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Cómo saber qué quiere Dios de mi


Enviado por   •  7 de Agosto de 2018  •  Documentos de Investigación  •  1.875 Palabras (8 Páginas)  •  255 Visitas

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¿CÓMO SÉ LO QUE DIOS QUIERE DE MÍ?

¿Qué tan presente tenemos a Dios en mi vida?

¿Qué tanto  “me ocupa” el ir al cielo?

Gran parte de lo que Dios quiere de nosotros en nuestra vida está en el Evangelio, en nuestro estado de vida.

Pero los detalles específicos que quiere de mí en particular…. A veces creo que es una supermisión pensando en algo enorme.

Un barco está hecho para ir de un puerto a otro puerto, y es útil en la medida en que llega al otro puerto. Si se queda a medio océano flotando a la deriva “no es útil” porque no está llegando al otro puerto.

Cuanto más derecho vamos al destino, más efectivo.

Cómo asegurar que no sólo voy por buen camino, porque estoy en el mar, sino en la dirección correcta, siguiendo el plan de santidad que tiene Dios para mí y cuál es el camino que quiere que recorra para alcanzarlo.

¿Cómo descubrir lo que Dios quiere de mí?

Sólo hace falta un mínimo de buena voluntad, y cuando Dios percibe esa buena voluntad, le ayuda con su gracia y si el alma es fiel a esa gracia no tarda en llegar a la santidad. Dios no niega a nadie su gracia. La vía más corta es fidelidad a las inspiraciones al ES.

¿Qué tanto me abro yo a esas inspiraciones?

Ser santa en la vida ordinaria, en lo que me toca vivir en cada momento.

  1. La santidad en mi vida es obra del Espíritu Santo.

La tarea es superior a nuestras fuerzas, por más “perfecto” que esa mi plan de vida y lo que “yo voy a hacer”… necesito la ayuda de Dios.

Jn. 15 “Sin mí no podéis hacer nada”

Mi misión como católica no sólo es difícil sino para mí sola es imposible.

Se necesita una buena dosis de humildad para reconocer lo que Dios puede hacer en mí.

  1. Sólo Dios conoce el camino de cada uno.

Él sabe lo que quiere de cada uno de nosotros, el camino es diferente para cada uno.

Cuando Dios quiere una cosa de nosotros.

A lo mejor estoy luchando con un defecto a capa y espada, y Dios lo que quiere es que aprenda a aceptarme con mis errores.

Hay muchas cosas en qué mejorar, pero cómo saber qué es lo que Dios quiere de mí.

  1. ¿Cómo hacer equipo con Dios?

A veces no sólo no podemos cumplir su Voluntad, sino que no somos capaces ni siquiera de cumplir los mandamientos.

Hay que aprender a seguir Su Voluntad en las cosas pequeñas: actos pequeños de paciencia, de caridad, de autodominio… para irle abriendo la puerta a Dios e irle abriendo la puerta a su gracia y ser capaces de lo que Él realmente quiere de mí.

Abrir constantemente la puerta a las inspiraciones de Dios.

  1. Estar abierto a la gracia

Siendo fieles a una pequeña inspiración y Dios nos da un gran premio, una gran gracia.

“La fidelidad a una gracia atrae a las otras” Sta. Teresa

  1. ¿Cómo reconocer y discernir las mociones del Espíritu Santo?

¿Cómo favorecer la presencia de Dios en la vida espiritual? ¿Cómo ser fiel a ellas?

Al ir creciendo en la vida espiritual, Dios nos va guiando pero ayuda tener presentes estos puntos.

  • Para favorecer el ambiente y poder discernir:
  • Practicar la alabanza y la gratitud, que va más allá de la buena educación, es reconocer lo que hace el Otro; reconocer la grandeza de todo lo que hace Dios en mi vida. Alabarlo, reconocer su grandeza.
  • Darle gracias y pedirle su gracia.
  • Estar decididos a no negarle cosa alguna. Firme y constante determinación a obedecer a Dios en todas las cosas. OJO…  FIRME Y CONSTANTE determinación… tener cuidado de no caer en los escrúpulos. Estar abiertos a su gracia y disposición para recibirla.
  • Vivir una confianza filial y confiada, a los mandamientos, a las enseñanzas de la Iglesia, a las responsabilidades de mi estado de vida, mis responsabilidades sociales, ser fieles en todos los aspectos nos va abriendo las puertas y formando hábitos en nuestra alma… nos ayuda a disponernos a renunciar a nuestra propia voluntad.
  • Vivir el abandono, aceptando lo que va sucediendo en mi vida con amor… problemas, enfermedades… Abrir las puertas a Dios en vez de rebelarme; ahí están las dificultades, pero cómo las vivo.
  • Vivir el desprendimiento, evitar apegarme a nada incluso a lo espiritual. Si estoy apegada a mis bienes, criterios…. es muy difícil que me abra a las inspiraciones del Espíritu Santo.  A veces me apego de lo que yo creo que es bueno y me vuelvo incluso contra la Iglesia.
  • El espíritu de Dios vive en la paz y surge en la paz. Un silencio no es un “ahuecar” el alma, es un llenarnos de Dios, una actitud de interioridad.

Santa Catalina, aun encerrada porque no la dejaban entregarse a Dios no estaba sola, cultivaba y profundizaba en su relación con Dios.

  • Perseverar en la oración, ¿cómo es mi oración? ¿es un encuentro íntimo con Dios? ¿lo dejo entrar?  Ejemplo del soldado de “pequé y no me importa”
  • Examinarme y ver qué es lo que me mueve, ¿el resentimiento? ¿un deseo sincero y desinteresado de hacer la voluntad de Dios?

Lo que suscita en mí alegría y paz viene del ES, lo que me inquieta, no viene de Dios.

  • Abrir el corazón a nuestro director espiritual, muchas veces al yo “contarlo”, explicar en palaras Dios me va iluminando pero sobre todo bendice mi humildad y actitud al acercarme a la dirección espiritual. Nos acomodamos “lo bueno”.
  • Adquisición progresiva de la vida espiritual; poco a poco nos vamos haciendo más sensibles a la voz de Dios. Al ir creciendo en la sensibilidad con Dios vamos detectando los pequeños detalles que antes no veíamos. Dios nos va metiendo más en la brújula, y vamos viendo el camino más claro. Vamos familiarizándonos con el modo de hablar de Dios. Va creciendo nuestra amistad con Dios y Él va comunicándose conmigo.

2. Criterios de discernimiento

a) Externos

Dios no se contradice no va a ir contra lo que nos ha dicho, no va a ir en contra de mi propia vocación.

De lo que me pide, no se contradice.

El árbol se conoce por su fruto.

Si obedecemos, la voluntad de Dios será fecunda dentro de nosotros: alegría, paz, unión y externamente también se ve, dará frutos.   (vs. tristeza, amargura, soberbia y no habrá frutos).

b) Internos

Para ello está el balance del día.

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