La Planchada

La Planchada.

Anteriormente el convente de tehuacan era un hospital, este era apodado la planchada, ya que sus enfermeras debían llevar su uniforme sumamente liso, debían crear la mejor impresión para que los enfermos sintieran que estaban en buenas manos.

Un día una de las enfermeras murió justamente después de terminar su jornada. Ella era considerada como la mejor de las enfermeras, no por su conocimiento, sino porque era muy amable con los pacientes y siempre los hacía sentir bien, por lo que todos le tenían mucho cariño. Sin embargo, un trágico día ella murió, pero aun después de la muerte la enfermera se reusaba a dejar de realizar su labor, ya que normalmente se le suele ver en los pasillos del hospital, entrando a los cuartos de los pacientes y atendiéndolos sin que ellos se den cuenta que aquella amable enfermera es solo un fantasma.

Leyenda de la serpiente emplumada

Cuenta la leyenda que hace muchos años, antes de la llegada de los conquistadores, existía un templo al cual solo entraban los jefes de las tribus, cuando lo hacían estos depositaban ofrendas a su dios, pero antes de entrar debían pasar por un guerrero el cual cuidaba el templo, su vestimenta parecía el de una ave, ya que cubría su espada con una manta hecha de plumas.

Un día llega una joven la cual había sido engañada por los recién llegados conquistadores quienes querían saquear los tesoros del templo. La joven los llevo hasta la entrada del templo, una vez ahí, el guardián al darse cuenta de las verdaderas intenciones de los conquistadores, se abalanzo y mato a la joven pensando que ella era cómplice de los conquistadores, ellos al darse cuenta le dispararon al guardián y salieron huyendo. El guardián se arrastró por el piso como una serpiente y con decir unas palabras el templo se hundió en el agua junto con sus tesoros.

Leyenda de la mujer serpiente

Leyenda de la mujer serpiente. Cuenta la leyenda que hace muchos años, vivió una hermosa mujer, ella era esposa del hombre más rico del pueblo. Era muy hermosa, todos deseaban tan solo observarla pero ella parecía solo ser fiel a su esposo.

Esta mujer acudía todos los viernes al rio, siempre al mismo lugar, pero los sirvientes que la acompañaban debían regresar a la hacienda una vez que dejaran la comida que la mujer siempre llevaba. Un día uno de los sirvientes decidió quedarse y observar que sucedía, cuando vio lo que la mujer hacia corrió de regreso a la hacienda a contárselo a su amo, el no quiso creerle pero aseguro que el siguiente viernes el mismo la seguiría para comprobarlo y así paso, el siguiente viernes el esposo de la mujer estuvo escondido esperando a que algo sucediera, de pronto una

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