sin embargo, ellas pueden ser mortales, puede causar la pérdida vidas humanas, daños a la propiedad y miedo en aquellas personas que lo observan o sufren. De ahí nace la Cimofobia, definida como el miedo y temor hacia las olas o movimientos de ondas en el agua.

Los cimofóbicos evitarán cualquier “piscinas de olas” en los parques acuáticos, de igual forma, algunas actividades como el surf, y todos los deportes realizados en aguas abiertas, los rechazarán porque los perciben como riesgosos. En una revista reconocida de psicología, explicaban que el temor a ahogarse o quedarse sofocado por enormes olas es común en los cimofóbicos, aparte, esa sensación estará presente cuando la persona esté cerca de la orilla del mar. Además, señalaba que muchas personas con esta fobia prefieren vivir lejos de la playa, prefieren la “jungla de asfalto” de las grandes ciudades donde no existe ningún tipo de oleaje.

Causas de la Cimofobia

Suele ser originada por las experiencias traumáticas que haya vivido el paciente, suelen ser experiencias relacionadas con haber sido golpeado fuertemente por una ola y que esta lo derrumbare, ocasionando que casi se ahogara en el agua. También, algunos pacientes la empiezan a padecer después de haber presenciado alguna catástrofe natural que incluya un tsunami o maremoto, siendo normal ver en estas circunstancias olas de gran tamaño.

A la vez, los niños pueden verse afectados por los documentales realistas de televisión  donde muestran los daños que pueden generar estas calamidades. La forma de crianza puede influir en el temor a los movimientos ondulatorios del mar, más que todo sí observan a sus padres, o seres cercanos, padecer de ese temor.

Síntomas del miedo a las olas

Los ataques de pánico son bastante comunes, los cimofóbicos no pueden estar tranquilos al estar cerca de las olas o de cualquier movimiento que se le asemeje, pensar en ello puede traer como resultado que experimenten muchas alteraciones físicas, como la aceleración de su pulso cardiaco, sudoración excesiva, temblores y escalofríos, entre otros.

Formas de tratarla

La terapia de exposición en este tipo de fobia es la más adecuada, pero, solo cuando ya se ha realizado una preparación previa del paciente con otros tipos de terapia, en caso contrario, solo traerá consecuencias negativas y un atraso para la sanación de la fobia. Mantener una información adecuada también es útil, por ello, te invito a compartir este artículo en tus redes sociales.

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