Gerascophobia
lesliejeannette7 de Junio de 2013
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Gerascophobia: Un miedo anormal y persistente de envejecer. Las víctimas de esta experiencia miedo excesivo ansiedad sobre el envejecimiento a pesar de que puede estar en buen estado de salud - física, económica y de otra manera. Ellos pueden preocuparse por la pérdida de sus miradas, la pérdida de la independencia, la inactividad después de la jubilación, personas con movilidad reducida, la aparición de la enfermedad, y la reclusión en una clínica de reposo. Preocupación sociedad moderna con la belleza juvenil no hace nada para aliviar sus temores. El deseo de permanecer joven tuvo una consecuencia interesante después de que el explorador español Juan Ponce de Len viajó a América con Colón en el segundo viaje de éste al Nuevo Mundo. Nativos americanos, dijo Ponce de Len cuentos de una "fuente de la juventud" en una isla llamada Bimini norte de Cuba. En 1513, Ponce de Len se puso a buscar la fabulosa isla - y descubrió la Florida."Gerascophobia" se deriva del griego "geras" (la vejez) y "phobos" (miedo). Otras palabras inglesas derivadas de "geras" incluir "Geriatría" (la rama de la medicina centrada en las personas mayores) y "gerontología" (el estudio del envejecimiento).
Definición ampliada: Se define como un persistente, anormal y injustificado miedo a envejecer.Si bien muchas personas temen envejecer, e intentan detener el proceso con tintura para el cabello, cirugías estéticas, cremas y maquillajes caros, la gerascofobia es un caso extremo que conlleva mucha infelicidad a quienes la padecen. Es un fenómeno estudiado a partir de los años 60, cuando los especialistas repararon en la angustia de algunos de sus pacientes ante la inminente llegada de esta etapa de la vida próxima a la muerte. En el miedo a envejecer influyen varios factores relacionados directamente con la historia del individuo que la padece. Hay algunos elementos que resultan determinantes, a saber: que el individuo padezca de otras fobias, temores o ansiedades; que el individuo sienta una falta de realización o de logro de ciertas metas; sus circunstancias socioeconómicas. Como toda fobia, se la asocia a cuadros psiquiátricos complejos. Es importante diagnosticarla y tratarla en consecuencia.
Los que padecen este trastorno suelen caracterizarse como personas con rasgos de personalidad ansiosos, histéricos o narcisistas. Debido a la sobrevaloración que hacen de los bienes materiales y del logro de las metas experimentan problemas para lidiar con la pérdida de la belleza, el poder, la seducción y las riquezas, entre otros. La gerascofobia por lo tanto no aparece en cualquier sujeto, sino que tiene que ver con la evolución de la persona que la padece.
Que es: Las fobias son un trastorno psicológico que tiene una amplia incidencia en la población mundial. Una de cada veinte personas, aproximadamente, padece una fobia de uno u otro tipo. ¿En qué consisten? El manual de diagnostico de los trastornos mentales (DSM-IV) las define como un “temor acusado y persistente que es excesivo o irracional, desencadenado por la presencia o anticipación de un objeto o situación específicos”. Una persona fóbica siente un miedo exagerado y sin sustento real ante determinadas situaciones u objetos, y en ocasiones esto puede incluso provocarle malestar físico: temblores incontrolables, mareos, sudoración excesiva, palpitaciones, etc. En los casos más extremos, pueden llegar a producirse ataques de pánico.
Causas de una fobia.Las fobias son miedos irracionales, intensos e incontrolables que algunas personas manifiestan en determinada situación o ante algún elemento en particular, aunque lleguen a darse cuenta de que no representa para ellos una amenaza real. No existe una sola causa para explicar por qué determinada persona padece de una u otra fobia, ya que no hay una relación uno a uno entre los antecedentes de un paciente y el desarrollo de un trastorno determinado. Por el contrario: las fobias sociales y las específicas pueden tener numerosas causas que confluyen.
Las investigaciones al respecto indican que existen ciertos factores genéticos y ambientales que favorecen la aparición de una fobia. Asimismo, las situaciones en las cuales se desencadenan de manera más intensa son aquellos momentos donde la persona, por distintos motivos, está sometida a estrés.
Una de las causas posibles por las que surge una fobia específica es que la persona haya tenido en su infancia una experiencia traumática, a la que después asocia el elemento que le causa temor. La asociación puede ser directa o indirecta. Es directa cuando ha sido ese elemento la causa misma que desemboca en una fobia: por ejemplo, un niño es arañado por un gato furioso, y a consecuencia de ello el niño crece y se convierte en un hombre con ailurofobia -fobia a los gatos-. En cambio, es una asociación indirecta cuando el temor aparece desplazado: en la televisión norteamericana mostraron el caso de una joven que, habiendo sido abusada sexualmente de niña, había desarrollado una curiosa fobia a los pepinillos.
