Mascarade

“El mundo es una mascarada.

Usando una máscara, las almas

danzan en el salón”

Versailles.

Mascarade.

La idealización de E. Goffman.

Enríquez Ramírez Gloria Giselle.

En la vida cotidiana se representan muchos papeles a lo largo de un solo día, esto de acuerdo con el contexto en el que nos encontremos en determinado momento. Así una misma persona es madre, profesionista, consumidora, amiga, esposa, etc., en un mismo día.

Esta noción es lo que Goffman llama actuaciones.^[1] Cada individuo representa un papel determinado, un rol social, el cual implica diferentes papeles, los cuales pueden ser representados una infinidad de ocasiones ante las mismas personas.

Cuando un individuo esta representando alguno de estos papeles, es importante para el que aquellos que lo están observando crean en la actuación que está realizando, que las cosas son como aparentan ser.

Durante esta actuación la persona mantiene un tipo de fachada^[2] que constituye una dotación expresiva intencional o inconsciente durante la actuación. Dentro de esta fachada podemos encontrar diversos factores que la acompañan, por ejemplo el medio, que hace referencia al trasfondo escénico que acompaña la actuación; y los conjuntos de dotaciones de signos. Esta fachada presenta una serie de exigencias por parte del público que la observa, estas exigencias representan un modo algo abstracto de socializar, moldear y modificar nuestras actuaciones a una que se adapte más a las expectativas de la sociedad que nos rodea. Esta tendencia de los actuantes a ofrecer a sus espectadores una forma mejorada de ellos mismos es lo que Goffman llama Idealización. ^[3]

La idealización es la expresión negativa o positiva de la fachada o del personaje que representamos, con el fin de ser aceptados y aprobados, siempre y cuando los valores y jerarquías que expresamos sean socialmente aceptados. Esta forma idealizada de nosotros mismos es algo tan que común que incluso ha incursionado en el mundo de las profesiones y clases, puesto que cada una posee ciertos rasgos o poses que ninguna otra tiene. Estos son adoptados inconscientemente por los miembros de dichas clases o profesiones, así  tenemos como resultado que un médico no se comporte de la misma forma que un abogado o un psicólogo y que la mayoría (sino es que todos) de los individuos que se dedican a cierta profesión se apropien de las formas de comportamiento, el vocabulario e incluso gestos propios de de la profesión que ejercen.

Pero no solo podemos encontrar idealización en el ámbito profesional o académico. Es muy común tratar de demostrar a las personas una faceta de nosotros mismo inflada a lo que nos gustaría ser o lo que a esos otros les gustaría que fuéramos. Para Goffman el ámbito social es un escenario teatral.

Un ámbito en el que es muy común encontrar estas actuaciones idealizadas es la estratificación de sociedades, pues se tiende a idealizar a los estratos superiores, ocasionando así que los individuos que se encuentran en situación inferior aspiren a ascender a esa situación idealizada, sin importar los sacrificios que se tengan que hacer para mantener esa fachada.

Un ejemplo de esto podría ser lo que en México se ha observado por muchos años, esa aspiración a ser o tener el estilo de vida que se tiene en países del extranjero (específicamente con Estados Unidos), donde se cree que las oportunidades de trabajo son mejores y se gana más dinero, pero no se ven las cosas que hay en el trasfondo de esta decisión (discriminación, humillación, falta de respeto, entre otras.) La idealización del estilo de vida americano y la mala economía mexicana han ocasionado que el número de personas que abandonan el país en busca de “una vida mejor”, continué en aumento todos los días.

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