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La Bilbia


Enviado por   •  26 de Mayo de 2015  •  2.443 Palabras (10 Páginas)  •  210 Visitas

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El Señor protege el camino de los justos

1:1 ¡Feliz el hombre

que no sigue el consejo de los malvados,

ni se detiene en el camino de los pecadores,

ni se sienta en la reunión de los impíos,

1:2 sino que se complace en la ley del Señor

y la medita de día y de noche!

1:3 Él es como un árbol

plantado al borde de las aguas, Jeremías 17, 8

que produce fruto a su debido tiempo,

y cuyas hojas nunca se marchitan:

todo lo que haga le saldrá bien.

1:4 No sucede así con los malvados:

ellos son como paja que se lleva el viento.

1:5 Por eso, no triunfarán los malvados en el juicio,

ni los pecadores en la asamblea de los justos;

1:6 porque el Señor cuida el camino de los justos,

pero el camino de los malvados termina mal.

SALMO 2

El rey davídico, figura del Mesías

La rebelión de los reyes vasallos

2:1 ¿Por qué se amotinan las naciones

y los pueblos hacen vanos proyectos?

2:2 Los reyes de la tierra se sublevan,

y los príncipes conspiran

contra el Señor y contra su Ungido: Hechos 4, 25-26

2:3 "Rompamos sus ataduras,

librémonos de su yugo".

El Señor, defensor de su Ungido

2:4 El que reina en el cielo se sonríe;

el Señor se burla de ellos.

2:5 Luego los increpa airadamente

y los aterra con su furor:

2:6 "Yo mismo establecí a mi Rey

en Sión, mi santa Montaña".

Los privilegios del Rey

2:7 Voy a proclamar el decreto del Señor:

Él me ha dicho: "Tú eres mi hijo,

yo te he engendrado hoy. Hechos 13, 33 Hebreos 1, 5 Hebreos 5, 5

2:8 Pídeme, y te daré las naciones como herencia,

y como propiedad, los confines de la tierra.

2:9 Los quebrarás con un cetro de hierro, Apocalipsis 2, 26-27 Apocalipsis 12, 5 Apocalipsis 19, 15

los destrozarás como a un vaso de arcilla".

Advertencia contra los rebeldes

2:10 Por eso, reyes, sean prudentes;

aprendan, gobernantes de la tierra.

2:11 Sirvan al Señor con temor;

2:12 temblando, ríndanle homenaje,

no sea que se irrite y vayan a la ruina,

porque su enojo se enciende en un instante.

¡Felices los que se refugian en él!

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SALMO 3

Tú, Señor, eres mi escudo protector

3:1 Salmo de David. Cuando huía de su hijo Absalón. 2 Samuel 15, 13--17, 22

3:2 Señor, ¡qué numerosos son mis adversarios,

cuántos los que se levantan contra mí!

3:3 ¡Cuántos son los que dicen de mí:

"Dios ya no quiere salvarlo"! Pausa

3:4 Pero tú eres mi escudo protector y mi gloria,

tú mantienes erguida mi cabeza.

3:5 Invoco al Señor en alta voz

y él me responde desde su santa Montaña.

3:6 Yo me acuesto y me duermo,

y me despierto tranquilo

porque el Señor me sostiene.

3:7 No temo a la multitud innumerable,

apostada contra mí por todas partes.

3:8 ¡Levántate, Señor!

¡Sálvame, Dios mío!

Tú golpeas en la mejilla a mis enemigos

y rompes los dientes de los malvados.

3:9 ¡En ti, Señor, está la salvación,

y tu bendición sobre tu pueblo! Pausa

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SALMO 4

Me diste alivio en la angustia

4:1 Del maestro de coro. Para instrumentos de cuerda.

Salmo de David.

4:2 Respóndeme cuando te invoco, Dios, mi defensor,

tú, que en la angustia me diste un desahogo:

ten piedad de mí y escucha mi oración.

4:3 Y ustedes, señores,

¿hasta cuando ultrajarán al que es mi Gloria,

amarán lo que es falso

y buscarán lo engañoso? Pausa

4:4 Sepan que el Señor hizo maravillas por su amigo:

él me escucha siempre que lo invoco.

4:5 Tiemblen, y no pequen más; Efesios 4, 26 Pausa

reflexionen en sus lechos y guarden silencio,

4:6 ofrezcan los sacrificios que son debidos

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