Aún resta saber si cualquier persona sometida a un determinado estímulo puede desarrollar una fobia, o si es necesaria cierta predisposición genética para desencadenarlas. Algunos científicos se preguntaron esto al ver que en muchos casos, los hijos repiten la fobia de los padres: por ejemplo, una madre con aracnofobia les transmite a sus hijos su propio miedo a las arañas. Sin embargo, no necesariamente se trata de herencia genética, sino que simplemente puede tratarse de un comportamiento aprendido.
Asimismo, ciertas fobias tienen como causa los resabios de un comportamiento instintivo: a lo largo de los siglos, el hombre ha temido a ciertos animales peligrosos como las arañas y las serpientes, o a fenómenos climáticos como las tormentas. Y por supuesto, hay fobias que son absolutamente culturales como al número 13 (en los países occidentales, ya que los orientales temen al número 4), a Halloween o a los extranjeros.
En muchos casos, las personas no recuerdan las causas que los llevaron a desarrollar su fobia, especialmente cuando se trata de fobias específicas. Otras veces, en cambio, pueden recordar uno o varios sucesos que los llevaron a ellas, sobre todo cuando de fobias sociales se trata. Las causas de que una persona desarrolle, por ejemplo, glosofobia –miedo a hablar en público- pueden remitirse a situaciones en el pasado, que la persona haya experimentado como de humillación pública: burlas de sus compañeros, risas maliciosas, críticas, etc., y que en su momento hayan herido la autoestima del niño.
En cualquiera de los casos, la reacción ante las fobias suele ser la evitación de la situación tan temida. Esto puede llevar a que las personas vean deteriorada su vida social, laboral y afectiva. Por fortuna, en la actualidad existen varias maneras de tratar una fobia.
Las fobias se caracterizan por ser temores irracionales que atacan a determinados individuos. Se trata de miedos intensos, persistentes y desproporcionados. Con frecuencia, la persona que padece algún tipo de fobia es consciente de que el terror que experimenta ante determinadas cosas y situaciones es infundado, pero no por ello consigue dejar de sentirlo.
Básicamente, podemos clasificarlas en tres tipos de fobias: fobia social, fobia específica y ansiedad generalizada.
Dentro de la variedad considerada fobia específica, existen diversos tipos de fobias, entre los cuales se encuentran las fobias del tipo situacional (miedo a viajar en avión, a subirse a escaleras mecánicas, a hablar en público, etc.), las fobias a determinados objetos (a un determinado tipo de objetos, como a los elementos punzantes, a los muñecos, a las cuerdas, a los ordenadores). Otros tipos incluyen las fobias a ciertos fenómenos ambientales (como puede ser el miedo intenso frente a la lluvia, los truenos, los rayos o el clima frío, o incluso ante la mera posibilidad de que alguno de estos fenómenos se produzca). También existen ciertos tipos de fobias a los animales, la más general es la zoofobia (miedo a los animales en general) pero existen fobias a cierto animal en particular (por ejemplo, a los perros, a los gatos, a las serpientes o a las aves de corral). Son muy frecuentes aquellas fobias vinculadas con la salud, y aquí cabe aclarar que, mientras es normal manifestar cierta preocupación frente a la posibilidad de contraer algún tipo de enfermedad, a las personas fóbicas esto les obsesiona y les aterra de manera desmedida (existen, por nombrar algunas, la fobia a la sífilis, a las enfermedades de la piel, a los trastornos renales, a la tuberculosis y al cáncer). Finalmente, otros tipos de fobias específicas resultan difíciles de clasificar. Algunos ejemplos pueden ser el miedo al tiempo, a la gravedad o a determinados números, palabras o colores.
Distintas a las fobias específicas son aquellas fobias del tipo social. En este caso, el disparador del miedo es determinada situación social en la cual el individuo experimenta incomodidad extrema, e incluso síntomas físicos tales como sudoración, mareos, palpitaciones, falta de aire, e incluso desmayos en casos extremos. Entre las situaciones más comunes que disparan este tipo de fobia están el miedo a hablar con desconocidos, a encontrarse en una multitud, a permanecer solo, etc.
La reacción más frecuente en los individuos que padecen alguna fobia social es la de evitar la situación que les genera angustia. En muchos casos esto puede hacerlos sentir aislados, e incluso dificultarles llevar una vida familiar y laboral adecuada.
El último de los tipos de fobia es el conocido como trastorno de ansiedad generalizada. En estos casos, las personas experimentan angustia y preocupación en exceso
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