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Metacomunicación


Enviado por   •  11 de Diciembre de 2011  •  1.440 Palabras (6 Páginas)  •  2.228 Visitas

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La metacomunicación es aquella comunicación que habla acerca de la comunicación misma.

* El prefijo “meta” entendido como “acerca de”.

* El término “comunicación” entendido como la transmisión de señales mediante un código común entre un emisor y un receptor.

El concepto de metacomunicación se refiere a todas las señales y proposiciones intercambiadas en el acto comunicativo, tanto las relacionadas con la codificación como las concernientes a la relación entre los comunicadores. En otras palabras, se refiere a cómo se debe interpretar aquello que se nos está transmitiendo en función del código empleado para ello (sistema de signos y de reglas que permite formular y comprender un mensaje) y de la relación que se tiene con el emisor. Así, la metacomunicación básicamente se refiere a la retroalimentación que existe entre dos o más personas cuando éstas se comunican. En este caso, la comunicación en dicha retroalimentación se deja de usar para comunicar algo, sino que se usa para hacer referencia expresa de la comunicación que está teniendo lugar. Podemos distinguir entre metacomunicación implícita y explícita.

La metacomunicación implícita de un mensaje es el modo en que éste es comunicado. A su vez, el modo en que se comunica algo “metacomunica” acerca de la relación existente entre emisor y receptor y marca las pautas a seguir en la interacción. Ese modo en que algo es comunicado comprende también la gestualidad propia de todo acto comunicativo.

La metacomunicación explícita se refiere a la necesidad de pedir explicaciones acerca de aquellos mensajes confusos o contradictorios. En este caso, se dice que la metacomunicación es explícita porque los propios participantes del acto comunicativo son conscientes de que algo no funciona e intercambian información acerca de ello.

Funciones:

La metacomunicación puede ser entendida como una herramienta para reflexionar acerca del acto comunicativo, valorando la eficacia del código empleado para la comunicación y el resultado de la relación establecida entre emisor y receptor. El objetivo de este análisis metacomunicativo es mejorar la propia comunicación. Además, puesto que la comunicación nunca es perfecta, otra de las funciones de la metacomunicación es versar acerca de la propia comunicación para resolver o aclarar las posibles rupturas acaecidas en un proceso comunicativo.

EFECTO PIGMALION

Cuenta una leyenda mitológica griega que el rey Pigmalión esculpió una estatua con la figura ideal de la mujer. A Pigmalión le gustó tanto su obra que quiso que se convirtiera en un ser real. El deseo fue muy fuerte e hizo todo lo que pudo para conseguirlo. Pidió ayuda a Venus Afrodita, la diosa del amor, la cual colaboró en que su sueño se hiciera realidad. Así nació Galatea, su mujer ideal.

Cuando alguien anticipa un hecho, existen muchas probabilidades de que se cumpla. A este fenómeno en Psicología Social se le llama: “realización automática de las predicciones”; también se le conoce como “El Efecto Pigmalión, o la profecía que se cumple a sí misma”.

Existen muchos estudios de pedagogos y psicólogos que confirman este hecho, entre ellos el de Rosenthal. Éste dio a los profesores de una escuela una relación de alumnos y les dijo que tenían una capacidad superior, sin embargo, todos habían sido elegidos al azar. Este grupo realizó más avance intelectual que el resto. El profesorado esperaba mejores resultados y los tuvieron, con lo que la profecía estaba cumplida.

“El Efecto Pigmalión” requiere de tres aspectos: creer firmemente en un hecho, tener la expectativa de que se va a cumplir y acompañar con mensajes que animen su consecución.

Este fenómeno se da cuando hay relaciones de dependencia entre las personas: padres e hijos, profesores y alumnos... El por qué sucede, estaría relacionado con una energía sutil que las personas somos capaces de enviar a otras; también interviene la que pone en marcha el chico para adaptarse a lo que se espera de él y, así sentirse tenido en cuenta, positiva o negativamente.

Conviene revisar nuestras expectativas, pues, a veces, actuamos de forma contradictoria. Por ejemplo, le decimos al hijo que estudie, pero creemos que no lo hará, dado que lo hemos intentado muchas veces. Ese proceso ha estado salpicado con frases del estilo: “Así no aprobarás; no haces más que ver la televisión”. Sin darnos cuenta, estamos colaborando en que el hijo cumpla lo que pensamos.

Lo que los padres y las

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