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Reporte Asesinos Seriales


Enviado por   •  15 de Julio de 2013  •  1.255 Palabras (6 Páginas)  •  5.583 Visitas

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“Señores, les mando la mitad de un riñón que le he quitado a una mujer, la otra mitad me la comí, estaba muy bueno”. Jack el Destripador

El día sábado 6 de julio del 2013 realice una visita al museo del policía ubicado en Victoria, esquina Revillagigedo en el centro histórico.

Antes de entrar al sitio pensaba encontrarme simplemente algunas piezas de cera representando en forma a asesinos seriales , no importantes, pero si famosos y creyendo encontrar algún asesino serial mexicano aunque lo dudaba , pensaba que abría una persona que nos daría una visita guiada dentro del lugar y explicando , encontrando información sobre el tema y que llegara a interesarme en la exposición y no ser solo una visita sin fundamento y solo ir por el ensayo , solo quería matar la duda y saber acerca de estas personas , con información cierta y seria y con datos reales

Sin embargo me lleve una sorpresa al entrar una propuesta diferente. En la que nos mostraba una nueva forma de ver y escuchar a la vez de manera diferente y apreciar alguna exposición, al momento de entrar ala exposición, después de pagar la entrada se tenía que formar para que te entregaran unos audífonos (una especie de mp3) que guiaría la estancia en el museo. Esta grabación nos daba la bienvenida y nos iba indicando el número de sesión para que explicaran.

Dentro dela exposición, y te encuentras con uno de los mas famosos e interesantes asesinos seriales.

El recorrido de sangre que traza la exposición Asesinos seriales comienza con la historia de Jack “El destripador” y también menciona algunos asesinos mexicanos como Juana Barraza, “La mata viejitas”. Las vidas de ellos tienen algunas similitudes: fueron extremadamente inteligentes, en su niñez sufrieron abuso sexual o físico, sus padres los abandonaron y de pequeños experimentaron inestabilidad emocional o nunca tuvieron un hogar estable.

Con esta exhibición, buscan crear conciencia sobre los actos criminales y alertar a la población sobre los aspectos oscuros de la psique humana que se materializan en seres enfermos, lo que representa un peligro en la sociedad. En un panel del Museo del Policía se reúnen las fotografías de los sádicos nacionales como “El chalequero”, “Goyo Cárdenas”, “Las Poquianchis”, Juan Corona, Adolfo de Jesús Constanzo, Rafael Reséndiz, “El sádico”, “El chacal de Xochiaca”, Abdel Sheriff y Juana Barraza “La mata viejitas”. En un resumen se presenta el número de víctimas y si los homicidas están en la cárcel o algunos fallecieron.

Esta muestra no busca enaltecer el morbo o la apología de la violencia, por ello, a los homicidas seriales mexicanos no se les acondicionaron grandes espacios, ni imágenes de sus muertes. Los filmes La matanza de Texas, El silencio de los corderos, Gacy “el payaso asesino” y Deranged, por mencionar algunos, son otra forma de presentar la vida de los asesinos.

A continuación un breve resumen de estos asesinos seriales

Albert Fish, “El hombre gris”

Entre los más sanguinarios internacionales, se expone la detención de Albert Fish, originario de Nueva York. El rostro de este hombre se representa como un indefenso abuelo con bigote blanco, ojos claros y pómulos sumidos. Un anciano cruel que asesinó y violó, según su declaración, a 100 niños. En las investigaciones realizadas confesó que se sentía obligado a matar niños, ya que actuaba “bajo órdenes de Dios”. Desde los 5 años fue enviado a un orfanato, ahí fue azotado y golpeado frecuentemente. Después de un tiempo, descubrió que disfrutaba del dolor físico. Los golpes le provocaban erecciones, por lo que los demás huérfanos lo molestaban.

En el museo se exhibe una radiografía de su cuerpo, donde se logran ver los 25 alfileres que se introducía en el ano a consecuencia del masoquismo que practicaba. Se le detectaron enfermedades como coprofagia, pedofilia y flagelación “en el nombre de Dios”.

