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Mas Alla


Enviado por   •  23 de Junio de 2013  •  Síntesis  •  2.772 Palabras (12 Páginas)  •  222 Visitas

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“Capitulo III de Mas allá del principio del placer. Compulsión a la repetición. Recuerdo, repetición y reelaboración” en Puntuaciones Freudianas de Lacan: Acerca de Mas allá del principio de placer. Compiladores: J.C. Cosentino y D.S. Rabinovich. Ed. Manantial, Buenos Aires, 1992.

Resumen:

Freud comienza tomando, en este capítulo III, el concepto de transferencia y refiriéndose a su propio articulo “Recuerdo, repetición y reelaboración” que él había escrito en 1914. En este trabajo –nos recuerda Freud- el va a oponer recuerdo a repetición, se repite para no recordar, se escenifican en el terreno de la relación con el analista los fragmentos de la vida sexual infantil, especialmente en el complejo de Edipo y sus avatares, que el sujeto no quiere recordar; recordar queda entonces del lado de las formaciones del inconsciente y repetición queda del lado de lo que se actúa, de lo que se actúa en la cura. Ahora bien, ese mismo “actuar” que Freud llama agieren, es el mismo “actuar” que ya aparece como fundamental en la transferencia, aparece como algo que busca satisfacción en el nivel de la pulsión, con lo cual podemos establecer una primera aproximación a la relación entre transferencia y pulsión.

Bueno, la irrupción de este actuar, en realidad, podría leerse de varias maneras: como la irrupción de algo que tendría que ver con lo imaginario y que es el primer concepto de resistencia que, por ejemplo, Lacan toma, por tomar un lugar, en 1951 en “Intervención sobre la transferencia”, el articulo de Lacan sobre el caso Dora de Freud, donde Lacan va a poner de relieve este aspecto imaginario de la transferencia, que aparece como obstáculo en la cura, pero en el eje a-a’, es decir, en el eje imaginario e impidiendo la dialéctica de lo simbólico.

No es por allí que comienza Freud, porque Freud como ya les dije, desde Psicoterapia de la histeria, hace aparecer la resistencia en el momento en que el paciente se acerca por la vía de las asociaciones a un núcleo patógeno, es decir, se acerca a algo que es del orden de lo traumático. Este obstáculo lo que hace es detener el desplazamiento asociativo por la cadena significante, y podríamos decir que Freud no parece situar aquí algo del orden de lo imaginario, sino que, precisamente, al hablar de este acercarse al núcleo patógeno, algo de lo real está apareciendo ya aquí, en 1985, en Psicoterapia de la histeria.

En 1914, también va a decir que, en realidad, el analizante no recuerda lo reprimido, sino que lo actúa, es decir, algo del orden del recuerdo en acto, no como rememoración sino como acto. El analista, va a decir Freud, comprenderá que este es el modo de recordar del paciente, este actuar en la transferencia; entonces, el retorno de lo reprimido como rememoración, como recuerdo, como formación del inconsciente, encuentra un límite hacia su desplazamiento asociativo y aparece la resistencia, que hace emerger la repetición como obstáculo, este es el agieren freudiano; en ese sentido, el agieren lo podríamos definir como repetición en acto. La compulsión de repetición, entonces, se opone al desplazamiento significante que facilita el trabajo del recuerdo, y este agieren, en esta oposición, obtiene una satisfacción que, al obtenerse, es momento de cierre del inconsciente, aparición de un goce silencioso, que a partir de Mas allá…va a estar emparentando con la pulsión de muerte.

Ustedes saben que, en este texto Mas allá del principio de placer, Freud utiliza varios referentes para introducir el concepto de pulsión de muerte; a mi gusto, estos referentes tienen en verdad diferente estatuto. El fort-da, me parece, se inscribe más bien del lado de la muerte de la Cosa en el lenguaje, mientras que los sueños traumáticos y la compulsión de repetición se inscriben del lado del encuentro con lo real o, para decirlo en términos freudianos, de la falla del encuentro.

En lo verdad lo inconsciente no resiste, al menos el inconsciente reprimido. Podríamos decir, entonces, que el inconsciente no resiste, sino que insiste. Ahora bien, Freud continua diciendo aquí que parecería que hay algo de la vida psíquica contrario al principio del placer, algo que se va a situar mas allá del principio del placer, y sitúa aquí la neurosis de destino, habla del destino, hablando de un sesgo demoniaco que como destino se repite en la vida de las personas, aparentemente contra la voluntad racional; algo del orden del destino fatal de los seres humanos que Freud va a llamar aquí el “eterno retorno de lo igual”. Si ustedes conocen el texto, saben que aquí el pone un ejemplo que está relacionado, en verdad, con un articulo, “Lo siniestro” o “Lo ominoso”, de 1919, que es un año anterior a Mas allá…, digo por esta cuestión del eterno retorno de lo igual que está situado justamente en lo siniestro.

Algo insiste aquí, es más, Freud dice aquí algo muy curioso, y es que mayor es el costo psíquico del trauma si no ha habido una herida en la realidad, por ejemplo en las neurosis de guerra, si no ha habido una herida en la realidad, en el cuerpo, parecería que el costo psíquico del trauma es aún mayor, lo que aparece directamente relacionado con las tendencias masoquistas del yo. Por cierto que cuando digo: aparentemente, los sueños se referían al cumplimiento del deseo, quiero decir que, en realidad, esto ya estaba anticipado en aquella defensa, este primer concepto de inconsciente en Freud, el concepto de defensa que intenta borrar, hacer desaparecer el acontecimiento traumático, y ya fracasaba en Freud, fracasaba desde el comienzo, si bien lograba un cierto éxito la defensa, por la vía del síntoma, en realidad el mismo síntoma también era un fracaso, porque el síntoma es una transacción, es una solución de compromiso entre pulsión y defensa; es decir que ya en la misma constitución del síntoma aparecía algo del orden del fracaso de la defensa, pero había algo más que mostraba este fracaso de la defensa, y era algo irreductible que en el síntoma se relacionaba con el núcleo patógeno. Me parece que es todavía mas claro en el sueño, fracaso del sueño también, ya en La interpretación de los sueños, quiero decir que no es necesaria la teoría de los sueños traumáticos que tenemos aquí para que aparezca en Freud el fracaso del sueño porque si bien el sueño logra un cierto éxito como guardián del dormir, al permitir al sujeto dormir, y que los elementos perturbadores que constituyen el sueño no lo despierten; al mismo tiempo expresa el deseo inconsciente, en esta misma transacción o solución de compromiso que hace que el sueño, al igual que el síntoma, sea una solución de compromiso; en ese sentido por un lado expresa cierto éxito de la defensa, al permitir que el sujeto siga soñando; pero también, Freud lo dice textualmente,

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