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Tu Partida


Enviado por   •  6 de Mayo de 2014  •  462 Palabras (2 Páginas)  •  157 Visitas

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Después de algunos años de estar juntos, Juana y Rafael decidieron tomar su rumbo. No importa cuando.

Él, había decidido buscar un viejo amor, ella, pensar que estar sola, era lo mejor para llevar ese proyecto de vida que no había podido hacer.

Proyecto que le inquietaba desde hace tiempo y no podía, ya que le absorbía en aquel entonces su pareja la mayor parte del tiempo.

Juana, creyó que el mudarse de apartamento, podría iniciar nuevamente su vida, tomar esas riendas de las cuales ya no eran de ella, eran de la otra persona. Apresurada tuvo que buscar donde cambiarse, debido a que estaba por terminar de vencer el mes y se iba a tener que pagar otra renta. Tomó una decisión precipitaba, en ese momento creía era mejor; vivir una temporada en casa de huéspedes en lo que encontraba lo que buscaba para vivir. Renta accesible con los servicios incluidos. Pero con el paso del tiempo se dio cuenta fue un error.

No había hijos de por medio, únicamente cosas de casa, Juana y Rafael tuvieron que sentarse a definir quien se iba a quedar con qué.

Finalmente, se despidieron con un simple beso en la mejilla.

Al pasar los días, Juana se encontraba ocupada arreglando un poco la habitación, no quería sacar todas las cosas; porque sabía que era temporal, tratando también de iniciar ese proyecto tan anhelado, visitando algunos amigos que por un momento no le dejaron sola en su camino a la búsqueda de otras cosas.

Una noche una melodiosa canción sonaba en la habitación de a lado; donde se encontraba viviendo.

Canción que hablaba de ese sentimiento de soledad. Le recordaba alguno de los encuentros; tan reales y tan mágicos. Alcanzable e intangible; solitario y apartado que tuvieron Rafael y ella.

En su momento Rafael estuvo ahí cuando más lo necesitaba; como suele pasar en algunos casos al principio de una relación, nunca se apartaba cuando se lo pedía. Por un momento imaginó, que se convertiría en parte de su vida. En el que en cada despedida se preguntaba si se volverían a ver, si volverían a estar juntos.

Juana, cuando lograba recuperar todo ese sentimiento o parte de ello, que únicamente le pertenecía, le confortaba saber:

Todo tiene que cambiar. Todo tiene que madurar.

Al final de relación, ella pensabaque lenta y asfixiantes eran las horas, cuando no tienes nada que decir.

Si tan solo las cosas y a su alrededor fueran como la vida misma; “sencillas”.

Ironía pensar y creer había un “tú y yo”, tratar de ser como los mejores amigos más que una pareja, contándose y aconsejándose en todo momento.

Le

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