Para capturar a sus víctimas se sentaba en los parques o en las banquetas. Buscaba en su mayoría a niños negros, a los que convencía para llevar a su casa. Fue detenido luego de matar a Gracce Budd, una niña de 10 años. En el museo se muestra la carta que Albert mandó a la madre de la niña, ahí describe el asesinato y cómo se comió con cebollas, zanahorias y tocino ahumado, a la menor. El 16 de enero de 1963, fue ejecutado en la silla eléctrica de la cárcel de Sing Singh.

“Pogo”, el payaso asesino

John Wayne Gacy (Illinois, Estados Unidos, 1942) parecía un hombre normal, se dedicaba a su compañía de construcción y en sus ratos libres, para divertir a niños en hospitales y en eventos de beneficencia, se disfrazaba del payaso “Pogo”. Con el disfraz, Gacy disimuló durante 7 años el asesinato de más de 30 adolescentes, en su mayoría atractivos, a quienes degollaba y enterraba en el sótano de su casa.

Sus biógrafos escribieron que en su niñez fue castigado frecuentemente por su padre alcohólico. El menor se esforzaba para que su progenitor se sintiera orgulloso, pero éste lo llamaba "marica", "estúpido" y "niño de mamá". A los 9 años de edad, un amigo de la familia abusó sexualmente de él. Gacy asistió a cuatro colegios diferentes pero acabó abandonándolos y nunca se graduó. En la exposición se muestra una reconstrucción de su casa. En la parte superior se observan los tapetes, televisión y sillones que decoraban el hogar. En la parte inferior se ve el terrorífico sótano convertido en cementerio. Se observan pedazos de costillas, pies y cráneos de los jóvenes que violaba y mutilaba.

Se tiene registro que el primer asesinato lo cometió en enero de 1972. El segundo en enero de 1974, un año y medio después de su matrimonio. Confesó que sus víctimas eran violadas, después las ahorcaba con una cuerda o las degollaba y les cortaba el cabello. Después de un largo juicio donde las confesiones de Gacy causaron horror, murió por inyección letal el 10 de mayo de 1994.

Ted Bundy, feminicida de Vermont

Con Ted Bundy se utilizó por primera vez el calificativo “asesino serial”. Muchas de las teorías y conocimientos adquiridos sobre los homicidas múltiples se deben a él. Según investigaciones se calcula que mató y violó a un centenar de mujeres. Se confirmaron 36 homicidios. En el Museo del Policía se muestra su ejecución en la silla eléctrica, que fue el 24 de enero de 1989.

Para capturar a sus víctimas se hacía pasar por un inocente profesor que tenía una mano enyesada y en la otra cargaba pesados libros de derecho. Les pedía a las mujeres que lo ayudaran. Al estar dentro del vehículo las sometía y las ataba, después las golpeaba brutalmente, las violaba, les mutilaba los órganos sexuales y arrancaba a mordidas trozos de piel.

Sus víctimas poseían ciertas características similares: eran mujeres jóvenes de tez blanca, cabello negro y lacio con peinado de raya en medio. La mayoría estudiantes que desaparecieron de las universidades de Utah y Washington. A diferencia de los dos asesinos anteriores, Ted Bundy era un hombre de “éxito”. Realizó estudios de psicología y derecho, en los cuales sobresalió, se graduó con honores y era de los estudiantes preferidos.

El diagnóstico dado por Dorothy Otnow Lewis, profesora de la New York University, señaló que era un maníaco-depresivo cuyos delitos ocurrían normalmente durante los episodios depresivos. Se sabe que los últimos crímenes que cometió fueron el 14 de enero de 1977 en la fraternidad Chi Omega donde la policía encontró el cadáver de Lisa Levy, que había sido golpeada en la cabeza, y brutalmente violada. También estaba el cadáver de Margaret Bowman, estrangulada mientras dormía.

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