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La Histaria


Enviado por   •  27 de Noviembre de 2013  •  2.691 Palabras (11 Páginas)  •  163 Visitas

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El término histeria proviene de “hysteron”, del griego útero. Para los antiguos, sobre todo Hipócrates, la histeria era una enfermedad orgánica de origen uterino, y por lo tanto específicamente femenina, que tenía la particularidad de afectar el cuerpo en su totalidad con "sofocaciones de la matriz" y desde allí tradicionalmente se la consideraba a la histeria como enfermedad del útero, por lo tanto de las mujeres. En la actualidad ha quedado descartada esta postura, considerándose que no existe relación alguna con el útero ni es una entidad exclusiva de las mujeres.

En la Edad Media, bajo la influencia de las concepciones de la Iglesia Católica, se renunció al enfoque médico de la histeria, y las convulsiones y las sofocaciones eran consideradas expresión de placer sexual, y por lo tanto de pecado. Fueron entonces atribuidas a intervenciones del diablo, capaz de simular las enfermedades y entrar en el cuerpo de las mujeres para "poseerlas". La mujer histérica se convirtió en la bruja cuyo destino trágico era la muerte en la hoguera.

Haciendo a un lado la posesión demoníaca, muchos médicos pensaban que la enfermedad provenía del cerebro y que afectaba a los dos sexos. Recién en 1618, es Lepois, quien considera por primera vez a la histeria como una enfermedad cerebral primitiva, cercana a la epilepsia y común a los dos sexos.

Medio siglo más tarde Sydenham, reúne la problemática de la histeria y la hipocondría poniendo énfasis en la variedad de los pequeños síntomas nerviosos: cefaleas, palpitaciones, disnea, trastornos digestivos y urinarios; así las separa de la alienación mental.

Los padecimientos sufridos por este tipo de pacientes ponen en jaque al orden médico, a tal punto que son desprestigiados como pacientes y se los llega a considerar como mentirosos y falaces.

Con el correr del tiempo se acentúa el carácter psicológico de la histeria, abandonándose las concepciones ligadas a lo nervioso y se la diferencia de la hipocondría.

Charcot, alrededor de 1870, se ocupa de la histeria cuando asume la Sala de Convulsivos de la Salpètriere (sala de histéricos y epilépticos). Diferencia la histeria de la epilepsia y recalca la importancia de ciertos fenómenos, referidos a aspectos singulares de cada enfermo en relación a ciertas partes del cuerpo a las cuales denomina “zonas histerógenas”. Al hacer de la enfermedad una neurosis, liberó a las mujeres histéricas de la sospecha de simulación.

Este nuevo concepto es tomado por Breuer, un médico vienés con quién comienza a trabajar Freud, quien se dedica a la práctica de la hipnosis y el uso de método catártico con pacientes histéricas.

Breuer considera que los síntomas histéricos aparecen como precipitados de sucesos que están saturados de afecto, recuerdos penosos que están saturados de miedo, vergüenza o dolor psíquico y así actúan en calidad de “traumas psíquicos”.

Freud, en colaboración con el trabajo de Breuer, hace inteligible que en el mecanismo psíquico de los fenómenos histéricos, la sexualidad es la que está en juego.

Entre 1888 y 1893 Freud forjo un nuevo concepto de la histeria. Tomó de Charcot la idea del origen traumático. Pero, en virtud de la teoría de la seducción, afirmaba que el trauma tenía causas sexuales: la histeria sería el fruto de un abuso sexual realmente vivido por el sujeto en la infancia. Es así que elaboró su teoría del origen traumático (seducción real).

Los recuerdos patógenos son los que faltan en la memoria del paciente en su estado habitual. Lo que diferencia la defensa normal de la defensa patológica es la producción de un sustituto. El síntoma es un sustituto de algo que fue sustraído de la conciencia por acción de la defensa, fue reprimido e impulsado al inconsciente. Es un símbolo anémico. El motivo de la represión es una sensación displacentera de carácter sexual incompatible con el acervo de representaciones dominantes en el Yo, es decir en conflicto; este el fundamento del mecanismo de conversión.

En la histeria de conversión el conflicto se simboliza en síntomas corporales, se sustituye un dolor anímico por un dolor corporal. En la conversión se observa predilección por determinados segmentos corporales con sentido psíquico. El símbolo mnémico representa el contenido de la representación reprimida. La idea de símbolo, en la obra de Freud, alude a que en dicho símbolo (que es sustituto de otra cosa), hay un ser/cuerpo hablante. A través de los síntomas el sujeto “habla”.

En principio el procedimiento terapéutico utilizado en estos casos es a través de la hipnosis y luego la sugestión por medio de presión en la frente. Los síntomas desaparecían cuando se conseguía evocar el recuerdo del suceso provocador y se le daba expresión verbal al afecto concomitante (catarsis).

Freud se da cuenta que ciertos pacientes no sabían el por qué de su enfermedad, había una cierta resistencia. Pareciera que por medio de la hipnosis los pacientes recuerdan el origen de los síntomas, el recuerdo regresa y se hace presente en ese momento.

Después de abandonar la teoría de la seducción, posteriormente a la publicación en 1900 de “La interpretación de los sueños”, Freud reconoció el conflicto psíquico inconsciente como causa principal de la histeria. Afirmó en consecuencia que independientemente de cualquier episodio real existe un “fantasma de seducción”. Aunque en la infancia hubieran sido víctimas de abusos o violencias, el trauma no podía ser la explicación única de la cuestión de la sexualidad humana. Junto a la realidad material, afirmaba que había una realidad psíquica igualmente importante en la historia del sujeto.

Cuando Freud incursiona más en la temática de la satisfacción pulsional que el síntoma sustituye, descubre que las fantasías desempeñan un papel importante en la producción de síntomas histéricos. Las fantasías nos remiten a un peculiar “vivenciar infantil”, producto de las vicisitudes pulsionales. Según Amalia Baumgart, son escenas que participan de una composición mixta, pues por un lado figuran lo real y, por otro lado, son una figuración imaginativa de lo real.

La teorización de la sexualidad infantil le permitió después a Freud identificar el conflicto "nuclear" de la neurosis histérica (la imposibilidad para el sujeto de liquidar el complejo de Edipo y evitar la angustia de castración, lo que lo llevaba a rechazar la sexualidad). Con estas teorizaciones, muestra el síntoma como expresión de un conflicto inconsciente y que consiste en la realización de fantasías inconscientes al servicio del deseo. Es situado teóricamente en relación a las vicisitudes del Narcisismo respecto del

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